Su autora, Lynne Twist, comienza reconociendo su época de típica esposa y madre estadounidense de clase media alta, que en los años setenta dedicaba la mayor parte de su tiempo, energía y dinero a tener más y mejores cosas que sus vecinos.
Su vida cambió cuando entró en contacto con Hunger Proyect y se convirtió en activista mundial. Especialista en recaudar fondos, se entregó a cuatro grandes iniciativas globales: Erradicar el hambre en el mundo, proteger el bosque tropical, mejorar las condiciones políticas, económicas y de salud de las mujeres y promover la comprensión científica de la conciencia humana.
En ese camino ha viajado por todo el mundo, observando cómo viven la relación con el dinero los más ricos y también los más pobres del planeta. De sus reflexiones y de sus aprendizajes ha sacado unas conclusiones interesantes que son las que comparte en las páginas de este libro.
Su vida cambió cuando entró en contacto con Hunger Proyect y se convirtió en activista mundial. Especialista en recaudar fondos, se entregó a cuatro grandes iniciativas globales: Erradicar el hambre en el mundo, proteger el bosque tropical, mejorar las condiciones políticas, económicas y de salud de las mujeres y promover la comprensión científica de la conciencia humana.
En ese camino ha viajado por todo el mundo, observando cómo viven la relación con el dinero los más ricos y también los más pobres del planeta. De sus reflexiones y de sus aprendizajes ha sacado unas conclusiones interesantes que son las que comparte en las páginas de este libro.
Pero, ¿qué es el dinero?
“El dinero no es un producto de la Naturaleza. El dinero es una invención humana que proviene de nuestra genialidad. Se inventó para facilitar el reparto y el intercambio de bienes y servicios entre individuos y grupos de personas, pero en algún lugar del camino el poder que le otorgamos sobrepasó su rol utilitario original, porque el dinero solo tiene el poder que le asignamos”. Por tanto, “el verdadero problema radica en la interpretación que hacemos de él y en nuestra interacción con él”.
Observando y haciéndonos conscientes de nuestra relación con el dinero, encontramos una verdadera oportunidad de autoconocimiento y de transformación personal. ¿Cómo?
En primer lugar, revisemos nuestras creencias sobre el dinero, la escasez y la forma de actuar en el mundo. Lynne destaca “los tres mitos tóxicos de la escasez”:
Observando y haciéndonos conscientes de nuestra relación con el dinero, encontramos una verdadera oportunidad de autoconocimiento y de transformación personal. ¿Cómo?
En primer lugar, revisemos nuestras creencias sobre el dinero, la escasez y la forma de actuar en el mundo. Lynne destaca “los tres mitos tóxicos de la escasez”:
- “No hay suficiente”. “Esta creencia, que invade nuestro mundo occidental, genera un miedo que nos conduce a enfocar nuestra vida de manera perjudicial para nosotros y para la colectividad”.
- “Más es mejor”. “Es la respuesta lógica si se teme que no hay suficiente. Esta creencia nos conduce a una cultura competitiva de acumulación y avaricia que solo intensifica nuestros miedos y acelera el ritmo de la carrera”.
“Así son las cosas”. “La resignación nos hace sentir desesperanzados, desamparados y cínicos; justifica la avaricia, el prejuicio y la inactividad fomentada por la escasez. Permite depositar un poder desorbitado en manos de unos pocos ricos, diseñar instituciones sociales y sistemas que los favorecen y, por tanto, no abordar satisfactoriamente las desigualdades y consecuencias inherentes que socavan la salud, la educación y la seguridad para todos”. “En esa resignación abandonamos nuestro propio potencial humano y la posibilidad de contribuir a crear un mundo próspero, equitativo y sano”.
Nuevo paradigma: Tú y yo
Si una vez revisadas nuestras creencias, llegamos a la conclusión de que necesitamos cambiar algo, nos propone trabajar por un cambio de paradigma: ¿por qué no pasar del “tú-o-yo” al “tú-y-yo”? Eso significaría reconocer que hay suficiente, aunque no ilimitado, para que toda la comunidad de vida que habita este planeta pueda desarrollarse y gozar de una vida digna.
En este punto se introduce el concepto de “suficiencia”. “Es un contexto que sacamos de nuestro interior, que nos recuerda que, si miramos a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos, encontraremos lo que necesitamos. Siempre hay suficiente”.
Tiene que ver con el reconocimiento de los propios recursos, no solo materiales, sino intelectuales, afectivos, espirituales…Y con la determinación y el compromiso de utilizarlos en consonancia con nuestros valores más elevados. Entonces encontramos el tesoro que estaba escondido en nuestro jardín, mientras dábamos vueltas por el mundo buscándolo.
En este punto se introduce el concepto de “suficiencia”. “Es un contexto que sacamos de nuestro interior, que nos recuerda que, si miramos a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos, encontraremos lo que necesitamos. Siempre hay suficiente”.
Tiene que ver con el reconocimiento de los propios recursos, no solo materiales, sino intelectuales, afectivos, espirituales…Y con la determinación y el compromiso de utilizarlos en consonancia con nuestros valores más elevados. Entonces encontramos el tesoro que estaba escondido en nuestro jardín, mientras dábamos vueltas por el mundo buscándolo.
Un nuevo concepto: la suficiencia
Para integrar este concepto de suficiencia en nuestras vidas, tenemos que tener en cuenta tres verdades fundamentales:
- “El dinero es como el agua” (fluye, lleva en sí la energía del alma, se debe conocer su origen y su destino, tenemos el poder de dirigir su flujo y de elegir su contenido intencionado).
- “Lo que se aprecia aumenta de valor” (cuando encontramos y utilizamos nuestros recursos como la riqueza que constituyen, este aprecio hace que aumenten y a su vez se enriquezcan en la interacción con los demás).
- “La colaboración crea prosperidad” (Fijémonos en la Naturaleza donde actúa la ley del apoyo mutuo que es lo que permite la supervivencia de todas las especies y la biodiversidad).
Y sobre todo tengamos la valentía de “cambiar el sueño”. “Cuando cambiemos el sueño que ahora tenemos – sueño, impulso y trance de tener más- entonces tendremos espacio para visualizar y crear el nuevo sueño, el que nos verá comprometidos con respetar, preservar y honrar lo que tenemos”.
Claro que es un largo camino como colectivo, pero ayudaremos a conseguirlo antes si individualmente tomamos la decisión consciente de asumir una postura al respecto.
“Cuando asumes una postura que no es la dominante, adquieres autenticidad, poder y claridad. Encuentras tu lugar en el universo y tienes la capacidad de mover el mundo…El hacerlo libera nuevas formas de ver y de ser que conducen hacia una libertad y poder sorprendentes respecto a nuestro dinero y nuestra vida”.
El libro termina con un canto a la esperanza de conseguir el mundo que todos deseamos, resaltando el poder creciente de “la marea cambiante”. Las múltiples acciones y experiencias de vivir ya según el nuevo paradigma de paz, respeto y dignidad para todos, nos sitúan como humanidad en el camino correcto hacia la liberación.