¿Qué necesito para contribuir a su desarrollo emocional?
La respuesta es clara, sencilla y barata: TIEMPO, necesitas dedicarle tiempo. Sí, este verano puedes apuntarle a un campamento urbano excepcional, o enviarle a unas colonias bilingües para que aprenda inglés, y seguro que se lo pasará estupendamente y volverá con muchísimo vocabulario anglosajón. Pero si lo que quieres es incidir en beneficio de su desarrollo emocional, tengo que comunicarte que es imprescindible que le dediques tu tiempo. Sé que la conciliación laboral es complicada, y es muy probable que tú no tengas tantas vacaciones como tu pequeño, pero te pido que hagas un esfuerzo. Te aseguro que será una gran inversión y que tu implicación tendrá una gran recompensa. Sigue leyendo y verás para qué emplearemos ese tiempo y dedicación con tu pequeño.
1. Un poquito más de autonomía
Siempre defino el verano como la mejor época para “ir un pasito más allá” e incluir nuevos hábitos que propicien la autonomía en los niños. Gracias a las vacaciones estivales, el buen tiempo y la longitud de los días, tenemos más energía y motivación a la hora de realizar las tareas. Así que, os animo a aprovechar este optimismo para dotar a los más pequeños de nuevas responsabilidades para los que ya nos parecen estar preparados.
¿Qué tal si le quitamos el pañal? ¿Por qué no introducirle nuevas responsabilidades en las labores domésticas?
Ahora que tenemos tiempo y energía para enseñarle, dejémosle probar y reforcemos su autonomía. Dediquemos unos días a instaurar nuevas tareas que faciliten la convivencia y le creen una buena base para su autoestima. Es importante que planteemos estos retos de una forma lúdica, con paciencia y mucho cariño. Seguro que al llegar el otoño toda la familia verá recompensado el esfuerzo.
¿Qué tal si le quitamos el pañal? ¿Por qué no introducirle nuevas responsabilidades en las labores domésticas?
Ahora que tenemos tiempo y energía para enseñarle, dejémosle probar y reforcemos su autonomía. Dediquemos unos días a instaurar nuevas tareas que faciliten la convivencia y le creen una buena base para su autoestima. Es importante que planteemos estos retos de una forma lúdica, con paciencia y mucho cariño. Seguro que al llegar el otoño toda la familia verá recompensado el esfuerzo.
¡Aprovecha la época estival para inculcar nuevos hábitos!
2. Actividades físicas
Como acabas de leer, considero que el verano es la época perfecta para probar nuevas actividades, incluyendo las físicas y especialmente las que se realizan al aire libre. ¿Nos animamos a aprender a montar en bicicleta? ¿A patinar? ¿Practicamos un poco de natación? Pídele su opinión. Es muy probable que haya algún deporte o disciplina que le interese. Quizás alguna que haya visto en una película, o que practique un amigo o familiar. Me imagino que no es necesario que te comente los beneficios para la salud de la práctica del deporte, y lo perjudicial que es el cada vez más frecuente sedentarismo infantil. Aunque sí que dedicaré unas líneas a enumerarte alguno de los valores que transmite: esfuerzo, superación, perseverancia, igualdad, respeto, deportividad, solidaridad y compañerismo, éxito personal y colectivo, entre otros muchos.
Por supuesto, debe tomarse siempre como una actividad placentera, sin fomentar la competitividad ni presionar al niño para que consiga determinadas metas u objetivos.
Por supuesto, debe tomarse siempre como una actividad placentera, sin fomentar la competitividad ni presionar al niño para que consiga determinadas metas u objetivos.
3. Actividades intelectuales
Si tu pequeño tiene deberes escolares este verano, es el momento ideal para sentarse con él y mostrar interés en sus tareas. Ayúdale a adquirir un buen hábito de estudio: a planificarse, resumir, buscar fuentes de información, contrastarlas.
El verano también es el momento ideal para leer. Trata de escoger historias con moraleja, que den lugar a una buena conversación tras finalizar la lectura.
También podéis aprovechar para jugar a juegos de mesa, cocinar, realizar manualidades, divertirse con rompecabezas o juguetes de construcción que requieran pensar juntos. Con estas actividades tan sencillas fomentarás en él la perseverancia y el esfuerzo, actuando como modelo de trabajo y dedicación. Además es una manera estupenda de favorecer un clima cálido, que invite a la comunicación y al contacto físico, claves para estrechar vuestro lazo afectivo.
El verano también es el momento ideal para leer. Trata de escoger historias con moraleja, que den lugar a una buena conversación tras finalizar la lectura.
También podéis aprovechar para jugar a juegos de mesa, cocinar, realizar manualidades, divertirse con rompecabezas o juguetes de construcción que requieran pensar juntos. Con estas actividades tan sencillas fomentarás en él la perseverancia y el esfuerzo, actuando como modelo de trabajo y dedicación. Además es una manera estupenda de favorecer un clima cálido, que invite a la comunicación y al contacto físico, claves para estrechar vuestro lazo afectivo.
4. Actividades sociales
En verano es muy habitual que compartamos reuniones con amigos y con otros familiares. Así que es el momento perfecto para enseñar a los niños la forma adecuada de comunicarse, compartir sus inquietudes y sus sentimientos. Si no lo has hecho ya, te animo a conocer a sus amigos del colegio. Puedes invitarlos a casa, o quedar con sus familias en el parque o en la playa y disfrutar de una tarde juntos. Seguro que pasáis una velada inolvidable, y para tu peque será muy importante comprobar tu interés en conocer mejor a sus compañeros. Será la oportunidad perfecta para relacionarte con ellos, realizar juegos cooperativos y trabajar las habilidades sociales, como la empatía o la resolución de conflictos.
Dicho esto, tan sólo me queda desearte un buen verano y recordarte que disfrutes todo lo que puedas (y un poquito más) de los pequeños de la casa, porque ¡crecen muy rápido!
Dicho esto, tan sólo me queda desearte un buen verano y recordarte que disfrutes todo lo que puedas (y un poquito más) de los pequeños de la casa, porque ¡crecen muy rápido!