Sin embargo, no estamos exentos de equivocarnos. Lo mismo que la ciencia avanza en función de los resultados de sus experimentos, los seres humanos también avanzamos en la sabiduría de las relaciones a base de “meter la pata” con algunas personas que aceptamos en nuestro día a día o con las que establecemos todo tipo de relaciones y buena prueba de ello es la cantidad de divorcios que se producen al poco tiempo de haberse realizado el matrimonio o las rupturas entre amigos o socios.
Saber elegir es fundamental, sobre todo las compañías. Conozco a gente que enseguida que conoce a alguien lo integran en su vida como un ser fantástico, para al cabo de unos meses escucharles decir eso de: En realidad, era un «cantamañanas». Y es que los modelos en los que nos fijamos pensando que ellos son el paradigma del éxito o de la inteligencia, por ejemplo, luego nos enteramos de que no eran precisamente el mejor referente para imitarlos.
Saber elegir es fundamental, sobre todo las compañías. Conozco a gente que enseguida que conoce a alguien lo integran en su vida como un ser fantástico, para al cabo de unos meses escucharles decir eso de: En realidad, era un «cantamañanas». Y es que los modelos en los que nos fijamos pensando que ellos son el paradigma del éxito o de la inteligencia, por ejemplo, luego nos enteramos de que no eran precisamente el mejor referente para imitarlos.
¿Cuáles son los inconvenientes o frenos que nos impiden elegir libremente?
Seguramente, si nos ponemos a pensar, encontraríamos unos cuantos frenos pero el más común suele ser la ignorancia. Nos equivocamos al elegir algo o a alguien porque no tenemos información previa que nos permita establecer comparaciones o simplemente porque “las apariencias engañan” como dice el refrán. Nos fiamos de lo que nos llega a primera vista y, por supuesto, dejamos de lado lo que nos llega desde el corazón vía intuición. La publicidad, lo que nos cuentan los políticos que, según ellos, está dirigido a aumentar nuestro bienestar, nos nubla el sentido común y aceptamos como verdades lo que no son sino formas para que “compremos” lo que se nos ofrece con todo lujo de luz y sonido a través de los medios de comunicación.
Yo tuve la oportunidad de trabajar durante unos cuantos años en el mundo de la publicidad y recuerdo muy bien la frase que se manejaba para convertir en clientes de tal o cual producto a quienes tuvieran acceso a los contenidos de los anuncios. La frase era: “Lo importante es encontrar la clave del acceso mental del público objetivo que nos interesa”. Es decir, que si eres un integrante de la clase media, los anuncios de los coches de alta gama, que cuestan un “ojo de la cara”, no van dirigidos a ti. Por el contrario, los anuncios de coches de tipo familiar van dirigidos a quienes están casados y tienen algún hijo, algo que saben muy bien cuántos y hasta quiénes son.
La cuestión es “comerte el coco” para eliminar las trabas que tu libre albedrío y tu inteligencia puedan poner a la hora de comprar y puedas entrar por el carril que tan sabiamente han puesto a tu disposición.
Yo tuve la oportunidad de trabajar durante unos cuantos años en el mundo de la publicidad y recuerdo muy bien la frase que se manejaba para convertir en clientes de tal o cual producto a quienes tuvieran acceso a los contenidos de los anuncios. La frase era: “Lo importante es encontrar la clave del acceso mental del público objetivo que nos interesa”. Es decir, que si eres un integrante de la clase media, los anuncios de los coches de alta gama, que cuestan un “ojo de la cara”, no van dirigidos a ti. Por el contrario, los anuncios de coches de tipo familiar van dirigidos a quienes están casados y tienen algún hijo, algo que saben muy bien cuántos y hasta quiénes son.
La cuestión es “comerte el coco” para eliminar las trabas que tu libre albedrío y tu inteligencia puedan poner a la hora de comprar y puedas entrar por el carril que tan sabiamente han puesto a tu disposición.
Nadie tiene el derecho a equivocarse por ti
Saber elegir, esa es la clave. Elegir un buen melón, elegir un buen vino o un buen queso, un buen restaurante o una buena obra de teatro pero, sobre todo, saber elegir a las personas con las que quieres compartir tu vida: Tu pareja, tus padres, tus hijos, tus amigos... Y, al parecer, se pueden elegir a través de pactos antes de nacer.
Quizás ya habíais oído antes todo lo anterior, pero no está de más recordarlo, para no echar las culpas al Ayuntamiento por el mal estado de las calles si acaso nos tropezamos...
Quizás ya habíais oído antes todo lo anterior, pero no está de más recordarlo, para no echar las culpas al Ayuntamiento por el mal estado de las calles si acaso nos tropezamos...