Hoy quiero compartir con vosotros una hermosa experiencia que es un claro ejemplo de un proceso de transformación que hemos vivido en primera persona un grupo de personas y que avala todas esas teorías e hipótesis que lanzan científicos de renombre en todo el mundo.
Los encuentros del Camino del Corazón tienen lugar una vez al mes en El Escorial, un pueblo precioso cercano a Madrid, allí, bajo el cobijo del Monte Abantos, en medio de la naturaleza, al amparo de robles centenarios y pinos gigantescos nos reunimos durante un fin de semana para recorrer una serie de “escenarios internos” que nos permiten reconocer nuestro verdadero ser, sus potencialidades, sus recursos, sus capacidades y en el proceso descubrir el Propósito Fundamental de la existencia de cada uno de los participantes.
En esos encuentros siempre está presente la Magia, las coincidencias significativas, lo inmanente… y nuestra capacidad de asombro va en aumento a medida que transcurren las horas. Llegamos el viernes por la tarde, cada uno cargado con sus tensiones, sus dificultades, sus problemas, sus gozos, sus logros… luces y sombras que nos acompañan como una capa bajo la cual creemos estar “protegidos”.
Sin embargo, el pasado fin de semana, los días 11,12 y 13 de septiembre ocurrieron cosas muy especiales y me gustaría volcar aquí algunos testimonios de los protagonistas. A nivel personal yo os confieso que aún sigo emocionada por todo lo vivido.
Los encuentros del Camino del Corazón tienen lugar una vez al mes en El Escorial, un pueblo precioso cercano a Madrid, allí, bajo el cobijo del Monte Abantos, en medio de la naturaleza, al amparo de robles centenarios y pinos gigantescos nos reunimos durante un fin de semana para recorrer una serie de “escenarios internos” que nos permiten reconocer nuestro verdadero ser, sus potencialidades, sus recursos, sus capacidades y en el proceso descubrir el Propósito Fundamental de la existencia de cada uno de los participantes.
En esos encuentros siempre está presente la Magia, las coincidencias significativas, lo inmanente… y nuestra capacidad de asombro va en aumento a medida que transcurren las horas. Llegamos el viernes por la tarde, cada uno cargado con sus tensiones, sus dificultades, sus problemas, sus gozos, sus logros… luces y sombras que nos acompañan como una capa bajo la cual creemos estar “protegidos”.
Sin embargo, el pasado fin de semana, los días 11,12 y 13 de septiembre ocurrieron cosas muy especiales y me gustaría volcar aquí algunos testimonios de los protagonistas. A nivel personal yo os confieso que aún sigo emocionada por todo lo vivido.
Desde febrero a septiembre
El fin de semana del 21,22,23 de febrero de 2020 tuvo lugar el último encuentro de Caminantes del Corazón… a partir de ahí ya sabemos todos los grandes cambios que se operaron en nuestra vida con los problemas originados por la enfermedad Covid-19. Para muchas personas habrán sido, sin duda, los meses más duros de su vida en los que el miedo, la incertidumbre, la desconfianza, el pesimismo, la impotencia y también la rabia, el enfado, la no aceptación de lo que estaba sucediendo… estaban a la orden del día. Ha habido pérdidas de seres queridos, pero también rupturas, pérdidas de empleo, paro forzoso para muchos en sus actividades profesionales independientes… Por supuesto, también han surgido rayos de luz en forma de iniciativas solidarias, gestos de humanidad, de generosidad, de desapego, deseos de compartir y ayudar en lo que pudieran en muchas personas por todo el mundo.
Los Caminantes echábamos de menos nuestros encuentros y el parón obligado en el Camino del Corazón en el que cada uno se había quedado en una etapa del viaje, en una determinada Posada e Itinerario Interior porque las medidas del estado de alarma, el confinamiento, el aislamiento social, etc. impedían los encuentros.
Y por fin, en Septiembre, pudimos convocar el tan esperado encuentro, una ocasión especial tal vez por el tiempo transcurrido sin reunirnos de forma presencial con otros caminantes, tal vez por la situación que estamos atravesando como humanidad, tal vez por los momentos tan duros que hemos superado, tal vez porque todos necesitábamos la cercanía, el reconocimiento, la mirada amable y las palabras acogedoras, tal vez porque nos hacía falta recuperar el contacto y sentir que seguíamos en el mismo barco y a pesar de todo lo que ha pasado remábamos juntos en la misma dirección… tal vez porque nos necesitamos mucho unos a otros, más de lo que pensábamos… no lo sé, seguramente por todo eso y mucho más lo vivido en ese fin de semana superó con creces cualquier expectativa que pudiéramos tener.
Los Caminantes echábamos de menos nuestros encuentros y el parón obligado en el Camino del Corazón en el que cada uno se había quedado en una etapa del viaje, en una determinada Posada e Itinerario Interior porque las medidas del estado de alarma, el confinamiento, el aislamiento social, etc. impedían los encuentros.
Y por fin, en Septiembre, pudimos convocar el tan esperado encuentro, una ocasión especial tal vez por el tiempo transcurrido sin reunirnos de forma presencial con otros caminantes, tal vez por la situación que estamos atravesando como humanidad, tal vez por los momentos tan duros que hemos superado, tal vez porque todos necesitábamos la cercanía, el reconocimiento, la mirada amable y las palabras acogedoras, tal vez porque nos hacía falta recuperar el contacto y sentir que seguíamos en el mismo barco y a pesar de todo lo que ha pasado remábamos juntos en la misma dirección… tal vez porque nos necesitamos mucho unos a otros, más de lo que pensábamos… no lo sé, seguramente por todo eso y mucho más lo vivido en ese fin de semana superó con creces cualquier expectativa que pudiéramos tener.
Comienza la metamorfosis
A pesar de que hemos estado en comunicación a través de las herramientas que nos ofrece la tecnología, todos confesaban que habían echado de menos el encuentro físico.
Así pues, recogimos nuestra “mochila” para reincorporarnos al Camino del Corazón y transitar por el Bosque Mágico accediendo a las distintas posadas que se nos proponían en esa etapa. A medida que avanzaban las horas, la carga emocional iba in crescendo de tal manera que había momentos muy emotivos en los que yo sentía que entre todos generábamos algo especial y muy grande. Sentía que nos reconocíamos como células de un órgano, que íbamos tomando consciencia del papel que desempeñábamos cada uno de nosotros -pequeñas células- en el órgano del que formábamos parte, que experimentábamos como la energía fluía entre todos cuando emitíamos esa coherencia que habíamos aprendido de nuestro corazón.
Y una vez más, como tantas ocasiones en mi vida, volvía a surgir mi propia voz interior que me repite una vez más: “Yo sola no puedo, pero juntos… juntos lo conseguiremos”. Ese pensamiento me ha acompañado desde pequeñita y reflejaba en cada ocasión la confianza en el poder de la unión, en la conciencia de que la tarea a veces es tan grande que sólo unidos podemos afrontarla.
Luis, mi compañero de vida y que trabajamos juntos en el Camino del Corazón, no pudo participar activamente, pero estuvo presente y recibió muy agradecido las muestras de cariño, las palabras de aprecio, el reconocimiento, los buenos deseos de salud y bienestar que todos le manifestaron.
Solo nos cabe en el pecho un inmenso sentimiento de gratitud a todos los caminantes por su confianza al participar en esta aventura que les propusimos a partir del año 2008. En estos años hemos recibido apoyo y cariño y nada más podemos desearles a todos lo mejor en la etapa del recorrido en la que se encuentren. Son momentos importantes en el Camino del Corazón. Haber mantenido el empeño en acallar el ruido incesante de la mente para despertar ese estado de Conciencia especial que se genera cuando la persona siente, piensa, dice y actúa desde el corazón, habla de que personas que han descubierto su Fuerza Interior y son capaces de superar cualquier adversidad, habla de fortaleza, tesón y sobre todo del deseo de Vivir desde el Corazón.
Eso significa vivir con intensidad y consciencia los momentos que la vida nos presenta, estar atento para descubrir los retos y los desafíos y enfocado para poder dar la mejor respuesta, la más coherente, la más beneficiosa para nosotros y los que nos rodean. “Vivir desde el Corazón es saber cómo acercarse a un hermano que sufre sin temor a ser rechazado, es generar un tipo de energía especial, radiante, que influye de forma natural en nuestro entorno, es sentir la felicidad de estar vivo y ser consciente de que la vida espera constantemente nuestra aportación… Vivir desde el corazón es salir a la vida y no quedarse en la venta viéndola pasar, es saber que la amistad y el compromiso de servir forma parte de la estructura interna de ese corazón”.
Así pues, recogimos nuestra “mochila” para reincorporarnos al Camino del Corazón y transitar por el Bosque Mágico accediendo a las distintas posadas que se nos proponían en esa etapa. A medida que avanzaban las horas, la carga emocional iba in crescendo de tal manera que había momentos muy emotivos en los que yo sentía que entre todos generábamos algo especial y muy grande. Sentía que nos reconocíamos como células de un órgano, que íbamos tomando consciencia del papel que desempeñábamos cada uno de nosotros -pequeñas células- en el órgano del que formábamos parte, que experimentábamos como la energía fluía entre todos cuando emitíamos esa coherencia que habíamos aprendido de nuestro corazón.
Y una vez más, como tantas ocasiones en mi vida, volvía a surgir mi propia voz interior que me repite una vez más: “Yo sola no puedo, pero juntos… juntos lo conseguiremos”. Ese pensamiento me ha acompañado desde pequeñita y reflejaba en cada ocasión la confianza en el poder de la unión, en la conciencia de que la tarea a veces es tan grande que sólo unidos podemos afrontarla.
Luis, mi compañero de vida y que trabajamos juntos en el Camino del Corazón, no pudo participar activamente, pero estuvo presente y recibió muy agradecido las muestras de cariño, las palabras de aprecio, el reconocimiento, los buenos deseos de salud y bienestar que todos le manifestaron.
Solo nos cabe en el pecho un inmenso sentimiento de gratitud a todos los caminantes por su confianza al participar en esta aventura que les propusimos a partir del año 2008. En estos años hemos recibido apoyo y cariño y nada más podemos desearles a todos lo mejor en la etapa del recorrido en la que se encuentren. Son momentos importantes en el Camino del Corazón. Haber mantenido el empeño en acallar el ruido incesante de la mente para despertar ese estado de Conciencia especial que se genera cuando la persona siente, piensa, dice y actúa desde el corazón, habla de que personas que han descubierto su Fuerza Interior y son capaces de superar cualquier adversidad, habla de fortaleza, tesón y sobre todo del deseo de Vivir desde el Corazón.
Eso significa vivir con intensidad y consciencia los momentos que la vida nos presenta, estar atento para descubrir los retos y los desafíos y enfocado para poder dar la mejor respuesta, la más coherente, la más beneficiosa para nosotros y los que nos rodean. “Vivir desde el Corazón es saber cómo acercarse a un hermano que sufre sin temor a ser rechazado, es generar un tipo de energía especial, radiante, que influye de forma natural en nuestro entorno, es sentir la felicidad de estar vivo y ser consciente de que la vida espera constantemente nuestra aportación… Vivir desde el corazón es salir a la vida y no quedarse en la venta viéndola pasar, es saber que la amistad y el compromiso de servir forma parte de la estructura interna de ese corazón”.
¿Cuál es tu próximo paso?
Porque todos hemos experimentado que cuando la mente se llena de pensamientos recurrentes, de ruido, de exceso de información negativa que vuelcan tanto los medios de comunicación como las redes sociales, cuando la mente obsesiva y rumiante entra en bucles sin salida que conducen al pesimismo y puebla el horizonte de nubes negras y amenazantes, cuando lo que sucede fuera despierta nuestros miedos más ancestrales y nos hace perder la atención, el foco y la conexión con nuestra Fuerza Interior… hay una salida: el caminante del corazón respira con consciencia, inicia un viaje interior para conectarse con su corazón y comienza a activarlo mediante la respiración desde el corazón para generar coherencia cardiaca… A partir de ahí, inhala y exhala desde su corazón pensamientos, sentimientos y emociones positivas, logra silenciar la mente y acceder a la sabiduría de su corazón creando un estado de Consciencia Superior que le recuerda su Proyecto Vital y que le hace reconocerse como un Ser de Luz que va en busca de la Luz.
Estoy muy contenta, con una alegría que no puedo reprimir y que me hace sonreír y mirar al futuro con confianza y con serenidad. La energía que se generó en el encuentro de Caminantes del Corazón, lo que experimentamos el fin de semana en las transformaciones individuales fue un rayo de luz, de esperanza en el futuro que nos hizo ser conscientes de forma muy clara de que éramos células de un órgano, y ese órgano estaba formando parte de un sistema y ese sistema, a su vez, de un organismo… y ese organismo, junto con muchos otros, creaba un entramado social, una humanidad múltiple y diversa pero unida en un destino único y compartido y conviviendo en una casa común a la que hemos de cuidar, proteger y conservar.
Sentimos claramente la dimensión social que tiene el Camino del Corazón, como una más de tantas iniciativas que surgen aquí y allá por todo el planeta para dar respuesta a los tremendos desafíos que nos presenta la Vida.
Y el sentimiento de formar parte de algo mucho mayor que uno mismo, de sentirse incluido y de poder incidir en el futuro, se “contagiaron” entre todos los caminantes que participamos en el encuentro… Un profundo sentimiento de gratitud hizo que, junto a la alegría de los pasos que cada uno había dado en cuanto a su evolución personal, se sumara la toma de conciencia de poner esos avances, esa metamorfosis al servicio de los demás de manera que apoyaran los procesos de miles y miles de seres humanos que trabajan por un Mundo Mejor.
Como es muy largo transcribir todos los testimonios de los Caminantes del Corazón que participaron en el encuentro del 11,12,13 de septiembre, os dejo aquí un enlace para que, si lo deseáis, podáis disfrutar de ellos y vibrar en la misma sintonía.
Estoy muy contenta, con una alegría que no puedo reprimir y que me hace sonreír y mirar al futuro con confianza y con serenidad. La energía que se generó en el encuentro de Caminantes del Corazón, lo que experimentamos el fin de semana en las transformaciones individuales fue un rayo de luz, de esperanza en el futuro que nos hizo ser conscientes de forma muy clara de que éramos células de un órgano, y ese órgano estaba formando parte de un sistema y ese sistema, a su vez, de un organismo… y ese organismo, junto con muchos otros, creaba un entramado social, una humanidad múltiple y diversa pero unida en un destino único y compartido y conviviendo en una casa común a la que hemos de cuidar, proteger y conservar.
Sentimos claramente la dimensión social que tiene el Camino del Corazón, como una más de tantas iniciativas que surgen aquí y allá por todo el planeta para dar respuesta a los tremendos desafíos que nos presenta la Vida.
Y el sentimiento de formar parte de algo mucho mayor que uno mismo, de sentirse incluido y de poder incidir en el futuro, se “contagiaron” entre todos los caminantes que participamos en el encuentro… Un profundo sentimiento de gratitud hizo que, junto a la alegría de los pasos que cada uno había dado en cuanto a su evolución personal, se sumara la toma de conciencia de poner esos avances, esa metamorfosis al servicio de los demás de manera que apoyaran los procesos de miles y miles de seres humanos que trabajan por un Mundo Mejor.
Como es muy largo transcribir todos los testimonios de los Caminantes del Corazón que participaron en el encuentro del 11,12,13 de septiembre, os dejo aquí un enlace para que, si lo deseáis, podáis disfrutar de ellos y vibrar en la misma sintonía.
Testimonios de Caminantes del Corazón Taller en El Escorial – 11,12,13 de septiembre 2020
No quiero ser yo quien describa los procesos vividos, prefiero transcribir aquí algunos testimonios:
https://www.revistaconcienciaglobal.com/Testimonios-de-Caminantes-del-Corazon-Taller-en-El-Escorial-111213-de-septiembre-2020_a563.html