En ese Proyecto, que también se llama Programa de Vida, o Propósito Fundamental de la Existencia, se tienen en cuenta no ya la familia donde vamos a encarnar y las relaciones que se establecerán entre ellos, sino también los encuentros que se van a tener, el trabajo que se va a desarrollar, incluso las enfermedades que podemos padecer si vamos en contra de nuestro propio Proyecto.
Todos esos datos que conforman el Proyecto Vital permanecen ocultos para el consciente con objeto de que no podamos interferir conscientemente en ello, sino que sea el corazón con sus impulsos el que nos lleve por el camino correcto.
Todos esos datos que conforman el Proyecto Vital permanecen ocultos para el consciente con objeto de que no podamos interferir conscientemente en ello, sino que sea el corazón con sus impulsos el que nos lleve por el camino correcto.
Desvelar el Programa de Vida a través del Corazón
Cada vez que tomamos decisiones que están de acuerdo al Programa de Vida sentimos en el plexo solar una apertura, una expansión, sentimos como una sensación de satisfacción total por haber hecho algo que va a favor nuestro. Por el contrario, cuando hacemos cosas, o tomamos decisiones que van en contra de nuestro Proyecto de Vida, en ese mismo punto, en el plexo solar sentimos como hay una opresión, sentimos que se cierra, sentimos que no entra energía por ahí.
Nuestra conciencia nos recrimina, aunque tengamos ya muy acostumbrada nuestra mente a tapar la voz de la conciencia.
Los hilos que unen a unos seres humanos con otros forman un tejido que trasciende de la propia vida, con el cual trabajaremos en próximas reencarnaciones hasta dar con el tejido vital que hemos deseado tener desde el primer momento que encarnamos, desde la primera encarnación.
Nuestro corazón es el gran valedor de las decisiones correctas que tomamos, es el que nos informa permanentemente de lo que está bien y lo que está mal. No solamente por la voz de la conciencia sino todo aquello que va a favor o en contra de nuestro propio Programa de Vida.
¿Y quiénes son esos Maestros que nos ayudan a crear el Programa de Vida?
Son seres a los que se les ha dado muchos nombres, el más corriente es el Ángel de la Guarda, pero también se les conoce como Protectores, Seres de Luz… en definitiva se trata de ese ser que se supone nos protege pero que en realidad lo que hace es estar dándonos información subliminal por debajo del consciente, de aquellas cosas que deberíamos tener en cuenta para ir por la vida de forma correcta.
Y hay otros seres que le acompañan, los Ingenieros de Alta Graduación que configuran el ADN tanto energético como físico y que tienen en cuenta todas las variaciones familiares que vamos a heredar, algunas aparecerán en la vida y otras no, y todo depende del tipo de decisiones que tomemos.
Además de ellos están los seres que han compartido con nosotros otras existencias anteriores, familia, amigos, gente con la que nos hemos relacionado, con los que hemos tenido cosas positivas y no tan positivas y que allí en ese plano de desencarnados pierden el carácter de negativo para convertirse exclusivamente en experiencias, en aprendizajes valiosos.
Y esas experiencias son las que nos van a permitir decidir qué tipo de vida queremos vivir, por dónde queremos caminar, que trabajo o profesión nos van a permitir desarrollar nuestras capacidades, qué situaciones nos van a hacer superar nuestros miedos, qué relaciones vamos a mantener que nos van a ayudar desarrollar nuestra capacidad de amar, de aprender, nuestra capacidad de superar las situaciones de todo tipo que se nos van a presentar.
Todos los seres con los que vamos a tener algún tipo de vínculo más cercano durante la encarnación en la Tierra conforman lo que se llama la familia espiritual, que está formada por espíritus con los que nos hemos relacionado anteriormente. A veces se acuerda vivir diferentes “papeles” para que el aprendizaje sea más completo; por ejemplo: Puede que en una encarnación dos espíritus acuerden vivir el papel de madre e hija y en la siguiente se intercambien los papeles para una mayor comprensión de lo vivido y a veces compensar por experiencias anteriores.
Así pues, no estamos solos a la hora de tomar la decisión de diseñar nuestro Programa de Vida y a todos nos gustaría que la vida física que vamos a vivir fuese un fiel reflejo de eso que hemos diseñado en el plano de desencarnados.
Ante las dudas lo mejor es consultar siempre a nuestro corazón porque es el que guarda el diseño en su interior.
Siente que tienes en tus manos la posibilidad de vivir una vida plena y feliz, de aprender para no repetir errores. Apóyate en los que te rodean porque ellos también hicieron pactos contigo en el otro plano y unos y otros nos apoyamos fraternalmente para que todos podamos alcanzar nuestros objetivos como seres en evolución.
Nuestra conciencia nos recrimina, aunque tengamos ya muy acostumbrada nuestra mente a tapar la voz de la conciencia.
Los hilos que unen a unos seres humanos con otros forman un tejido que trasciende de la propia vida, con el cual trabajaremos en próximas reencarnaciones hasta dar con el tejido vital que hemos deseado tener desde el primer momento que encarnamos, desde la primera encarnación.
Nuestro corazón es el gran valedor de las decisiones correctas que tomamos, es el que nos informa permanentemente de lo que está bien y lo que está mal. No solamente por la voz de la conciencia sino todo aquello que va a favor o en contra de nuestro propio Programa de Vida.
¿Y quiénes son esos Maestros que nos ayudan a crear el Programa de Vida?
Son seres a los que se les ha dado muchos nombres, el más corriente es el Ángel de la Guarda, pero también se les conoce como Protectores, Seres de Luz… en definitiva se trata de ese ser que se supone nos protege pero que en realidad lo que hace es estar dándonos información subliminal por debajo del consciente, de aquellas cosas que deberíamos tener en cuenta para ir por la vida de forma correcta.
Y hay otros seres que le acompañan, los Ingenieros de Alta Graduación que configuran el ADN tanto energético como físico y que tienen en cuenta todas las variaciones familiares que vamos a heredar, algunas aparecerán en la vida y otras no, y todo depende del tipo de decisiones que tomemos.
Además de ellos están los seres que han compartido con nosotros otras existencias anteriores, familia, amigos, gente con la que nos hemos relacionado, con los que hemos tenido cosas positivas y no tan positivas y que allí en ese plano de desencarnados pierden el carácter de negativo para convertirse exclusivamente en experiencias, en aprendizajes valiosos.
Y esas experiencias son las que nos van a permitir decidir qué tipo de vida queremos vivir, por dónde queremos caminar, que trabajo o profesión nos van a permitir desarrollar nuestras capacidades, qué situaciones nos van a hacer superar nuestros miedos, qué relaciones vamos a mantener que nos van a ayudar desarrollar nuestra capacidad de amar, de aprender, nuestra capacidad de superar las situaciones de todo tipo que se nos van a presentar.
Todos los seres con los que vamos a tener algún tipo de vínculo más cercano durante la encarnación en la Tierra conforman lo que se llama la familia espiritual, que está formada por espíritus con los que nos hemos relacionado anteriormente. A veces se acuerda vivir diferentes “papeles” para que el aprendizaje sea más completo; por ejemplo: Puede que en una encarnación dos espíritus acuerden vivir el papel de madre e hija y en la siguiente se intercambien los papeles para una mayor comprensión de lo vivido y a veces compensar por experiencias anteriores.
Así pues, no estamos solos a la hora de tomar la decisión de diseñar nuestro Programa de Vida y a todos nos gustaría que la vida física que vamos a vivir fuese un fiel reflejo de eso que hemos diseñado en el plano de desencarnados.
Ante las dudas lo mejor es consultar siempre a nuestro corazón porque es el que guarda el diseño en su interior.
Siente que tienes en tus manos la posibilidad de vivir una vida plena y feliz, de aprender para no repetir errores. Apóyate en los que te rodean porque ellos también hicieron pactos contigo en el otro plano y unos y otros nos apoyamos fraternalmente para que todos podamos alcanzar nuestros objetivos como seres en evolución.