En el norte de España, frente al mar, un suscriptor de nuestra revista tiene su local de trabajo. Su profesión es la de zapatero, “zapatero remendón” insiste él, otorgando un toque de humildad a uno de los pocos oficios artesanales que ha logrado subsistir.
Día tras día el zapatero reflexionaba sobre qué cosas podría hacer él para poner su granito de arena y contribuir de alguna manera en alcanzar ese anhelado mundo mejor.
Por motivos familiares nunca ha tenido la oportunidad de asistir a los congresos que anualmente celebramos en Madrid, desde los que compartir Proyectos y Utopías para Un Mundo Mejor; esos espacios que se crean para experimentar juntos la energía del amor y del cambio.
Mientras contemplaba el mar y se aplicaba en sus zapatos nuestro zapatero soñaba….
Un buen día leyó el artículo sobre el trabajo que las Misioneras Franciscanas realizan en Senegal (La Iniciativa de la Esperanza. Conciencia Global nr 1) y vislumbró que desde su pequeño local frente al mar él podría echar una mano a esos niños abandonados, que podría transmutar su trabajo en alimento y cuidados para ellos.
Y tomó una generosa decisión: enviarles la recaudación del primer día de cada mes. “¿Te figuras cuantos biberones podrá preparar Justina con este dinero, me decía contento...?”.
En una emotiva carta nos contó que el universo, también generoso, le estaba multiplicando los donativos que él destinaba a estos niños y se despedía dando las gracias a todo aquel que ha logrado ser “solido-a-diario”.
Día tras día el zapatero reflexionaba sobre qué cosas podría hacer él para poner su granito de arena y contribuir de alguna manera en alcanzar ese anhelado mundo mejor.
Por motivos familiares nunca ha tenido la oportunidad de asistir a los congresos que anualmente celebramos en Madrid, desde los que compartir Proyectos y Utopías para Un Mundo Mejor; esos espacios que se crean para experimentar juntos la energía del amor y del cambio.
Mientras contemplaba el mar y se aplicaba en sus zapatos nuestro zapatero soñaba….
Un buen día leyó el artículo sobre el trabajo que las Misioneras Franciscanas realizan en Senegal (La Iniciativa de la Esperanza. Conciencia Global nr 1) y vislumbró que desde su pequeño local frente al mar él podría echar una mano a esos niños abandonados, que podría transmutar su trabajo en alimento y cuidados para ellos.
Y tomó una generosa decisión: enviarles la recaudación del primer día de cada mes. “¿Te figuras cuantos biberones podrá preparar Justina con este dinero, me decía contento...?”.
En una emotiva carta nos contó que el universo, también generoso, le estaba multiplicando los donativos que él destinaba a estos niños y se despedía dando las gracias a todo aquel que ha logrado ser “solido-a-diario”.
Rescatamos esta hermosa historia para constatar una vez más que mucha gente pequeña, en muchos sitios pequeños, haciendo cosas pequeñas, está cambiando el mundo.
En medio de tanto desprecio por el entorno, de la apatía y la indiferencia del hombre de hoy, que es el gran desafío de nuestro tiempo, cuando cada uno continúa con su rutina pensando en que no podemos arreglar nada, nos estamos lavando las manos, y a veces, lavándonos las manos nos ensuciamos la conciencia.
Cada uno de nosotros siempre puede hacer algo positivo.
¿Qué pasaría si cada uno de nosotros decidiéramos hacer alguna pequeña cosa positiva para cambiar la realidad?
¿Qué pasaría…?
Cada semana, junto a la visita al dentista o la compra semanal, apuntaríamos en nuestra agenda: “Mi contribución positiva para que un mundo mejor sea posible”.
Implícate cada día, contigo mismo, con los tuyos, con tu entorno laboral y medioambiental….
El poder reside en que hoy podemos ser todos.
Se hace necesario reflexionar sobre “cómo lleno mi vida”. Abramos los ojos: Si quiero transformar las demás cosas, primero he de transformar mi estado de conciencia.
En medio de tanto desprecio por el entorno, de la apatía y la indiferencia del hombre de hoy, que es el gran desafío de nuestro tiempo, cuando cada uno continúa con su rutina pensando en que no podemos arreglar nada, nos estamos lavando las manos, y a veces, lavándonos las manos nos ensuciamos la conciencia.
Cada uno de nosotros siempre puede hacer algo positivo.
¿Qué pasaría si cada uno de nosotros decidiéramos hacer alguna pequeña cosa positiva para cambiar la realidad?
¿Qué pasaría…?
Cada semana, junto a la visita al dentista o la compra semanal, apuntaríamos en nuestra agenda: “Mi contribución positiva para que un mundo mejor sea posible”.
Implícate cada día, contigo mismo, con los tuyos, con tu entorno laboral y medioambiental….
El poder reside en que hoy podemos ser todos.
Se hace necesario reflexionar sobre “cómo lleno mi vida”. Abramos los ojos: Si quiero transformar las demás cosas, primero he de transformar mi estado de conciencia.
Nuestra invitación es a comprometernos con la vida para poder protagonizarla. Ojalá que cada vez seamos más actores y abandonemos nuestro papel de eternos espectadores de nuestra propia vida.
Vamos a terminar nuestra invitación con la realización por vuestra parte de un pequeño ejercicio.
Gracias por estar despiertos.
Vamos a terminar nuestra invitación con la realización por vuestra parte de un pequeño ejercicio.
Gracias por estar despiertos.
Ejercicio de los deseos:
Os proponemos un pequeño ejercicio mental para el que os pedimos os concedáis unos minutos de tiempo, es importante hacerlo con atención, se trata del “ejercicio de los deseos”.
Cierra los ojos y toma durante unos instantes contacto con tu interior. Y desde ese estado de conciencia plantéate las siguientes cuestiones:
¿Qué deseo?
Repítelo mentalmente y visualiza aquello que deseas y que ocupa tu atención en estos momentos de tu vida.
A continuación, nos plantearemos la siguiente cuestión:
¿Qué puedo hacer para conseguirlo?
Repítelo mentalmente y visualiza los pasos que tienes que dar para conseguir ese o esos deseos actuales e importantes para ti.
Y por último pregúntate:
¿Lo necesito realmente?
Repítelo mentalmente y reflexiona de forma sincera cuan necesario es para ti eso que deseas y a lo que estás dedicando tu tiempo y tu energía.
Pepa Carrillo
Presidenta de Fundación Valores (https://www.fundacionvalores.es)