La transformación puede a veces ser dramática. No hay mejor ejemplo en la naturaleza para reflejar esto que la metamorfosis. Basta mirar la transformación de una oruga en una mariposa -una sucesión de cambios increíbles en funcionalidad, forma, características, habilidades, etc.- pues transforma un gusano de aspecto desagradable, voraz y que se arrastra por el suelo en una criatura delicada, graciosa, de hermosos colores y que además vuela.
Los biólogos nos dicen que en el interior del tejido de una oruga hay unas células llamadas células imaginativas que resuenan en una frecuencia distinta. De hecho, son tan distintas a las otras células del cuerpo de la oruga, que el sistema inmunitario del gusano piensa que son enemigos e intenta destruirlas. Pero las nuevas células imaginativas siguen apareciendo, y multiplicándose de forma imparable.
Hasta el punto de que el sistema inmunitario de la oruga no puede destruirlas lo suficientemente rápido y se vuelven más fuertes conectándose entre ellas hasta que forman una masa crítica que reconoce su misión de llevar a cabo el increíble nacimiento de una mariposa.
Los biólogos nos dicen que en el interior del tejido de una oruga hay unas células llamadas células imaginativas que resuenan en una frecuencia distinta. De hecho, son tan distintas a las otras células del cuerpo de la oruga, que el sistema inmunitario del gusano piensa que son enemigos e intenta destruirlas. Pero las nuevas células imaginativas siguen apareciendo, y multiplicándose de forma imparable.
Hasta el punto de que el sistema inmunitario de la oruga no puede destruirlas lo suficientemente rápido y se vuelven más fuertes conectándose entre ellas hasta que forman una masa crítica que reconoce su misión de llevar a cabo el increíble nacimiento de una mariposa.
DE ORUGA A MARIPOSA
Bruce Lipton, reconocido biólogo, ha trazado un paralelismo audaz entre la metamorfosis de la oruga y el momento social que vive nuestra humanidad.
Imagina que una oruga simboliza a siete mil millones de células que están viviendo bajo una misma piel, cada una es un ser humano, gente normal que trabajan cada día. Todas las células del gusano hacen su función: las del aparato digestivo, las de la motilidad, las del sistema inmunológico, las del sistema respiratorio… y la oruga va creciendo y creciendo.
Hasta que llega un día en que la oruga llega a una cierta etapa de crecimiento en la cual simplemente deja de comer porque ya no puede seguir haciéndolo. Ha alcanzado su tamaño máximo.
Si tu fueras una célula dentro de esa comunidad, imagina lo que pasaría: estás trabajando y de pronto hay escasez de comida y tú que eres parte del aparato digestivo dices: “Caray, el trabajo está disminuyendo, la fabricación se está frenando”. Entonces llega a un nivel tan bajo que algunas de las células son despedidas y se quedan sin trabajo. No está llegando suficiente alimento para mantenerlas operando. Y cuando el alimento deja de llegar por completo, entonces las otras funciones también se resienten porque si no hay abastecimiento tampoco hay energía y todos los sistemas empiezan a despedir células y muy pronto se presenta un caos generalizado bajo la piel de la oruga. ¿Por qué? El sistema dejó de crecer, las células no tienen trabajo, nada está evolucionando y todo se cae a pedazos. Si tú fueras una célula en el cuerpo de aquella oruga, mirarías a tu alrededor y dirías: “¡Por Dios, el mundo está llegando a su fin!”.
En ese momento del proceso, en medio de los millones de células surgen otras células que son genéticamente idénticas a las primeras, pero piensan en forma diferente y responden a las señales en forma distinta. Estas células son conocidas en la biología como “células imaginativas”, y tienen innovadoras visiones.
Entonces sucede que, en medio del caos, cuando todas las demás células corren por todos lados pensando que el fin del mundo se acerca, las células imaginativas están presentando ideas, proyectos, un nuevo plan, un nuevo esquema, una nueva forma de vida y comienzan a reorganizarse alrededor de estas ideas para llevarlas a la práctica.
Comienzan a crear organizaciones masivas para lograr algo mucho más grande que el sistema anterior, un sistema mucho más sostenible, con un grado de evolución más alto y ese sistema que están construyendo se llama “mariposa”. Empieza a producirse una transición del viejo mundo de la oruga con un antiguo sistema de creencias y una anticuada forma de vida que ya no es sostenible hacia otra nueva que planteará nuevas estructuras, nuevas relaciones, nuevas funciones y un nuevo horizonte de supervivencia.
Así pues, nos encontramos con una disyuntiva: Quedarse en el estado de oruga y decir: “¡Por Dios, el cielo se cae a pedazos!”, sentir miedo y resignarse a la desaparición, o decir: “La oruga se terminó. Quiero ser una mariposa”. Porque si me vuelvo activo y positivo en el proceso de crear la mariposa, estoy comprometido, estoy trabajando, estoy creando el futuro. Si me siento a lamentar la pérdida de la oruga, entonces me estoy enfermando y estoy enfermando todo a mí alrededor. Porque no estoy contribuyendo a nuestra evolución.
Imagina que una oruga simboliza a siete mil millones de células que están viviendo bajo una misma piel, cada una es un ser humano, gente normal que trabajan cada día. Todas las células del gusano hacen su función: las del aparato digestivo, las de la motilidad, las del sistema inmunológico, las del sistema respiratorio… y la oruga va creciendo y creciendo.
Hasta que llega un día en que la oruga llega a una cierta etapa de crecimiento en la cual simplemente deja de comer porque ya no puede seguir haciéndolo. Ha alcanzado su tamaño máximo.
Si tu fueras una célula dentro de esa comunidad, imagina lo que pasaría: estás trabajando y de pronto hay escasez de comida y tú que eres parte del aparato digestivo dices: “Caray, el trabajo está disminuyendo, la fabricación se está frenando”. Entonces llega a un nivel tan bajo que algunas de las células son despedidas y se quedan sin trabajo. No está llegando suficiente alimento para mantenerlas operando. Y cuando el alimento deja de llegar por completo, entonces las otras funciones también se resienten porque si no hay abastecimiento tampoco hay energía y todos los sistemas empiezan a despedir células y muy pronto se presenta un caos generalizado bajo la piel de la oruga. ¿Por qué? El sistema dejó de crecer, las células no tienen trabajo, nada está evolucionando y todo se cae a pedazos. Si tú fueras una célula en el cuerpo de aquella oruga, mirarías a tu alrededor y dirías: “¡Por Dios, el mundo está llegando a su fin!”.
En ese momento del proceso, en medio de los millones de células surgen otras células que son genéticamente idénticas a las primeras, pero piensan en forma diferente y responden a las señales en forma distinta. Estas células son conocidas en la biología como “células imaginativas”, y tienen innovadoras visiones.
Entonces sucede que, en medio del caos, cuando todas las demás células corren por todos lados pensando que el fin del mundo se acerca, las células imaginativas están presentando ideas, proyectos, un nuevo plan, un nuevo esquema, una nueva forma de vida y comienzan a reorganizarse alrededor de estas ideas para llevarlas a la práctica.
Comienzan a crear organizaciones masivas para lograr algo mucho más grande que el sistema anterior, un sistema mucho más sostenible, con un grado de evolución más alto y ese sistema que están construyendo se llama “mariposa”. Empieza a producirse una transición del viejo mundo de la oruga con un antiguo sistema de creencias y una anticuada forma de vida que ya no es sostenible hacia otra nueva que planteará nuevas estructuras, nuevas relaciones, nuevas funciones y un nuevo horizonte de supervivencia.
Así pues, nos encontramos con una disyuntiva: Quedarse en el estado de oruga y decir: “¡Por Dios, el cielo se cae a pedazos!”, sentir miedo y resignarse a la desaparición, o decir: “La oruga se terminó. Quiero ser una mariposa”. Porque si me vuelvo activo y positivo en el proceso de crear la mariposa, estoy comprometido, estoy trabajando, estoy creando el futuro. Si me siento a lamentar la pérdida de la oruga, entonces me estoy enfermando y estoy enfermando todo a mí alrededor. Porque no estoy contribuyendo a nuestra evolución.
LA METAMORFOSIS SOCIAL
En 1969 Margaret Mead dijo: “Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos considerados y entregados puede cambiar el mundo. Ciertamente es lo único que lo ha logrado”. A nivel social se puede apreciar que hay una efervescencia evolutiva dentro de los tejidos de la humanidad de la Tierra.
A pesar del clamor del miedo que prevalece, la avaricia, el consumo desbordado y la violencia, la injusticia social, la desigualdad, las agresiones de los derechos humanos que pueblan las noticias que nos brindan los medios de comunicación, hay una unión de lo que podríamos llamar células imaginativas que están revelando un mundo distinto, una transformación, una metamorfosis.
Cada vez surgen más iniciativas ciudadanas, soluciones creativas que aportan pequeños grupos para resolver los problemas sociales. Muchas personas se asocian para afrontar las dificultades con las que se encuentran en su localidad ya que las ayudas por parte de las instituciones no llegan o tardan mucho.
El poeta uruguayo Mario Benedetti, escribió un hermoso poema: “¿Qué pasaría si un día cuando despertáramos nos diéramos cuenta de que somos mayoría?”. En él se refleja la fuerza de la unión, el poder del ser humano para asociarse y para producir movimientos sociales.
A pesar del clamor del miedo que prevalece, la avaricia, el consumo desbordado y la violencia, la injusticia social, la desigualdad, las agresiones de los derechos humanos que pueblan las noticias que nos brindan los medios de comunicación, hay una unión de lo que podríamos llamar células imaginativas que están revelando un mundo distinto, una transformación, una metamorfosis.
Cada vez surgen más iniciativas ciudadanas, soluciones creativas que aportan pequeños grupos para resolver los problemas sociales. Muchas personas se asocian para afrontar las dificultades con las que se encuentran en su localidad ya que las ayudas por parte de las instituciones no llegan o tardan mucho.
El poeta uruguayo Mario Benedetti, escribió un hermoso poema: “¿Qué pasaría si un día cuando despertáramos nos diéramos cuenta de que somos mayoría?”. En él se refleja la fuerza de la unión, el poder del ser humano para asociarse y para producir movimientos sociales.
LA NUEVA HUMANIDAD
Deepak Chopra, en su descripción de una nueva humanidad dice que las células imaginativas dominarían y harían emerger la mariposa de un mundo de apariencia de gusano.
Esta es la hora del despertar. Grupos de células imaginativas se están agrupando en todos los lugares; están empezando a reconocerse unas a otras; están desarrollando las herramientas de organización para mejorar la conexión, para que la próxima etapa de nuestra sociedad humana se manifieste, para lograr una nueva sociedad que se compararía con la actual como una mariposa a una oruga.
Los movimientos sociales prenden con rapidez y se desarrollan en cualquier punto del planeta.
En esta tarea juegan un papel importante el desarrollo de la tecnología y la rapidez con que se transmite la información; las redes sociales pueden provocar que una noticia o una propuesta se convierta en una conjura global en apenas unas horas.
Esta es la hora del despertar. Grupos de células imaginativas se están agrupando en todos los lugares; están empezando a reconocerse unas a otras; están desarrollando las herramientas de organización para mejorar la conexión, para que la próxima etapa de nuestra sociedad humana se manifieste, para lograr una nueva sociedad que se compararía con la actual como una mariposa a una oruga.
Los movimientos sociales prenden con rapidez y se desarrollan en cualquier punto del planeta.
En esta tarea juegan un papel importante el desarrollo de la tecnología y la rapidez con que se transmite la información; las redes sociales pueden provocar que una noticia o una propuesta se convierta en una conjura global en apenas unas horas.
LA MASA CRÍTICA
Vuelven a surgir conceptos como el de la masa crítica, que según la física es la cantidad mínima necesaria de materia combustible para producir una reacción nuclear en cadena. Este fenómeno tiene una correspondencia en la sociología, que lo define como la cantidad mínima de personas necesarias para que un fenómeno concreto tenga lugar. Así, el fenómeno adquiere una dinámica propia que le permite sostenerse y crecer.
Hay experimentos anteriores que refrendan estos conceptos como la teoría del centésimo mono, los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake, o incluso la ley de coherencia de la física.
Aprendemos cada día que la vida es cambio constante y permanente y que todas las estructuras que se niegan al cambio tienden a desaparecer. La transformación es una sucesión de cambios encadenados, como el que le sucede a la oruga hasta convertirse en mariposa.
Bastará con que un número suficiente de personas alberguen en su mente y en su corazón la paz, la libertad, la justicia, el amor, la verdad… y vivan de acuerdo a esos valores llevándolos a la práctica, para que algún día esos principios sean el marco de referencia donde se desarrolle la vida en nuestro planeta. Una nueva dimensión de la vida, una sociedad más compasiva y justa, una humanidad con raíces de felicidad y comprensión mutua, un mundo más sostenible que mira no solo al presente, sino que desea garantizar el bienestar y la supervivencia de las generaciones futuras.
¿Eres una célula imaginativa? Pues conéctate con las otras, agrúpate, súmate, se consciente de que puedes hacer algo: construir un movimiento, una Alianza para una Nueva Humanidad.
Hay experimentos anteriores que refrendan estos conceptos como la teoría del centésimo mono, los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake, o incluso la ley de coherencia de la física.
Aprendemos cada día que la vida es cambio constante y permanente y que todas las estructuras que se niegan al cambio tienden a desaparecer. La transformación es una sucesión de cambios encadenados, como el que le sucede a la oruga hasta convertirse en mariposa.
Bastará con que un número suficiente de personas alberguen en su mente y en su corazón la paz, la libertad, la justicia, el amor, la verdad… y vivan de acuerdo a esos valores llevándolos a la práctica, para que algún día esos principios sean el marco de referencia donde se desarrolle la vida en nuestro planeta. Una nueva dimensión de la vida, una sociedad más compasiva y justa, una humanidad con raíces de felicidad y comprensión mutua, un mundo más sostenible que mira no solo al presente, sino que desea garantizar el bienestar y la supervivencia de las generaciones futuras.
¿Eres una célula imaginativa? Pues conéctate con las otras, agrúpate, súmate, se consciente de que puedes hacer algo: construir un movimiento, una Alianza para una Nueva Humanidad.