Hace poco tuve la oportunidad de escuchar en la Casa de Cultura del pueblo de Villamalea a Pedro Gómez Mora, quien dictó una conferencia sobre la crisis que estamos padeciendo.
Habló de los elementos que intervienen en la crisis y de sus palabras los asistentes nos llevamos la impresión de que no había salida, de que la cosa está montada de tal manera que los ciudadanos de a pie somos y seremos los “paganos” de esta historia.
Al final de la conferencia dejó caer la idea de que nosotros, “los de a pie” tenemos que aceptar lo que nos venga encima porque no tenemos otra opción. A la pregunta de si en España no se podría hacer lo mismo que han hecho los habitantes de Islandia, contestó que eso se había podido hacer en Islandia porque sólo eran doscientos y pico mil habitantes frente a los 45 millones de habitantes que tenemos en este país nuestro.
Y yo entonces me preguntaba que, si eso lo habían hecho los islandeses por ser pocos, menos somos en mi pueblo que no llega a 6.000 habitantes. Entonces ¿se podría organizar una rebelión en cada pueblo y salirse de este sistema corrupto y que sólo beneficia a los especuladores?
Resulta que los llamados “mercados” están formados por bancos, compañías de seguros, inversores con mucho dinero, especuladores varios… y a ninguno de ellos les importa un pimiento lo que le pase a usted o a mí si no llegamos a fin de mes, ni tampoco lo que les suceda a países como Grecia, España, Portugal, Italia, Irlanda…
A ellos lo único que les importa es amasar dinero caiga quien caiga. Obviamente se impone un cambio de rumbo radical en todas las políticas económicas mundiales o de lo contrario se puede liar gorda. No se entiende que sigan estirando de la cuerda un día sí y otro también a riesgo de que se rompa en cualquier momento y los países afectados por la sinrazón de los avaros y usureros que se esconden tras el eufemismo de “mercados”, decidan que hasta aquí hemos llegado y se nieguen a seguir pagando el chantaje que se les está imponiendo. Islandia es el primer ejemplo de lo que estoy diciendo.
Los “sin alma”
Este año se está convirtiendo por obra y gracia de la crisis en el “annus horribilis” que vaticinan los catastrofistas. Pero no van a se las radiaciones solares, ni los terremotos, ni los volcanes o el cambio climático los que provoquen el cataclismo físico, van a ser los especuladores los que organicen el follón, a menos que la cordura vuelva a la cabeza de quienes nos gobiernan aquí y en Europa y cierren el grifo de la sangría económica que sólo beneficia a los “sin alma”.
Me imagino que cuando se vayan al otro barrio los que forman los grupos de poder económicos, los grandes magnates (o mangantes) que dominan la economía mundial y se enfrenten a su historia personal, tal vez entonces se les caiga la cara de vergüenza ante el daño que han hecho a los seres humanos de este planeta.
Serán sin duda los más ricos del cementerio, pero se pudrirán igual que los demás y no se podrán llevar nada de lo que han amasado a costa de la vida de millones de personas. Esto que están haciendo es un verdadero genocidio que lamentablemente no será castigado como se merece. Y no hay que irse demasiado lejos para conocer a algunos de ellos que se encuentran en nuestro país.
Hace falta un cambio radical, pero sólo será posible si los seres humanos como usted y como yo se unen y, de la mano, se van uniendo a otros seres humanos conscientes y sin miedo para formar entre todos una muralla, como dice la canción, una muralla por donde no entren el miedo, la sumisión y, sobre todo, los “sin alma”, esos que serán sin duda los más ricos del cementerio.
Habló de los elementos que intervienen en la crisis y de sus palabras los asistentes nos llevamos la impresión de que no había salida, de que la cosa está montada de tal manera que los ciudadanos de a pie somos y seremos los “paganos” de esta historia.
Al final de la conferencia dejó caer la idea de que nosotros, “los de a pie” tenemos que aceptar lo que nos venga encima porque no tenemos otra opción. A la pregunta de si en España no se podría hacer lo mismo que han hecho los habitantes de Islandia, contestó que eso se había podido hacer en Islandia porque sólo eran doscientos y pico mil habitantes frente a los 45 millones de habitantes que tenemos en este país nuestro.
Y yo entonces me preguntaba que, si eso lo habían hecho los islandeses por ser pocos, menos somos en mi pueblo que no llega a 6.000 habitantes. Entonces ¿se podría organizar una rebelión en cada pueblo y salirse de este sistema corrupto y que sólo beneficia a los especuladores?
Resulta que los llamados “mercados” están formados por bancos, compañías de seguros, inversores con mucho dinero, especuladores varios… y a ninguno de ellos les importa un pimiento lo que le pase a usted o a mí si no llegamos a fin de mes, ni tampoco lo que les suceda a países como Grecia, España, Portugal, Italia, Irlanda…
A ellos lo único que les importa es amasar dinero caiga quien caiga. Obviamente se impone un cambio de rumbo radical en todas las políticas económicas mundiales o de lo contrario se puede liar gorda. No se entiende que sigan estirando de la cuerda un día sí y otro también a riesgo de que se rompa en cualquier momento y los países afectados por la sinrazón de los avaros y usureros que se esconden tras el eufemismo de “mercados”, decidan que hasta aquí hemos llegado y se nieguen a seguir pagando el chantaje que se les está imponiendo. Islandia es el primer ejemplo de lo que estoy diciendo.
Los “sin alma”
Este año se está convirtiendo por obra y gracia de la crisis en el “annus horribilis” que vaticinan los catastrofistas. Pero no van a se las radiaciones solares, ni los terremotos, ni los volcanes o el cambio climático los que provoquen el cataclismo físico, van a ser los especuladores los que organicen el follón, a menos que la cordura vuelva a la cabeza de quienes nos gobiernan aquí y en Europa y cierren el grifo de la sangría económica que sólo beneficia a los “sin alma”.
Me imagino que cuando se vayan al otro barrio los que forman los grupos de poder económicos, los grandes magnates (o mangantes) que dominan la economía mundial y se enfrenten a su historia personal, tal vez entonces se les caiga la cara de vergüenza ante el daño que han hecho a los seres humanos de este planeta.
Serán sin duda los más ricos del cementerio, pero se pudrirán igual que los demás y no se podrán llevar nada de lo que han amasado a costa de la vida de millones de personas. Esto que están haciendo es un verdadero genocidio que lamentablemente no será castigado como se merece. Y no hay que irse demasiado lejos para conocer a algunos de ellos que se encuentran en nuestro país.
Hace falta un cambio radical, pero sólo será posible si los seres humanos como usted y como yo se unen y, de la mano, se van uniendo a otros seres humanos conscientes y sin miedo para formar entre todos una muralla, como dice la canción, una muralla por donde no entren el miedo, la sumisión y, sobre todo, los “sin alma”, esos que serán sin duda los más ricos del cementerio.
