Las terapias alternativas

Quizás una de las inquietudes más grandes que ha manifestado el ser humano haya sido la de conocer la mejor manera de relacionarse con su entorno, intuyendo que la enfermedad y la muerte eran el resultado de una relación desarmónica con él, mientras que la salud y la supervivencia se producían como consecuencia del respeto a las leyes naturales y al conocimiento de las manifestaciones que se derivaban de ellas.
 
A lo largo de los siglos, la cultura alcanzada como consecuencia de la observación de la naturaleza generó diferentes escuelas filosóficas que trataban de dar una explicación a los fenómenos naturales dentro de un marco de estudio sistemático, dando lugar a la creación de disciplinas o ciencias tanto teóricas como empíricas tendentes a conseguir que el ser humano no enfermase o que si ya lo estaba pudiera recuperarse de la mejor manera y en el menor tiempo posible.
 
Como ejemplo de lo anterior diremos que ciencias como la geometría y las matemáticas, de la mano de mentes preclaras como las de Pitágoras, Platón o Euclides, comportaban un fondo filosófico importante por cuanto trataban de explicar el «por qué» Dios, el Cosmos o la Naturaleza se manifestaba de la forma en que lo hacía y cómo esa manifestación afectaba en ocasiones a la salud de las personas.
 
Las terapias alternativas son un conjunto de prácticas que buscan mejorar la salud y el bienestar de las personas mediante métodos naturales, holísticos o complementarios a la medicina convencional.
Desde este punto de vista, las terapias alternativas se pueden considerar como enfoques terapéuticos que se utilizan como alternativas o complementos a la medicina occidental o medicina tradicional. Algunas terapias alternativas se centran generalmente en el cuerpo, la mente, el espíritu o una combinación de estos aspectos.

Por otra parte, los principios acuñados sobre las manifestaciones de la energía a través de las formas geométricas, son los que dieron lugar, en el tiempo, a la creación de estructuras megalíticas tan sorprendentes, y aparentemente dispares, como las pirámides o las catedrales, verdaderos núcleos de captación e irradiación de energías, amén de contener un sin fin de informaciones sobre medidas espaciales, distancias astronómicas, pesos y volúmenes, etc., cuyo origen continua siendo un misterio, ya que muchos de estos valores han sido descubiertos muy recientemente, no entendiéndose cómo culturas y civilizaciones tan antiguas pudieron llegar a conocerlos con las limitaciones tan grandes que se supone tenían entonces si las comparamos con la tecnología que se utiliza actualmente. Pero de eso hablaremos en otro momento.
 
En todas las culturas han existido personas que han intentado aplicar al ser humano que enfermaba terapias derivadas de la observación del medio en el que se encontraba, tanto a través de la imposición de manos o de distintos amuletos, así como la utilización de hierbas o raíces que la práctica demostraba que eran eficaces. Tengamos en cuenta que la farmacología actual está basada, en su origen, en la utilización de elementos que “regalaba” la Naturaleza a los pueblos primitivos. En cuanto a la aplicación de formas geométricas para regular los flujos de energía vital, la terapia radiónica es un buen ejemplo de cómo la energía puede ser estructurada para producir efectos beneficiosos en el cuerpo físico.

La progresión de las terapias alternativas ha sido variable según el tipo de terapia, el nivel de evidencia científica que la respalda, la aceptación social y profesional que tiene y la regulación legal que existe en cada país. En general, se puede decir que las terapias alternativas han ganado popularidad y demanda en las últimas décadas, especialmente entre las personas que sufren de dolor crónico, estrés, ansiedad o enfermedades degenerativas. Sin embargo, también se han enfrentado a críticas, controversias y limitaciones por parte de algunos sectores médicos, académicos y regulatorios que cuestionan su eficacia, seguridad y calidad y que, en ocasiones, llegan a percibir a las terapias alternativas como competencia desleal exentas de comprobaciones científicas.
 
Por mi parte, considero a la medicina oficial muy válida para el diagnóstico y la resolución de conflictos agudos sobre los que hay que actuar de inmediato, como en el caso de un infarto de miocardio, una crisis epiléptica o cualquiera de las enfermedades que hacen crisis en un momento determinado y sobre las que hay que actuar con urgencia. Sin embargo, la aplicación de fármacos cada día más sofisticados para paliar los síntomas de las enfermedades crónicas, graves o leves, no hace sino esconder la verdadera naturaleza de la enfermedad, que siempre viene precedida de una desarmonía en niveles sutiles de nuestra estructura multidimensional, tanto en el cuerpo etérico como, principalmente, en el plano mental y emocional.

A continuación, mencionaré de forma muy resumida algunas terapias alternativas populares:
 
Acupuntura: Esta terapia se originó en la medicina tradicional china y consiste en la inserción de agujas delgadas en puntos específicos del cuerpo para aliviar el dolor y mejorar la salud.
 
Medicina herbal: El uso de hierbas y plantas medicinales con propiedades curativas se ha practicado durante miles de años en diversas culturas con resultados positivos.
 
Homeopatía: La homeopatía se basa en el principio de que "lo similar cura lo similar" y utiliza soluciones altamente diluidas de sustancias naturales para tratar una gran variedad de problemas de salud. Esta terapia choca frontalmente con las terapias convencionales basadas en la aplicación de medicamentos alopáticos y que podría llegar a afectar a la economía de la industria farmacológica.
 
Quiropráctica: Los quiroprácticos se centran en el sistema musculoesquelético y ajustan la columna vertebral y otras partes del esqueleto para aliviar el dolor y mejorar su función.
 
Naturopatía: Los naturópatas utilizan una variedad de enfoques naturales, como la dieta, la terapia nutricional y las hierbas medicinales, para tratar afecciones de salud y promover el bienestar.
 
Reiki: Esta terapia de energía se basa en la idea de que un practicante puede canalizar energía curativa hacia el paciente a través de la imposición de manos, algo suficientemente contrastado.
 
Aromaterapia: Utiliza aceites esenciales derivados de plantas para promover el bienestar emocional y físico a través de la inhalación y la aplicación tópica.
 
Terapia de masaje: Los masajes se utilizan, entre otras cosas, para aliviar el estrés, relajar los músculos y promover la circulación sanguínea.
 
Medicina tradicional ayurvédica: Originaria de la India, se basa en la armonización del cuerpo y la mente a través de la dieta, la meditación, el yoga y remedios naturales.
 
En conclusión, las terapias alternativas son una opción diversa y prometedora para el cuidado de la salud, pero también requieren de una mayor investigación, validación, regulación y educación para garantizar su uso adecuado y responsable.