La educación en Bhután tiene la excepcional distinción de ser llamada El Sector Noble del servicio público porque la base del aprendizaje ha tenido, durante mucho tiempo, como misión principal el cultivo de la nobleza de la mente, el corazón y las manos.  

El siguiente artículo es sobre el cuidado compasivo que Majd Kam-Almaz, facilitador del Instituto HeartMath y su equipo están proporcionando a los refugiados sirios en el Líbano. Más de un millón de hombres, mujeres y niños sirios han huido a este país vecino solo en los últimos cinco años.  

“En un pequeño país muy, muy lejano, en las faldas de las montañas más altas del planeta existía un reino habitado por personas que vivían en constante interrelación con la naturaleza. El rey de Bhután, pues este era el nombre del reino, preocupado por el bienestar de sus súbditos, viajó por el mundo y envió emisarios a otros países para que aprendieran cómo vivían en otras culturas.  

En junio de 2005 D. Federico Mayor Zaragoza hablaba con contundencia sobre la sociedad civil, su evolución y sus conquistas. A pesar del tiempo transcurrido sus palabras siguen estando de absoluta actualidad.

En el preámbulo de uno de los documentos más luminosos de nuestro tiempo, la Constitución de la UNESCO, que se crea en Londres en 1945, “para construir la paz en la mente de los hombres”, se dice que “una paz fundada exclusivamente en acuerdos políticos y económicos entre gobiernos no podría obtener el apoyo unánime, sin ser perdurable de los pueblos, y que, por consiguiente, esa paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”.  

En los últimos años, han sido muchos los testimonios de personas que se han visto sorprendidas por el comportamiento de los niños que formaban parte de su familia. Los niños, que cuentan generalmente entre tres y doce años tienen, por ejemplo, una relación con las nuevas tecnologías que no es producto de un aprendizaje convencional, sino que da la impresión de que ya vienen a este mundo con la lección aprendida.  

Que los seres humanos no cuidamos nuestro planeta no es una noticia nueva. Hay cada vez más científicos que dan la alarma y nos avisan de que el camino que seguimos es claramente insostenible. Si queremos –dicen- dejar a nuestros hijos y nietos un mundo habitable es preciso empezar ya una transición hacia otro modelo de producción, consumo y convivencia.  

El 9 de octubre de 2022 publicábamos en esta nuestra/vuestra revista un artículo de Ysabel De Zela Noriega titulado “Sostener los Sueños”.
Era un canto hermoso, una invitación a que nos acercáramos a conocer el maravilloso espacio que ella y su familia habían creado cerca de la costa al Norte de Perú, lo llaman Nuevo Amanecer y podéis leerlo en el siguiente enlace.  

La Tierra ha perdido su equilibrio desde hace ya años y la situación se va agravando pues los acuerdos que se toman sobre las medidas a llevar a cabo son insuficientes.
Eso me hace recordar esas palabras del preámbulo de la Carta de la Tierra que nos propone un marco ético para la sociedad del siglo XXI.
 

Por todas partes oímos que la humanidad se encuentra en los albores de una gran revolución, que el cambio que se avecina tiene proporciones inimaginables, quizá comparables con la revolución Neolítica que aconteció hace 10.000 años. Aquel cambio conmocionó todas las estructuras sociales del planeta y la humanidad configuró un nuevo marco con escenarios diferentes que permitirían dar un gran impulso al proyecto evolutivo del ser humano.