El divorcio es la disolución legal del vínculo matrimonial que permite a los cónyuges contraer nuevas nupcias. En España, el divorcio se regula por la Ley 15/2005, de 8 de julio, que introdujo el llamado "divorcio exprés", que elimina la necesidad de alegar una causa y reduce los plazos para solicitarlo. En 2022 se produjeron 179.107 matrimonios según el INEM, frente a los 81.302 procesos de divorcio.
A veces pienso si toda la parafernalia que se genera en las bodas, con todos los gastos que conlleva el alquiler del salón, el banquete, los trajes y vestidos de los novios y asistentes, el viaje de novios, etc., se ha basado en un compromiso consciente y coherente de los contrayentes porque, según las estadísticas, parece que no tanto.
En mi opinión, la madurez de los contrayentes, sobre todo si son jóvenes, (ahora el periodo de la “juventud” llega mucho más allá que hace unas pocas décadas) decanta la duración de la relación matrimonial.
La edad de los más jóvenes que se divorcian en España es difícil de determinar con exactitud, ya que los datos oficiales no suelen desglosar los divorcios por grupos de edad inferiores a 25 años. Sin embargo, según algunas fuentes, el número de divorcios entre personas menores de 30 años ha disminuido notablemente en la última década, debido a que los jóvenes se casan más tarde, sobre todo por las dificultades económicas y laborales que soportan actualmente. Además, hay que tener en cuenta que, a diferencia de épocas pasadas, el número de parejas de hecho ha aumentado exponencialmente, lo que no queda reflejado en ningún documento oficial, como tampoco las separaciones que se producen en estos casos.
A veces pienso si toda la parafernalia que se genera en las bodas, con todos los gastos que conlleva el alquiler del salón, el banquete, los trajes y vestidos de los novios y asistentes, el viaje de novios, etc., se ha basado en un compromiso consciente y coherente de los contrayentes porque, según las estadísticas, parece que no tanto.
En mi opinión, la madurez de los contrayentes, sobre todo si son jóvenes, (ahora el periodo de la “juventud” llega mucho más allá que hace unas pocas décadas) decanta la duración de la relación matrimonial.
La edad de los más jóvenes que se divorcian en España es difícil de determinar con exactitud, ya que los datos oficiales no suelen desglosar los divorcios por grupos de edad inferiores a 25 años. Sin embargo, según algunas fuentes, el número de divorcios entre personas menores de 30 años ha disminuido notablemente en la última década, debido a que los jóvenes se casan más tarde, sobre todo por las dificultades económicas y laborales que soportan actualmente. Además, hay que tener en cuenta que, a diferencia de épocas pasadas, el número de parejas de hecho ha aumentado exponencialmente, lo que no queda reflejado en ningún documento oficial, como tampoco las separaciones que se producen en estos casos.
El divorcio en España: duración, causas y consecuencias
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la duración media de los matrimonios en España durante el año 2020 fue de 16,6 años. Esta duración fue inferior a la medida estadísticamente en el año 2019, que fue de 16,8 años. La duración media de los matrimonios que terminaron en divorcio en 2020 fue de 14,5 años, la misma que en 2019.
El tipo de divorcio según el tipo de matrimonio en el año 2020 fue:
Civil: 68.664
Católico: 18.725
Otros: 1.869
La duración de los matrimonios puede variar según diferentes factores, como la edad, el nivel educativo, el estado civil previo, la región, el tipo de ceremonia y la custodia de los hijos. Algunos estudios sugieren que los matrimonios más duraderos son aquellos que se celebran entre personas de edades similares, con estudios universitarios, sin hijos previos, en comunidades con menor tasa de divorcio, por la iglesia y con custodia compartida.
El tipo de divorcio según el tipo de matrimonio en el año 2020 fue:
Civil: 68.664
Católico: 18.725
Otros: 1.869
La duración de los matrimonios puede variar según diferentes factores, como la edad, el nivel educativo, el estado civil previo, la región, el tipo de ceremonia y la custodia de los hijos. Algunos estudios sugieren que los matrimonios más duraderos son aquellos que se celebran entre personas de edades similares, con estudios universitarios, sin hijos previos, en comunidades con menor tasa de divorcio, por la iglesia y con custodia compartida.
Causas del divorcio
Las causas del divorcio son múltiples y complejas, y pueden depender de factores individuales, relacionales, sociales y culturales. Algunas de las causas más frecuentes son las siguientes:
- La falta de comunicación, entendimiento y respeto entre los cónyuges, que puede generar conflictos, desacuerdos, reproches y desgaste emocional.
- La infidelidad, que supone una ruptura de la confianza y la lealtad en la pareja, y que puede provocar sentimientos de traición, decepción, celos y rencor.
- La incompatibilidad de caracteres, intereses, valores y proyectos de vida, que puede generar distancia, aburrimiento, insatisfacción y falta de ilusión en la relación.
- La rutina, la monotonía y la pérdida de la pasión, que pueden afectar al deseo, la atracción y la intimidad sexual de la pareja, y que pueden conducir al desamor, la indiferencia y el desinterés.
- Los problemas económicos, laborales, familiares o de salud, que pueden generar estrés, ansiedad, depresión y dificultades para afrontar las responsabilidades y las obligaciones cotidianas.
- La violencia doméstica, que implica cualquier forma de maltrato físico, psicológico, sexual o económico ejercido por uno de los cónyuges sobre el otro, y que supone una grave vulneración de los derechos humanos y una amenaza para la integridad y la dignidad de la víctima.
Consecuencias del divorcio
El divorcio puede tener consecuencias positivas y negativas, tanto para los cónyuges como para los hijos, si los hay. Algunas de las consecuencias más habituales son las siguientes:
- La liberación, el alivio y la recuperación de la autonomía, la autoestima y la felicidad, que pueden favorecer el desarrollo personal, profesional y social de los cónyuges, y que pueden abrir la puerta a nuevas oportunidades y relaciones afectivas.
- El dolor, la tristeza y el duelo, que pueden acompañar al proceso de separación y de adaptación a la nueva situación, y que pueden requerir de apoyo emocional, terapéutico o legal para superarlos.
- Los cambios económicos, legales y logísticos, que pueden implicar la liquidación del régimen económico matrimonial, el reparto de los bienes y las deudas, la fijación de la pensión compensatoria o alimenticia, el cambio de domicilio o la modificación de la guarda y custodia de los hijos.
- Los efectos psicológicos, educativos y sociales en los hijos, que pueden variar según la edad, el género, la personalidad y las circunstancias de cada caso, y que pueden manifestarse en forma de ansiedad, depresión, baja autoestima, problemas de conducta, rendimiento académico o relaciones interpersonales.
Conclusión
El divorcio es una realidad cada vez más frecuente en nuestra sociedad, que puede tener diversas causas y consecuencias, tanto positivas como negativas, para los cónyuges y los hijos. Por ello, es importante afrontar el divorcio con madurez, respeto y responsabilidad, y contar con el apoyo y la orientación de profesionales especializados que puedan facilitar el proceso y minimizar el sufrimiento.