La pandemia ha mostrado una abismal desigualdad mundial y una cruel falta de solidaridad hacia las personas que no pueden mantener la distancia social ni dejar de trabajar porque entonces no tienen qué comer. Para ser concretos: no hemos abandonado aún el mundo de la barbarie: si ya la habíamos dejado, hemos vuelto ella.  

Vivimos condicionados por las dependencias que nos hemos ido creando, tanto las conscientes como las inconscientes. Si nos fijamos bien, la vida que hemos vivido hasta el momento está marcada por una secuencia de dependencias que nos hacen ser como somos, nos guste o no nos guste lo que vemos al mirarnos al espejo.  

He ahí una de las grandes cuestiones que todo ser humano se plantea en alguna oportunidad. La respuesta no es fácil, ni es única, sino que es algo cambiante pues dependerá del momento que estemos viviendo y de la percepción que tengamos de la realidad.  

Con frecuencia llegan a la redacción de esta revista preguntas interesándose por el estado de eso que hemos dado en llamar «masa crítica» a la vista de las noticias que se producen diariamente en todo el planeta y que ponen en tela de juicio que algo vaya a cambiar.  

Rumi fue un celebre poeta místico musulmán persa, un erudito religioso que nació en 1207 en lo que hoy es Afganistán. A través de los siglos su influencia se ha extendido por oriente y occidente, sus poemas han sido traducidos a varios idiomas. Tras su muerte sus seguidores fundaron la orden sufí de los Derviches Giróvagos, que realizan una meditación en movimiento donde hombres, y actualmente también mujeres, giran sobre sí mismos acompañados por flautas y tambores.  

Todo cuanto existe en el Universo se mueve entre dos conceptos contrapuestos: el orden y el caos. El uno no puede existir sin el otro, de la misma manera que la vida no existiría sin la muerte. Antes de que las cosas adquieran sentido, antes de que unos elementos se unan a otros para formar unos...  

En los últimos años habíamos vivido tormentas solares de una potencia extrema, huracanes devastadores, inundaciones como nunca antes se habían conocido, erupciones volcánicas, incendios que han devorado La Amazonía, Siberia, Brasil y Australia, costas arrasadas por los embates del mar… Por si fuera poco, a nivel personal se han vivido, también, experiencias difíciles, crisis de pareja, problemas con los hijos, pérdida de empleo, desencuentros con familiares o amigos queridos, dificultades económicas, perdida de bienes materiales, etc., y durante los últimos años de forma casi monográfica se han incrementado los problemas de salud… El colofón ha sido la crisis sanitaria y económica que se ha producido a causa de la Covid-19 y que ha afectado a todo el planeta.  

No va por mí esta reflexión, aunque soy abuelo y doy gracias por ello. Va, fundamentalmente, por todos aquellos abuelos que habiendo sido los grandes olvidados de los políticos, se han vuelto a convertir, por obra y gracia de la crisis, en el sostén económico de la familia.  

La erupción del Volcán de Cumbre Vieja en La Palma se inició a las 14:10 horas del 19 de septiembre de 2021. Durante casi tres meses ha mantenido su actividad y aunque lamentablemente ha habido que lamentar una pérdida humana, sí que ha causado grandes daños materiales, medioambientales y ha afectado emocionalmente a miles de personas de forma muy profunda.