La Trascendencia: Más Allá de lo Ordinario
La trascendencia es un estado psicológico que nos lleva a conectar con algo más grande que nosotros mismos. Vamos a explorar algunas teorías y autores que han dado pasos para intentar hacer realidad ese concepto en nuestra vida.
Por ejemplo, el psicólogo humanista Abraham Maslow situó la trascendencia en la cumbre de su famosa Pirámide de Necesidades. Es el último estadio del desarrollo humano, donde buscamos conocimientos más allá de lo convencional. Para Maslow, trascender significa relacionarnos de manera más elevada con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con el Cosmos.
Desde la Filosofía, la trascendencia se refiere a todo lo que está más allá del mundo tangible. Emmanuel Kant la definió como la capacidad de la razón para adquirir conocimientos más elevados y sofisticados. Para William James, padre de la psicología americana, la trascendencia era una emoción intensa que podíamos experimentar a través de la naturaleza.
Desde un punto de vista holístico, hoy podemos considerar la trascendencia no solo como una dimensión espiritual o mística; también tiene una base científica. Viktor Frankl, por ejemplo, afirmó que esta dimensión esencial nos diferencia de otras especies. Es la hermana de la autorrealización, y alcanzarla implica plenitud en relación con el mundo. La trascendencia integra aspectos emocionales, intelectuales y sociales.
La trascendencia es una invitación a mirar más allá de lo ordinario, a atrevernos a explorar lo desconocido y a conectar con algo más grande que nosotros mismos… La aceptación de la trascendencia nos ayuda a alcanzar una vida más plena y un mayor bienestar en todos los planos: físico, energético, mental/emocional y espiritual.
¿Se puede fomentar el sentimiento de trascendencia?
Evidentemente si, hay algunas prácticas que podríamos considerar como los escalones para alcanzar ese sentido de pertenencia a algo mucho más grande que nosotros mismos. He aquí algunas prácticas.
Práctica de la Atención Plena (Mindfulness): La atención plena nos ayuda a estar presentes en el momento actual. Dedica tiempo cada día para meditar, respirar conscientemente o simplemente observar tus pensamientos sin juzgarlos. Esto te conectará con una sensación de trascendencia más allá de las preocupaciones cotidianas.
Explora la Naturaleza: Sal al aire libre y sumérgete en la naturaleza. Observa los árboles, las aves, los ríos y las montañas. La belleza natural puede inspirar una sensación de conexión con algo más grande que nosotros mismos.
Lee y Reflexiona: Explora textos filosóficos, espirituales o poéticos. Lee sobre las experiencias de personas que han buscado la trascendencia. Reflexiona sobre lo que lees y cómo se relaciona con tu propia vida.
Practica la Gratitud: Agradece por las pequeñas cosas de la vida. La gratitud nos ayuda a reconocer la belleza y la abundancia en nuestro entorno, lo que puede llevarnos a una sensación de trascendencia.
Encuentra Significado en lo Cotidiano: Busca significado en las actividades diarias. ¿Cómo puedes encontrar propósito en tu trabajo, tus relaciones o tus hobbies? La trascendencia a menudo se encuentra en los detalles más simples.
Conéctate con los Demás: Relaciónate con personas que comparten tus inquietudes espirituales. Participa en grupos de debate, asiste a eventos culturales o busca comunidades que valoren la trascendencia.
Practica la Creatividad: La creatividad nos permite expresar nuestra esencia más profunda. Pinta, escribe, toca música, baila, o realiza cualquier actividad creativa que te haga sentir conectado con algo más allá de ti mismo.
Recuerda que la trascendencia es subjetiva y única para cada persona. Experimenta y descubre qué prácticas te ayudan a elevarte más allá de lo ordinario.
Por ejemplo, el psicólogo humanista Abraham Maslow situó la trascendencia en la cumbre de su famosa Pirámide de Necesidades. Es el último estadio del desarrollo humano, donde buscamos conocimientos más allá de lo convencional. Para Maslow, trascender significa relacionarnos de manera más elevada con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con el Cosmos.
Desde la Filosofía, la trascendencia se refiere a todo lo que está más allá del mundo tangible. Emmanuel Kant la definió como la capacidad de la razón para adquirir conocimientos más elevados y sofisticados. Para William James, padre de la psicología americana, la trascendencia era una emoción intensa que podíamos experimentar a través de la naturaleza.
Desde un punto de vista holístico, hoy podemos considerar la trascendencia no solo como una dimensión espiritual o mística; también tiene una base científica. Viktor Frankl, por ejemplo, afirmó que esta dimensión esencial nos diferencia de otras especies. Es la hermana de la autorrealización, y alcanzarla implica plenitud en relación con el mundo. La trascendencia integra aspectos emocionales, intelectuales y sociales.
La trascendencia es una invitación a mirar más allá de lo ordinario, a atrevernos a explorar lo desconocido y a conectar con algo más grande que nosotros mismos… La aceptación de la trascendencia nos ayuda a alcanzar una vida más plena y un mayor bienestar en todos los planos: físico, energético, mental/emocional y espiritual.
¿Se puede fomentar el sentimiento de trascendencia?
Evidentemente si, hay algunas prácticas que podríamos considerar como los escalones para alcanzar ese sentido de pertenencia a algo mucho más grande que nosotros mismos. He aquí algunas prácticas.
Práctica de la Atención Plena (Mindfulness): La atención plena nos ayuda a estar presentes en el momento actual. Dedica tiempo cada día para meditar, respirar conscientemente o simplemente observar tus pensamientos sin juzgarlos. Esto te conectará con una sensación de trascendencia más allá de las preocupaciones cotidianas.
Explora la Naturaleza: Sal al aire libre y sumérgete en la naturaleza. Observa los árboles, las aves, los ríos y las montañas. La belleza natural puede inspirar una sensación de conexión con algo más grande que nosotros mismos.
Lee y Reflexiona: Explora textos filosóficos, espirituales o poéticos. Lee sobre las experiencias de personas que han buscado la trascendencia. Reflexiona sobre lo que lees y cómo se relaciona con tu propia vida.
Practica la Gratitud: Agradece por las pequeñas cosas de la vida. La gratitud nos ayuda a reconocer la belleza y la abundancia en nuestro entorno, lo que puede llevarnos a una sensación de trascendencia.
Encuentra Significado en lo Cotidiano: Busca significado en las actividades diarias. ¿Cómo puedes encontrar propósito en tu trabajo, tus relaciones o tus hobbies? La trascendencia a menudo se encuentra en los detalles más simples.
Conéctate con los Demás: Relaciónate con personas que comparten tus inquietudes espirituales. Participa en grupos de debate, asiste a eventos culturales o busca comunidades que valoren la trascendencia.
Practica la Creatividad: La creatividad nos permite expresar nuestra esencia más profunda. Pinta, escribe, toca música, baila, o realiza cualquier actividad creativa que te haga sentir conectado con algo más allá de ti mismo.
Recuerda que la trascendencia es subjetiva y única para cada persona. Experimenta y descubre qué prácticas te ayudan a elevarte más allá de lo ordinario.
Vida más allá de la muerte
Hace poco estuve en una conferencia donde un empresario narraba su increíble experiencia… mientras se encontraba donando sangre tuvo una muerte clínica. Fue el encuentro con esa dimensión trascendente que le planteó la certeza de que había algún tipo de existencia más allá del mundo físico.
Evidentemente, tomar consciencia de esa “continuidad” de la vida con una consciencia diferente hace que las personas que han pasado por esas experiencias tengan grandes cambios en sus planteamientos, en sus creencias y en su forma de ver la vida. La mayoría de ellos admiten que de forma natural se desarrolla una mayor capacidad para relativizar los acontecimientos, una mayor perspectiva, una interpretación y valoración diferente a lo que hasta entonces había sido su escala de valores… También hablan de que pierden el miedo más grande con el que nacemos los seres humanos: el miedo a la muerte, del que derivan todos los demás miedos que nos afectan.
Además, la inmersión en ese otro estado de Conciencia les hace buscar un sentido profundo a lo que viven, les hace plantearse algo que quizá antes nunca se habían preguntado: ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Qué he venido a hacer aquí? ¿Tengo un propósito de vida? A partir de ese momento buscarán respuesta a esas inquietudes y comenzarán un viaje personal y profundo que no terminará nunca.
Evidentemente, tomar consciencia de esa “continuidad” de la vida con una consciencia diferente hace que las personas que han pasado por esas experiencias tengan grandes cambios en sus planteamientos, en sus creencias y en su forma de ver la vida. La mayoría de ellos admiten que de forma natural se desarrolla una mayor capacidad para relativizar los acontecimientos, una mayor perspectiva, una interpretación y valoración diferente a lo que hasta entonces había sido su escala de valores… También hablan de que pierden el miedo más grande con el que nacemos los seres humanos: el miedo a la muerte, del que derivan todos los demás miedos que nos afectan.
Además, la inmersión en ese otro estado de Conciencia les hace buscar un sentido profundo a lo que viven, les hace plantearse algo que quizá antes nunca se habían preguntado: ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Qué he venido a hacer aquí? ¿Tengo un propósito de vida? A partir de ese momento buscarán respuesta a esas inquietudes y comenzarán un viaje personal y profundo que no terminará nunca.