También la respaldan tantos y tantas que a lo largo de la historia humana han hecho posible que las mentes de los hombres y las mujeres despierten de su letargo y descubran, a través de la sabiduría expresada por aquellos que han hablado y han obrado con amor e inteligencia, lo que trasciende de cada experiencia humana.
Por otra parte, esas certezas son alimentadas en mí por la capacidad creadora de esta especie materializada en sus obras: las incontables creaciones artísticas que han puesto de manifiesto lo que alienta su espíritu creador, a través de la música, la pintura, la escultura, o el diseño de todos los objetos que con tanta rutina utilizamos, sin caer en la cuenta de que son productos de su ingenio. También, por los frutos nacidos del mismo espíritu creador, gracias a los esfuerzos realizados, por muchos y muchas de entre nosotros, para encarar los enormes retos a través de la ciencia y la tecnología, las cuales desarrollan y agrandan nuestra comprensión de la realidad y nuestras habilidades.
Por otra parte, esas certezas son alimentadas en mí por la capacidad creadora de esta especie materializada en sus obras: las incontables creaciones artísticas que han puesto de manifiesto lo que alienta su espíritu creador, a través de la música, la pintura, la escultura, o el diseño de todos los objetos que con tanta rutina utilizamos, sin caer en la cuenta de que son productos de su ingenio. También, por los frutos nacidos del mismo espíritu creador, gracias a los esfuerzos realizados, por muchos y muchas de entre nosotros, para encarar los enormes retos a través de la ciencia y la tecnología, las cuales desarrollan y agrandan nuestra comprensión de la realidad y nuestras habilidades.
Razones para la esperanza
Tengo esperanza porque cada día nacen, en este planeta y en el territorio que habito, nuevos seres de incontables especies; tengo esperanza porque hay inocencia en los ojos de las niñas y de los niños; tengo esperanza porque miles de millones de seres humanos se levantan cada día y se predisponen a seguir creando.
Tengo esperanza porque la lucha por la supervivencia hace abandonar los rincones en los que se ha nacido en pos de proyectos nuevos que dignifiquen la vida propia y las de los que quedaron a la espera de que, los que se fueron, encuentren aquello que les permitirá sobrevivir.
Tengo esperanza porque me conmueve tanta lucha y sufrimiento que acarrea el nacer y que, a pesar de ello, no renunciemos a criar hijos y a entregarles la experiencia vivida para que sus proyectos sean viables.
Tengo esperanza porque confío en lo que la historia humana ha puesto de manifiesto: a esta Tierra acuden seres de mayor consciencia que, con su presencia y aportaciones, abren espacios de claridad en aquellos lugares y momentos en los que, aparentemente, todo está por hundirse y desaparecer en medio de la barbarie. Tengo esperanza porque yo, a pesar de las condiciones en las que nací, siempre estuve predispuesta a comprender, a aceptar y a amar.
Tengo esperanza porque creo, sin la menor duda, que estamos en las mejores condiciones para dar un salto de consciencia, como no se ha visto hasta hoy en esta sociedad mundo.
El ser humano, aunque no lo sepa, está impulsado por un espíritu de trascendencia que le hace ver, en medio de la más absoluta oscuridad, el camino que le puede llevar a un destino añorado, el cual dibuja e interpreta, en cada época, con los pequeños recursos que tiene a su alcance.
Generación tras generación ese destino se ilumina algo más, gracias a nuestra predisposición, para no perder la esperanza, diseñando respuestas y propiciando recursos para un “mientras tanto”.
Tengo esperanza porque la lucha por la supervivencia hace abandonar los rincones en los que se ha nacido en pos de proyectos nuevos que dignifiquen la vida propia y las de los que quedaron a la espera de que, los que se fueron, encuentren aquello que les permitirá sobrevivir.
Tengo esperanza porque me conmueve tanta lucha y sufrimiento que acarrea el nacer y que, a pesar de ello, no renunciemos a criar hijos y a entregarles la experiencia vivida para que sus proyectos sean viables.
Tengo esperanza porque confío en lo que la historia humana ha puesto de manifiesto: a esta Tierra acuden seres de mayor consciencia que, con su presencia y aportaciones, abren espacios de claridad en aquellos lugares y momentos en los que, aparentemente, todo está por hundirse y desaparecer en medio de la barbarie. Tengo esperanza porque yo, a pesar de las condiciones en las que nací, siempre estuve predispuesta a comprender, a aceptar y a amar.
Tengo esperanza porque creo, sin la menor duda, que estamos en las mejores condiciones para dar un salto de consciencia, como no se ha visto hasta hoy en esta sociedad mundo.
El ser humano, aunque no lo sepa, está impulsado por un espíritu de trascendencia que le hace ver, en medio de la más absoluta oscuridad, el camino que le puede llevar a un destino añorado, el cual dibuja e interpreta, en cada época, con los pequeños recursos que tiene a su alcance.
Generación tras generación ese destino se ilumina algo más, gracias a nuestra predisposición, para no perder la esperanza, diseñando respuestas y propiciando recursos para un “mientras tanto”.