invisibles
La otra humanidad que pide libertad frente a la esclavitud de la guerra, esa guerra que se nutre también de nuestro bienestar, triste, demencial, pero sabemos lo cierto que es.
¿Somos todos iguales? Sí. Escrito está en la Declaración de Los Derechos Humanos.
Sencillo, fácil de declarar, pero en absoluto verdad.
¿Somos todos iguales? Sí. Escrito está en la Declaración de Los Derechos Humanos.
Sencillo, fácil de declarar, pero en absoluto verdad.
una mirada global
La mirada que sabe que todos danzamos en una vida que sobre la Tierra se sustenta, un único planeta que gira y se desplaza vertiginosamente por el espacio.
Nebulosas de colores, radiantes soles que nutren a otras humanidades, estrellas que amanecen hoy y las que murieron, y que aún podemos ver en las noches claras de verano.
Dimensiones ocultas a nuestros sentidos... El Gran Espíritu, Dios, sin límites, sin fronteras.
Y nosotros parcelando la Tierra, construyendo muros y alambradas. Amurallando castillos, que llamamos Europa, América del Norte, "primer mundo", usando así la gramática, como tantas veces, con muy poca consideración.
Nebulosas de colores, radiantes soles que nutren a otras humanidades, estrellas que amanecen hoy y las que murieron, y que aún podemos ver en las noches claras de verano.
Dimensiones ocultas a nuestros sentidos... El Gran Espíritu, Dios, sin límites, sin fronteras.
Y nosotros parcelando la Tierra, construyendo muros y alambradas. Amurallando castillos, que llamamos Europa, América del Norte, "primer mundo", usando así la gramática, como tantas veces, con muy poca consideración.
mirándonos el ombligo
Frente a la mirada global, estamos muchos con la cabeza inclinada, observando ensimismados y bastante hipnotizados nuestro precioso ombligo. Y lo hacemos de formas tan variadas y sofisticadas, que apenas nos damos cuenta.
Nuestro mundo, el "primero", se ha llenado de infinidad de conceptos, modas, tendencias y mucha "cabeza".
Desde el Arte, que siempre fue ciencia, divinidad, belleza y con un toque de elegancia y romanticismo, pasando por la Medicina, la Espiritualidad y muchas otras expresiones de nuestro saber.
Y así nos sumergimos en un NOSOTROS gigante, donde curarnos, amarnos, buscarnos... hasta la saciedad, muchas veces sin control, puede empañar nuestra visión.
¿Que es aconsejable y necesario el cuidado de nosotros mismos? yo creo que sí, pero, como todo en la vida, en su justa medida, de otra manera, tanto ensimismamiento puede acabar apartándonos de esa mirada global tan urgente hoy en día.
Nuestro mundo, el "primero", se ha llenado de infinidad de conceptos, modas, tendencias y mucha "cabeza".
Desde el Arte, que siempre fue ciencia, divinidad, belleza y con un toque de elegancia y romanticismo, pasando por la Medicina, la Espiritualidad y muchas otras expresiones de nuestro saber.
Y así nos sumergimos en un NOSOTROS gigante, donde curarnos, amarnos, buscarnos... hasta la saciedad, muchas veces sin control, puede empañar nuestra visión.
¿Que es aconsejable y necesario el cuidado de nosotros mismos? yo creo que sí, pero, como todo en la vida, en su justa medida, de otra manera, tanto ensimismamiento puede acabar apartándonos de esa mirada global tan urgente hoy en día.
hacia el interior
No sé cuál es la fórmula y, posiblemente, existan tantas como seres humanos, pero tal vez, pararnos y respirar, en sentido figurado y también literal, dejar de estar tan ocupados, tan distraídos, huyendo muchas veces de nosotros mismos.
Escuchar al Corazón, el latido íntimo que nos recorre debajo de tantas máscaras, conectar con el Alma de nuestra Tierra desde nuestra propia alma.
Tampoco sé cuántas miradas de conciencia global son necesarias para que nuestro planeta sea un único universo, para que estos niños, ancianos, hombres y mujeres que dejan atrás sus vidas, se vuelvan visibles, sin tener que pasar noches enteras al raso baja las estrellas frías de invierno, sin apenas ropa y con la mirada fija en algún barrote.
Comencemos al menos con nuestra mirada.
Escuchar al Corazón, el latido íntimo que nos recorre debajo de tantas máscaras, conectar con el Alma de nuestra Tierra desde nuestra propia alma.
Tampoco sé cuántas miradas de conciencia global son necesarias para que nuestro planeta sea un único universo, para que estos niños, ancianos, hombres y mujeres que dejan atrás sus vidas, se vuelvan visibles, sin tener que pasar noches enteras al raso baja las estrellas frías de invierno, sin apenas ropa y con la mirada fija en algún barrote.
Comencemos al menos con nuestra mirada.