¡Es que no doy crédito!

Se supone que nuestros representantes políticos, tanto los que están en el gobierno como los distintos partidos de la oposición, están ahí para tratar de solucionar los problemas de los ciudadanos, que son muchos y muy graves. Sin embargo, en lugar de dedicarse a solucionar esos problemas, toda su energía se centra en algo que a la mayoría de los españoles nos importa mucho menos que el encarecimiento de la vida, las listas de espera de los hospitales, el coste de la vivienda, los niveles de pobreza que cada día son mayores entre la gente… Es decir, que se dedican al “y tú más”, llegando al insulto, a la descalificación, a acusar de corrupción no solo a integrantes de los partidos sino también a los familiares de unos y de otros… Los ciudadanos pasamos a ocupar un tercer o cuarto lugar en sus preocupaciones, salvo cuando los tractores invaden las calles, entonces hacen como que escuchan pero sin dar soluciones.

Resulta que según parece España es el primer país europeo en importaciones de frutas y verduras, muy por encima de las exportaciones. Así, es normal que vayas a comprar patatas, por ejemplo, y no haya patatas españolas sino francesas (a éstas no se las han tirado de los camiones como hacen los franceses con las nuestras). Esto es un simple ejemplo, como lo son las naranjas marroquís, los espárragos chinos o africanos y tantas y tantas cosas que, produciéndose en nuestro país, las grandes superficies no tienen empacho en poner en sus estanterías las que traen de fuera, sin importarles la ruina de nuestros agricultores y ganaderos.. 

Todo el mundo sabe que a los políticos lo que les preocupa es llegar al poder para, de esa forma, tratar de solucionar los problemas de los ciudadanos, como dije antes. Pero a la hora de la verdad solo se afrontan las que tienen repercusión mediática, sobre todo si se acercan las elecciones. La verdad es que a mí personalmente me da vergüenza ajena ver los debates del Congreso. Solo les falta llegar a las manos, como ocurre en algún que otro parlamento tercermundista. Si sus señorías preguntaran a la gente de a pie sobre los debates que protagonizan a voz en grito, seguramente se llevarían una sorpresa al comprobar la mala imagen que tienen a nivel popular. Según los señores diputados y senadores el asunto de las broncas siempre serían provocaciones de los otros, que son muy malos… y viceversa.

Parece mentira que en un país donde la gente en general se comporta civilizadamente, tengamos que soportar a estos representantes que solo se representan a sí mismos, capaces de buscar alianzas antipopulares para mantenerse en el cargo, sin importarles lo que opinan los ciudadanos. Quizás deberían hacer consultas populares más a menudo para, a partir de ahí, centrar sus esfuerzos en dar respuestas coherentes y eficaces a los verdaderos problemas y deseos de justicia de las personas.

Esto ha sido un desahogo personal, pero me gustaría que quienes lean este artículo, den su opinión al respecto. Todas las opiniones serán bienvenidas si están dentro del respeto y la buena educación. Gracias.