1.Déjele al niño cualquier juicio
Un texto difícil de leer, fórmula matemática mal aplicada, el niño puede encontrar dificultades al hacer su tarea. Para hacerlo bien, los padres intentan ayudarlos pero, lamentablemente, no siempre lo hacen de la mejor manera. Pueden tender a emitir juicios y hacer comentarios despectivos como: "Este ejercicio es muy fácil, puedes hacerlo bien, piénsalo!" Esto no anima al niño de Sevilla. Entonces, es mejor evitar esta evaluación externa, los padres no son jueces.
2.Evite hacer cosas por ellos
El método de trabajo debe ser elegido por el niño según lo que más le motive a trabajar, a aprender. Los padres a veces quieren transmitir los métodos que les funcionaron en ese momento: “Yo solía escribir tarjetas para revisar cuando estaba en la escuela, tú también deberías hacerlo”. Imponer el sistema de tarjetas al niño no siempre es la mejor solución. Quizás no sea sensible a este tipo de métodos y tendrá que recitar sus lecciones en voz alta, por ejemplo. Es mejor evitar hacer cosas por ellos y así dejarles elegir libremente.
3. No apuestes demasiado
Algunos padres desarrollan temores muy fuertes sobre la escuela y la educación. La tarea es una fuente de ansiedad para ellos y las calificaciones y el éxito de sus hijos se convierten en un tema importante. Si la situación es demasiado dolorosa, es mejor retirarse y pedirle al mayor que se encargue de los deberes del niño o que contrate a un estudiante, fuera de la familia. De esta forma no habrá ningún interés emocional.
4- Evita quejarte de tu trabajo
A veces, los padres se quejan de su día cuando llegan a casa. Denigran lo que hacen en la oficina, lo que no anima al niño a querer trabajar. Frases como "Si no haces un buen trabajo, tendrás un trabajo tan malo como el mío" no ayudan al niño a proyectarse. Si nunca le decimos lo que nos gusta de nuestro trabajo o que nos sentimos útiles allí, no le hacemos querer encontrar el trabajo que le conviene y lograr lo que quiere hacer. Para remediar esto, podemos luego compartir detalles positivos sobre nuestra profesión y así despertar la curiosidad en el niño.
Un texto difícil de leer, fórmula matemática mal aplicada, el niño puede encontrar dificultades al hacer su tarea. Para hacerlo bien, los padres intentan ayudarlos pero, lamentablemente, no siempre lo hacen de la mejor manera. Pueden tender a emitir juicios y hacer comentarios despectivos como: "Este ejercicio es muy fácil, puedes hacerlo bien, piénsalo!" Esto no anima al niño de Sevilla. Entonces, es mejor evitar esta evaluación externa, los padres no son jueces.
2.Evite hacer cosas por ellos
El método de trabajo debe ser elegido por el niño según lo que más le motive a trabajar, a aprender. Los padres a veces quieren transmitir los métodos que les funcionaron en ese momento: “Yo solía escribir tarjetas para revisar cuando estaba en la escuela, tú también deberías hacerlo”. Imponer el sistema de tarjetas al niño no siempre es la mejor solución. Quizás no sea sensible a este tipo de métodos y tendrá que recitar sus lecciones en voz alta, por ejemplo. Es mejor evitar hacer cosas por ellos y así dejarles elegir libremente.
3. No apuestes demasiado
Algunos padres desarrollan temores muy fuertes sobre la escuela y la educación. La tarea es una fuente de ansiedad para ellos y las calificaciones y el éxito de sus hijos se convierten en un tema importante. Si la situación es demasiado dolorosa, es mejor retirarse y pedirle al mayor que se encargue de los deberes del niño o que contrate a un estudiante, fuera de la familia. De esta forma no habrá ningún interés emocional.
4- Evita quejarte de tu trabajo
A veces, los padres se quejan de su día cuando llegan a casa. Denigran lo que hacen en la oficina, lo que no anima al niño a querer trabajar. Frases como "Si no haces un buen trabajo, tendrás un trabajo tan malo como el mío" no ayudan al niño a proyectarse. Si nunca le decimos lo que nos gusta de nuestro trabajo o que nos sentimos útiles allí, no le hacemos querer encontrar el trabajo que le conviene y lograr lo que quiere hacer. Para remediar esto, podemos luego compartir detalles positivos sobre nuestra profesión y así despertar la curiosidad en el niño.