Iniciativas solidarias
Esta iniciativa ha surgido porque muchas personas se están dirigiendo al Instituto para pedir información sobre las posibilidades que tiene la humanidad para gestionar de la mejor forma la crisis del coronavirus.
La pandemia del coronavirus está despertando a millones de personas a la realidad de la tremenda interconexión en la que vivimos todos los seres humanos. El virus no discrimina raza, nacionalidad, religión, creencias políticas o estado financiero. Todos estamos juntos en esto y eso, lejos de ser un problema, se puede convertir en el aspecto más positivo de la crisis.
Millones de personas están aisladas por un "confinamiento en su propio hogar" o separados por un "distanciamiento social", sin embargo, sienten que ahora es el momento de cuidarse los unos a los otros más que nunca. Muchas personas manifiestan que se sienten solas en el aislamiento social, pero que están utilizando su tiempo para reducir la velocidad, profundizar en la reflexión y comunicarse en línea para conectarse con familiares, amigos y grupos sociales. Otros mantienen una participación colectiva en línea con personas y grupos que envían mensajes con pensamientos y emociones positivas, los comparten con sus conocidos conscientes de que esos mensajes elevan nuestro espíritu, lo que aumenta nuestra confianza y eso fortalece nuestro sistema inmunológico y nuestra resistencia.
En estos momentos, se están dando los dos extremos, por un lado, el resurgimiento del espíritu humano y, por el otro, una gran ansiedad e inseguridad por la incertidumbre. Ambas polaridades conviven juntas, lo cual es comprensible. En la medida que los individuos y los países colaboren, cuando se desvanezcan las culpas y la sensación de separación, la humanidad tomará cada vez más el poder de la intención colectiva que les dicta su corazón para obtener los mejores resultados en la gestión de las situaciones presentes y futuras.
La pandemia del coronavirus está despertando a millones de personas a la realidad de la tremenda interconexión en la que vivimos todos los seres humanos. El virus no discrimina raza, nacionalidad, religión, creencias políticas o estado financiero. Todos estamos juntos en esto y eso, lejos de ser un problema, se puede convertir en el aspecto más positivo de la crisis.
Millones de personas están aisladas por un "confinamiento en su propio hogar" o separados por un "distanciamiento social", sin embargo, sienten que ahora es el momento de cuidarse los unos a los otros más que nunca. Muchas personas manifiestan que se sienten solas en el aislamiento social, pero que están utilizando su tiempo para reducir la velocidad, profundizar en la reflexión y comunicarse en línea para conectarse con familiares, amigos y grupos sociales. Otros mantienen una participación colectiva en línea con personas y grupos que envían mensajes con pensamientos y emociones positivas, los comparten con sus conocidos conscientes de que esos mensajes elevan nuestro espíritu, lo que aumenta nuestra confianza y eso fortalece nuestro sistema inmunológico y nuestra resistencia.
En estos momentos, se están dando los dos extremos, por un lado, el resurgimiento del espíritu humano y, por el otro, una gran ansiedad e inseguridad por la incertidumbre. Ambas polaridades conviven juntas, lo cual es comprensible. En la medida que los individuos y los países colaboren, cuando se desvanezcan las culpas y la sensación de separación, la humanidad tomará cada vez más el poder de la intención colectiva que les dicta su corazón para obtener los mejores resultados en la gestión de las situaciones presentes y futuras.
Un nuevo nivel de consciencia
Muchas personas están compartiendo que dentro de sí sienten que la vida, en estos momentos cruciales, exige el siguiente nivel de atención y les demanda una conexión auténtica con los demás. La conexión afectuosa y genuina ayuda a compensar la acumulación de estrés que provocan los estados de ansiedad, de miedo o de pánico, al tiempo que despeja nuestra mente para un razonamiento más eficaz, para que se abra paso la intuición y nos aporte soluciones para afrontar problemas de salud, de economía, de pérdidas de todo tipo.
Aumentar nuestra amabilidad, compasión y cooperación se puede convertir en algo cotidiano, puede formar parte del comportamiento humano como una nueva actitud altamente inteligente y eficiente que no se circunscribe únicamente al ámbito de las prácticas y disciplinas espirituales. El nuevo paradigma espiritual es traer esas cualidades del corazón a la calle, en nuestras interrelaciones personales, en nuestro trabajo, en nuestra familia y amigos. La mayoría de nosotros sentimos que queremos interacciones más armoniosas, pero el paso que ahora podemos dar es comunicarnos desde el corazón y relacionarnos desde el corazón para cambiar las viejas improntas de los hábitos anteriores.
Se impone un nuevo nivel de conciencia que esté basado en la cooperación, la solidaridad, la hermandad entre los pueblos, el cuidado de los demás y del entorno del que dependemos, el considerar a la Tierra como la casa común y a la humanidad como una gran familia.
La compasión y la ayuda surgen de manera natural y espontánea en las situaciones de crisis como la que vivimos actualmente. Son sentimientos que forman parte de la naturaleza humana. El objetivo es que la humanidad pueda sostener este propósito sin necesidad de vivir situaciones de estrés que nos lo recuerden. De esta manera llegaremos al siguiente nivel de conciencia ¿No es esto de lo que se trata el avance espiritual? La puerta está abierta para un nuevo comienzo. Las soluciones están dentro de nuestros corazones. Cuidarnos mutuamente y cuidar el medio ambiente es lo que aumenta la conexión con la sabiduría de nuestro corazón.
Aumentar nuestra amabilidad, compasión y cooperación se puede convertir en algo cotidiano, puede formar parte del comportamiento humano como una nueva actitud altamente inteligente y eficiente que no se circunscribe únicamente al ámbito de las prácticas y disciplinas espirituales. El nuevo paradigma espiritual es traer esas cualidades del corazón a la calle, en nuestras interrelaciones personales, en nuestro trabajo, en nuestra familia y amigos. La mayoría de nosotros sentimos que queremos interacciones más armoniosas, pero el paso que ahora podemos dar es comunicarnos desde el corazón y relacionarnos desde el corazón para cambiar las viejas improntas de los hábitos anteriores.
Se impone un nuevo nivel de conciencia que esté basado en la cooperación, la solidaridad, la hermandad entre los pueblos, el cuidado de los demás y del entorno del que dependemos, el considerar a la Tierra como la casa común y a la humanidad como una gran familia.
La compasión y la ayuda surgen de manera natural y espontánea en las situaciones de crisis como la que vivimos actualmente. Son sentimientos que forman parte de la naturaleza humana. El objetivo es que la humanidad pueda sostener este propósito sin necesidad de vivir situaciones de estrés que nos lo recuerden. De esta manera llegaremos al siguiente nivel de conciencia ¿No es esto de lo que se trata el avance espiritual? La puerta está abierta para un nuevo comienzo. Las soluciones están dentro de nuestros corazones. Cuidarnos mutuamente y cuidar el medio ambiente es lo que aumenta la conexión con la sabiduría de nuestro corazón.
Ejercicio práctico: Enfoque de Atención para aumentar el espíritu humano
- Respira sentimientos de paz y amor a través del área de tu corazón durante unos minutos para crear un tono tranquilo y genuino.
- Ahora conéctate desde el corazón con todas las personas del planeta que también están irradiando amor y cuidado a todos los afectados por los desafíos del coronavirus, ya sea por problemas de salud, de economía, de pérdidas. Visualiza cómo el surgimiento del espíritu humano ayuda a reducir el miedo y las emociones negativas, mientras crea una energía creciente para traer las soluciones necesarias para el bienestar personal, comunitario y global.
- Envía tu más sincero agradecimiento, amor y compasión a todo el personal sanitario, a los funcionarios que están en la primera línea, a los que están detrás de la escena ayudando a las personas mientras se ponen en riesgo. Imagínatelos rodeados de nuestro amor, cuidado y compasión, mientras se preocupan desinteresadamente por los demás.
- Continúa irradiando amor y compasión hasta extenderlo a todo el campo planetario, visualizando cómo la energía colectiva que irradian miles de personas desde su corazón, alivia y suaviza el impacto del coronavirus. Mientras haces esto, mantén la visión de que esta crisis va a inspirar conexiones más profundas entre las personas y una cooperación más armoniosa para el bien del conjunto. Sostén ese propósito y genera una visión en la que los seres humanos de la Tierra se mueven al siguiente nivel de su capacidad, apoyándose en el amor incondicional y la compasión.
- Recuerda que es la conexión más profunda con nuestro propio corazón y con los corazones de los demás, lo que puede ayudar a crear soluciones intuitivas para nuestros desafíos personales y colectivos.
- Puedes continuar haciendo este ejercicio durante unos minutos cada día y, de esta manera, ayudar a elevar el entorno del campo de energía que te rodea a ti, a tu familia, amigos, conocidos… y a todo el planeta.
María del Pinar Merino
Fuente: HeartMath Institute