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¿Qué es la Programación Neurolingüística (PNL)?
Me gustaría explicarte qué es la PNL para mí y lo que ha supuesto en mi vida.
Si bien ha sido considerada por muchos autores como un conjunto de técnicas que ayudan al ser humano a conocer cómo funciona su mente, también se la ha definido como un arte, una ciencia, y “un método educativo que enseña a la gente a usar su cabeza”; para mí, fue un descubrimiento fascinante que produjo cambios importantes en mi vida.
Me hizo darme cuenta de la importancia del lenguaje, de la existencia de los programas mentales que me había creado, de la posibilidad de cambiar mis creencias limitativas por otras más potenciadoras y gratificantes…Todo ello abrió un nuevo mundo ante mis ojos.
La PNL es el método que estudia cómo proceso mi experiencia sensorial, cómo represento la información en mi mente y cómo doy sentido a lo que experimento en la vida, y todo ello con el objetivo de cambiar lo que no me agrada y aumentar el gozo cuando algo marcha bien y, además de todo lo anterior, me permite aprender comportamientos más exitosos a través del “sistema de modelado”.
Estas técnicas comienzan a mediados de los años setenta, a raíz del trabajo realizado por Richard Bandler y John Grinder. Ellos se preocuparon por estudiar cómo funcionan las cosas, y modelando a grandes comunicadores y a eficientes terapeutas, descubrieron “patrones funcionales” similares subyacentes en los estilos individuales de hacer terapia y comunicación, patrones que pasaron a sistematizar y a poner a disposición de otros profesionales. Posteriormente, Robert Dilts incorporó a la PNL el elemento “transpersonal”.
¿Cuál es el propósito de la PNL?
Su propósito es ser útil a la persona, incrementar sus posibilidades y mejorar su calidad de vida, y como consecuencia de todo ello ayudar a poner en marcha procesos de cambio, de re-orientación y de crecimiento, además de estudiar los procesos internos que dan a su vida sentido y congruencia.
Hoy en día la PNL está establecida en casi todas las áreas de comunicación, aprendizaje y terapia, así como en la política, negocios y como método de liderazgo.
El nombre de PNL viene dado por la combinación de varias palabras:
Programación alude a las maneras que usamos para organizar nuestras ideas y acciones a fin de producir resultados.
· Neuro: Significa que todo comportamiento interior y exterior es el resultado de procesos neurológicos de visión, audición, olfato, gusto y tacto. El ser humano experimenta el mundo a través de sus cinco sentidos.
· Lingüística: Se refiere al uso del lenguaje como instrumento para comunicarnos con los demás y ordenar nuestros pensamientos y conductas, así como para dar orden a nuestras percepciones.
La PNL es fundamentalmente práctica, por ello sé muy bien que para comprender su funcionamiento lo mejor es la experiencia, sin embargo considero necesario dar unas pinceladas de teoría sobre cuestiones básicas, unas pautas, a modo de introducción, antes de iniciar un ejercicio práctico, con el objeto de que el lector pueda adentrarse con más facilidad.
Los elementos básicos a partir de los que se forman los patrones de comportamiento son los sentidos, mediante los cuáles percibimos el entorno, explicamos nuestra experiencia y construimos nuestro modelo del mundo. En PNL les llamamos “sistemas representacionales” porque con ellos representamos la experiencia externa o interna que estamos viviendo, y confeccionamos un mapa personal. De ahí la presuposición de “el mapa no es el territorio” para describir que nuestras representaciones de la realidad no son la realidad.
Me gustaría explicarte qué es la PNL para mí y lo que ha supuesto en mi vida.
Si bien ha sido considerada por muchos autores como un conjunto de técnicas que ayudan al ser humano a conocer cómo funciona su mente, también se la ha definido como un arte, una ciencia, y “un método educativo que enseña a la gente a usar su cabeza”; para mí, fue un descubrimiento fascinante que produjo cambios importantes en mi vida.
Me hizo darme cuenta de la importancia del lenguaje, de la existencia de los programas mentales que me había creado, de la posibilidad de cambiar mis creencias limitativas por otras más potenciadoras y gratificantes…Todo ello abrió un nuevo mundo ante mis ojos.
La PNL es el método que estudia cómo proceso mi experiencia sensorial, cómo represento la información en mi mente y cómo doy sentido a lo que experimento en la vida, y todo ello con el objetivo de cambiar lo que no me agrada y aumentar el gozo cuando algo marcha bien y, además de todo lo anterior, me permite aprender comportamientos más exitosos a través del “sistema de modelado”.
Estas técnicas comienzan a mediados de los años setenta, a raíz del trabajo realizado por Richard Bandler y John Grinder. Ellos se preocuparon por estudiar cómo funcionan las cosas, y modelando a grandes comunicadores y a eficientes terapeutas, descubrieron “patrones funcionales” similares subyacentes en los estilos individuales de hacer terapia y comunicación, patrones que pasaron a sistematizar y a poner a disposición de otros profesionales. Posteriormente, Robert Dilts incorporó a la PNL el elemento “transpersonal”.
¿Cuál es el propósito de la PNL?
Su propósito es ser útil a la persona, incrementar sus posibilidades y mejorar su calidad de vida, y como consecuencia de todo ello ayudar a poner en marcha procesos de cambio, de re-orientación y de crecimiento, además de estudiar los procesos internos que dan a su vida sentido y congruencia.
Hoy en día la PNL está establecida en casi todas las áreas de comunicación, aprendizaje y terapia, así como en la política, negocios y como método de liderazgo.
El nombre de PNL viene dado por la combinación de varias palabras:
Programación alude a las maneras que usamos para organizar nuestras ideas y acciones a fin de producir resultados.
· Neuro: Significa que todo comportamiento interior y exterior es el resultado de procesos neurológicos de visión, audición, olfato, gusto y tacto. El ser humano experimenta el mundo a través de sus cinco sentidos.
· Lingüística: Se refiere al uso del lenguaje como instrumento para comunicarnos con los demás y ordenar nuestros pensamientos y conductas, así como para dar orden a nuestras percepciones.
La PNL es fundamentalmente práctica, por ello sé muy bien que para comprender su funcionamiento lo mejor es la experiencia, sin embargo considero necesario dar unas pinceladas de teoría sobre cuestiones básicas, unas pautas, a modo de introducción, antes de iniciar un ejercicio práctico, con el objeto de que el lector pueda adentrarse con más facilidad.
Los elementos básicos a partir de los que se forman los patrones de comportamiento son los sentidos, mediante los cuáles percibimos el entorno, explicamos nuestra experiencia y construimos nuestro modelo del mundo. En PNL les llamamos “sistemas representacionales” porque con ellos representamos la experiencia externa o interna que estamos viviendo, y confeccionamos un mapa personal. De ahí la presuposición de “el mapa no es el territorio” para describir que nuestras representaciones de la realidad no son la realidad.
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Existen tres “Sistemas Representacionales” básicos o “Modalidades” a los que se les denomina por las siglas: VAK
V: Visual, que implica la capacidad de recordar imágenes vistas con anterioridad y la posibilidad de crear nuevas imágenes y de transformar las ya vistas.
A: Auditivo, que es la capacidad de recordar palabras y sonidos escuchados con anterioridad y de formar nuevos sonidos.
K: Kinestésico o cenestésico, que incluye las sensaciones corporales, táctiles, sabores, olores y sensaciones interiores, por ejemplo el movimiento de los músculos.
Estas Modalidades o sentidos tienen unas subdivisiones o distinciones más finas llamadas “Submodalidades”, que representan el nivel donde se codifica la experiencia. Son “homeostáticas”, si una modalidad cambia, el sistema entero se ajusta o se adapta a este cambio. El impacto y significado de un recuerdo o pensamiento está más en función de unas pocas submodalidades críticas que del contenido. Las submodalidades pueden ser muy variadas: blanco, negro, color, brillo, volumen, tono, ritmo tamaño, profundidad, distancia, ubicación, frío, caliente, olor, sabor, etc.
Todas las personas tienen acceso a las tres modalidades, sin embargo la mayoría de ellas dominan uno de los sistemas, es decir, tienen un “sistema preferente”. Algunos acceden a su propio cerebro dentro de un marco de referencia visual, y reaccionan frente a imágenes que ven en su cabeza. Otros son básicamente auditivos y reaccionan con más fuerza frente a lo que oyen, y otros son más bien kinestésicos y reaccionan a lo que sienten. Estas diferencias hacen que personas con el mismo sistema preferente se comuniquen mejor entre ellas.
Además de las imágenes, sonidos y sensaciones que determinan qué sistema representacional estamos usando, existen también una serie de predicados nominales o verbales que usamos frecuentemente en nuestras conversaciones. Por ejemplo:
a) Sistema Visual: Observar, mostrar, revelar, se ve, aclarar, brillante, imagen, panorama, visionar, demostrar, etc..
b) Sistema Auditivo: Se escucha, suena, disonante, ser todo oídos, murmullo, silencio, sintonizar, estridencia, musicalidad, etc..
c) Sistema Kinestésico: Se siente, duro, blanco, se palpa, dulce, agrio, rígido, rechazar, contactar, atraer, etc.
V: Visual, que implica la capacidad de recordar imágenes vistas con anterioridad y la posibilidad de crear nuevas imágenes y de transformar las ya vistas.
A: Auditivo, que es la capacidad de recordar palabras y sonidos escuchados con anterioridad y de formar nuevos sonidos.
K: Kinestésico o cenestésico, que incluye las sensaciones corporales, táctiles, sabores, olores y sensaciones interiores, por ejemplo el movimiento de los músculos.
Estas Modalidades o sentidos tienen unas subdivisiones o distinciones más finas llamadas “Submodalidades”, que representan el nivel donde se codifica la experiencia. Son “homeostáticas”, si una modalidad cambia, el sistema entero se ajusta o se adapta a este cambio. El impacto y significado de un recuerdo o pensamiento está más en función de unas pocas submodalidades críticas que del contenido. Las submodalidades pueden ser muy variadas: blanco, negro, color, brillo, volumen, tono, ritmo tamaño, profundidad, distancia, ubicación, frío, caliente, olor, sabor, etc.
Todas las personas tienen acceso a las tres modalidades, sin embargo la mayoría de ellas dominan uno de los sistemas, es decir, tienen un “sistema preferente”. Algunos acceden a su propio cerebro dentro de un marco de referencia visual, y reaccionan frente a imágenes que ven en su cabeza. Otros son básicamente auditivos y reaccionan con más fuerza frente a lo que oyen, y otros son más bien kinestésicos y reaccionan a lo que sienten. Estas diferencias hacen que personas con el mismo sistema preferente se comuniquen mejor entre ellas.
Además de las imágenes, sonidos y sensaciones que determinan qué sistema representacional estamos usando, existen también una serie de predicados nominales o verbales que usamos frecuentemente en nuestras conversaciones. Por ejemplo:
a) Sistema Visual: Observar, mostrar, revelar, se ve, aclarar, brillante, imagen, panorama, visionar, demostrar, etc..
b) Sistema Auditivo: Se escucha, suena, disonante, ser todo oídos, murmullo, silencio, sintonizar, estridencia, musicalidad, etc..
c) Sistema Kinestésico: Se siente, duro, blanco, se palpa, dulce, agrio, rígido, rechazar, contactar, atraer, etc.
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EJERCICIO: Sistemas Representacionales y Submodalidades
Este ejercicio te ayudará a identificar qué sistema predomina en ti.
a) Sistema Visual: Te invito a que pienses en un recuerdo muy agradable, da lo mismo que sea reciente o lejano. Limítate a cerrar los ojos, relájate y piensa en ello. Ahora toma esa imagen y hazla más y más brillante. A medida que aumenta el brillo, fíjate en cómo cambia tu estado. Luego te pido que vayas acercando la imagen mental, y a continuación que la detengas y amplíes su tamaño. ¿Qué ocurre mientras uno manipula esa imagen? Que la intensidad de la experiencia cambia ¿no es cierto?
Para la mayoría de las personas recrear un recuerdo agradable y hacerlo más grande, más brillante y más próximo hace que la imagen sea incluso más poderosa y agradable. Aumenta la fuerza y el placer de la representación interna, y le pone a uno en un estado más vigoroso y alegre.
b) Sistema Auditivo: Vuelve al recuerdo agradable que nos ha servido antes de ejemplo. Aumenta el volumen de las voces o de los sonidos que oíste. Dales más ritmo, más profundidad, cámbiales el timbre. Que sean más fuertes y decididos.
c) Sistema Kinestésico: En estos supuestos se suelen producir reacciones diferentes en personas diferentes, cambiando su fisiología: la respiración puede ser más profunda, los hombros se yerguen, las facciones se relajan y todo el cuerpo se mantienen en una actitud vigilante.
El ejercicio también se podría hacer con un recuerdo desagradable: La imagen se amplifica para hacerla luego cada vez más pequeña, más oscura y distante; si se trata de una modalidad auditiva baja el volumen de las voces, de los sonidos, quítale el ritmo, y si se trata de una modalidad kinestésica haz que las sensaciones se aflojen.
Practicando este ejercicio puedes observar qué sistema es el que te resulta más fácil para recordar experiencias y también puedes completar tu descubrimiento atendiendo a los predicados nominales y verbales que acostumbras a utilizar en tu comunicación contigo y con los demás.
Este ejercicio te ayudará a identificar qué sistema predomina en ti.
a) Sistema Visual: Te invito a que pienses en un recuerdo muy agradable, da lo mismo que sea reciente o lejano. Limítate a cerrar los ojos, relájate y piensa en ello. Ahora toma esa imagen y hazla más y más brillante. A medida que aumenta el brillo, fíjate en cómo cambia tu estado. Luego te pido que vayas acercando la imagen mental, y a continuación que la detengas y amplíes su tamaño. ¿Qué ocurre mientras uno manipula esa imagen? Que la intensidad de la experiencia cambia ¿no es cierto?
Para la mayoría de las personas recrear un recuerdo agradable y hacerlo más grande, más brillante y más próximo hace que la imagen sea incluso más poderosa y agradable. Aumenta la fuerza y el placer de la representación interna, y le pone a uno en un estado más vigoroso y alegre.
b) Sistema Auditivo: Vuelve al recuerdo agradable que nos ha servido antes de ejemplo. Aumenta el volumen de las voces o de los sonidos que oíste. Dales más ritmo, más profundidad, cámbiales el timbre. Que sean más fuertes y decididos.
c) Sistema Kinestésico: En estos supuestos se suelen producir reacciones diferentes en personas diferentes, cambiando su fisiología: la respiración puede ser más profunda, los hombros se yerguen, las facciones se relajan y todo el cuerpo se mantienen en una actitud vigilante.
El ejercicio también se podría hacer con un recuerdo desagradable: La imagen se amplifica para hacerla luego cada vez más pequeña, más oscura y distante; si se trata de una modalidad auditiva baja el volumen de las voces, de los sonidos, quítale el ritmo, y si se trata de una modalidad kinestésica haz que las sensaciones se aflojen.
Practicando este ejercicio puedes observar qué sistema es el que te resulta más fácil para recordar experiencias y también puedes completar tu descubrimiento atendiendo a los predicados nominales y verbales que acostumbras a utilizar en tu comunicación contigo y con los demás.
