Juan_Constructor de Puentes
Fe_Orquídea Mariposa
Maribel_Armonizadora de la Vida
Jesús_Observador de los Aconteceres
Beatriz_Mensajera del Amor
Esa mañana me desperté en un lugar desconocido, no era mi cama, ni mi habitación, pero, a la vez, me eran familiares. ¿Realmente estaba despierto? Me pellizqué. ¡Qué daño!
Decidí levantarme y deambulé por la casa. Había motones de aparatos que desconocía y una voz extraña me daba los buenos días y me preguntaba si me apetecía desayunar. La curiosidad embargaba mi ser… ¿Dónde estoy? Miré por la ventana y vi que me encontraba en un rascacielos tremendamente alto, los cielos estaban grises y me vino a la cabeza una palabra: Contaminación.
No veía el sol, pero sabía que no era de noche. Me vestí con ropas que me parecieron adelantadas a la época de la que yo venía y decidí bajar a explorar. Las preguntas se acumulaban en mi cabeza sin orden y a un ritmo descomunal. Respiré, intenté calmarme y me propuse observar y comportarme con normalidad.
Al salir al exterior constaté que todo era gris desde el color hasta el olor (sí, los olores tienen colores…) Era una ciudad que no parecía tener límite físico, con grandes edificios, abarrotada de gente que se evitaba, no se miraban, nadie sonreía y todo el mundo parecía estar “automatizado”. Los vehículos volaban (típico, pensé para mí). Todo estaba lleno de señales luminosas con publicidad y más publicidad; grandes escaparates digitales muy llamativos y bien estudiados: Compra, Compra, Compra…
Me sentía abrumado y embobado. Mi mente comenzaba a reaccionar ante esos estímulos. Vi hasta lo que parecían seres robóticos (¿más clichés?). Nadie parece feliz y todo refleja la intención de individualizar, adormecer a la gente y evitar la interacción social.
Paseando me detengo ante lo que podría reconocerse como un escaparate de noticias y un artículo llama mi atención:
“¿Hay solución al aislamiento digital?
Las nuevas tecnologías, la implantación del 9G, el uso de Inteligencia Artificial, la domotización y todos los avances tecnológicos que han hecho nuestras vidas mucho más cómodas está siendo denunciadas como la causa de un fenómeno descrito bajo el concepto de “aislamiento digital”.
Señalan que afecta a nuestras capacidades cognitivas, a las relaciones humanas y a nuestra felicidad. Según los defensores de esta teoría, existen ciertos grupos que no se han visto afectados por este fenómeno y se asocian a personas con inquietudes ecologistas, inconformistas con el sistema social actual, con ideas espirituales chocantes y, lo que vienen denominando, sociedades armónicas basadas en la sabiduría antigua (por ejemplo, de pueblos indígenas) y donde su poder manifiesto lo localizan en el Corazón. Utilizan, para ganar fuerza en sus argumentaciones, ciertos estudios del siglo pasado que demuestran, según ellos, que el pensamiento y ciertas funciones cognitivas y energéticas (no sólo fisiológicas) también radican y vienen de él. Afirman que se puede vivir desde el Corazón y aseguran que la única forma real de felicidad pasa por esta creencia.
Un ejemplo son los Caminantes del Corazón un curioso grupo con costumbres en desuso que piden, a los que se acercan a ellos, que lo hagan con el corazón y la mente abiertos, desde el respeto, la comprensión y la humildad... No piden nada a cambio y ayudan a todo el que lo requiera mostrando una gran disponibilidad a resolver lo que denominan la gran enfermedad que nos aqueja al Ser Humano.
Destacan dos puntos de inicio fundamentales:
La recuperación del contacto con la Naturaleza (como Ente viviente) para lograr una Armonía con ella y con lo que denominan los “seres sintientes” del Planeta Tierra (Pachamama, Madre Tierra, Gea…). Piden respeto y compasión para todos ellos y prometen beneficios espirituales, anímicos y realmente sanadores con esta técnica. Me sentía abrumado y embobado. Mi mente comenzaba a reaccionar ante esos estímulos.
Y la vuelta al contacto Humano (físico y emocional / energético y espiritual), tendiendo Puentes de Relaciones desde la compasión/empatía y la comprensión hacia el otro, hacia toda persona. Hablan de una “creencia” donde todos somos uno y formamos parte del mismo proyecto.
Hablan de la Gratitud hacia la vida y ante lo que nos sucede y manifiestan que debe reflejarse en todas nuestras acciones y pensamientos. También argumentan que todo lo que llega a nuestra vida lo hace para enseñarnos algo y con diversas técnicas logran desapegarse del pasado y de los “traumas” enquistados que no dejan avanzar.
Bien es cierto que, los que se han animado a participar de sus reuniones y a vivir con los grupos organizados que siguen esta intención de crear “sociedades armónicas”, han logrado no depender tanto de la tecnología y manifiestan cambios que califican de “un antes y un después” muy revelador.
Hemos podido hablar con varios de sus integrantes que utilizan nombres, cuando menos originales, y que, aseveran, describen su esencia espiritual y definen sus cualidades más destacadas.
Nos explican con amor, cariño, muy sonrientes y con una calidez que ya no es común en nuestros días, su aportación para la evolución de la sociedad:
Orquídea Mariposa nos comenta que conectando con nuestro corazón y siguiendo sus dictados, obtenemos una gran intuición y facilidad para ver las necesidades de los demás. Debemos aprender a prestar ayuda cuando nos lo piden y no cuando creamos ver la necesidad en el otro; así permitiremos que cada persona obtenga el aprendizaje encerrado en cada experiencia que la vida le trae.
Observador de los Aconteceres expone que la compasión, el ponerse en el lugar de los demás, el intentar comprender cómo se sienten, por qué actúan así y procurarles comprensión cuando lo necesiten es fundamental para la armonía de las relaciones humanas.
Constructor de Puentes nos explica que construir puentes es acercar y unir orillas, acortar distancias, salvar obstáculos y permitir caminar juntos en una dirección u otra. Hay que conocer bien los materiales del terreno para asentar bien las bases y conformar una buena estructura para que el puente perdure en el tiempo. Añade que es curioso que esto sirva por igual para las dos orillas de un río o para las personas tanto a nivel físico, material, energético, sentimental, mental y hasta espiritual y de costumbres e idiosincrasia de grupos.
Armonizadora de la Vida afirma que debemos procurar armonizar la vida en el sentir del corazón amoroso, en la empatía, en el sentir al otro como si fuera yo. Tú eres yo y te cuido. Pero ese "Tú" también es la ameba, la roca, la montaña, el árbol, los animales… Si somos seres sintientes, el ser humano no debería seguir abusando de su situación privilegiada de poder, para seguir maltratando a los animales y la naturaleza en todas sus manifestaciones. No olvidemos que son nuestros hermanos pequeños.
Mensajera del Amor explica que el corazón debe regir nuestras vidas y debe imponerse sobre las manifestaciones de la mente. Esa es la única manera de vivir de forma consciente y feliz. Poner nuestro corazón en todo lo que hagamos y mirar desde el Amor Incondicional debe ser nuestra máxima de vida.
Como ven, son posturas nada convencionales en nuestros días…”
Tras leer esto, sonrío para mí - pues yo soy un Caminante del Corazón en mi época - y me alegra saber que tenemos un papel interesante para el futuro de la Humanidad.
Fe_Orquídea Mariposa
Maribel_Armonizadora de la Vida
Jesús_Observador de los Aconteceres
Beatriz_Mensajera del Amor
Esa mañana me desperté en un lugar desconocido, no era mi cama, ni mi habitación, pero, a la vez, me eran familiares. ¿Realmente estaba despierto? Me pellizqué. ¡Qué daño!
Decidí levantarme y deambulé por la casa. Había motones de aparatos que desconocía y una voz extraña me daba los buenos días y me preguntaba si me apetecía desayunar. La curiosidad embargaba mi ser… ¿Dónde estoy? Miré por la ventana y vi que me encontraba en un rascacielos tremendamente alto, los cielos estaban grises y me vino a la cabeza una palabra: Contaminación.
No veía el sol, pero sabía que no era de noche. Me vestí con ropas que me parecieron adelantadas a la época de la que yo venía y decidí bajar a explorar. Las preguntas se acumulaban en mi cabeza sin orden y a un ritmo descomunal. Respiré, intenté calmarme y me propuse observar y comportarme con normalidad.
Al salir al exterior constaté que todo era gris desde el color hasta el olor (sí, los olores tienen colores…) Era una ciudad que no parecía tener límite físico, con grandes edificios, abarrotada de gente que se evitaba, no se miraban, nadie sonreía y todo el mundo parecía estar “automatizado”. Los vehículos volaban (típico, pensé para mí). Todo estaba lleno de señales luminosas con publicidad y más publicidad; grandes escaparates digitales muy llamativos y bien estudiados: Compra, Compra, Compra…
Me sentía abrumado y embobado. Mi mente comenzaba a reaccionar ante esos estímulos. Vi hasta lo que parecían seres robóticos (¿más clichés?). Nadie parece feliz y todo refleja la intención de individualizar, adormecer a la gente y evitar la interacción social.
Paseando me detengo ante lo que podría reconocerse como un escaparate de noticias y un artículo llama mi atención:
“¿Hay solución al aislamiento digital?
Las nuevas tecnologías, la implantación del 9G, el uso de Inteligencia Artificial, la domotización y todos los avances tecnológicos que han hecho nuestras vidas mucho más cómodas está siendo denunciadas como la causa de un fenómeno descrito bajo el concepto de “aislamiento digital”.
Señalan que afecta a nuestras capacidades cognitivas, a las relaciones humanas y a nuestra felicidad. Según los defensores de esta teoría, existen ciertos grupos que no se han visto afectados por este fenómeno y se asocian a personas con inquietudes ecologistas, inconformistas con el sistema social actual, con ideas espirituales chocantes y, lo que vienen denominando, sociedades armónicas basadas en la sabiduría antigua (por ejemplo, de pueblos indígenas) y donde su poder manifiesto lo localizan en el Corazón. Utilizan, para ganar fuerza en sus argumentaciones, ciertos estudios del siglo pasado que demuestran, según ellos, que el pensamiento y ciertas funciones cognitivas y energéticas (no sólo fisiológicas) también radican y vienen de él. Afirman que se puede vivir desde el Corazón y aseguran que la única forma real de felicidad pasa por esta creencia.
Un ejemplo son los Caminantes del Corazón un curioso grupo con costumbres en desuso que piden, a los que se acercan a ellos, que lo hagan con el corazón y la mente abiertos, desde el respeto, la comprensión y la humildad... No piden nada a cambio y ayudan a todo el que lo requiera mostrando una gran disponibilidad a resolver lo que denominan la gran enfermedad que nos aqueja al Ser Humano.
Destacan dos puntos de inicio fundamentales:
La recuperación del contacto con la Naturaleza (como Ente viviente) para lograr una Armonía con ella y con lo que denominan los “seres sintientes” del Planeta Tierra (Pachamama, Madre Tierra, Gea…). Piden respeto y compasión para todos ellos y prometen beneficios espirituales, anímicos y realmente sanadores con esta técnica. Me sentía abrumado y embobado. Mi mente comenzaba a reaccionar ante esos estímulos.
Y la vuelta al contacto Humano (físico y emocional / energético y espiritual), tendiendo Puentes de Relaciones desde la compasión/empatía y la comprensión hacia el otro, hacia toda persona. Hablan de una “creencia” donde todos somos uno y formamos parte del mismo proyecto.
Hablan de la Gratitud hacia la vida y ante lo que nos sucede y manifiestan que debe reflejarse en todas nuestras acciones y pensamientos. También argumentan que todo lo que llega a nuestra vida lo hace para enseñarnos algo y con diversas técnicas logran desapegarse del pasado y de los “traumas” enquistados que no dejan avanzar.
Bien es cierto que, los que se han animado a participar de sus reuniones y a vivir con los grupos organizados que siguen esta intención de crear “sociedades armónicas”, han logrado no depender tanto de la tecnología y manifiestan cambios que califican de “un antes y un después” muy revelador.
Hemos podido hablar con varios de sus integrantes que utilizan nombres, cuando menos originales, y que, aseveran, describen su esencia espiritual y definen sus cualidades más destacadas.
Nos explican con amor, cariño, muy sonrientes y con una calidez que ya no es común en nuestros días, su aportación para la evolución de la sociedad:
Orquídea Mariposa nos comenta que conectando con nuestro corazón y siguiendo sus dictados, obtenemos una gran intuición y facilidad para ver las necesidades de los demás. Debemos aprender a prestar ayuda cuando nos lo piden y no cuando creamos ver la necesidad en el otro; así permitiremos que cada persona obtenga el aprendizaje encerrado en cada experiencia que la vida le trae.
Observador de los Aconteceres expone que la compasión, el ponerse en el lugar de los demás, el intentar comprender cómo se sienten, por qué actúan así y procurarles comprensión cuando lo necesiten es fundamental para la armonía de las relaciones humanas.
Constructor de Puentes nos explica que construir puentes es acercar y unir orillas, acortar distancias, salvar obstáculos y permitir caminar juntos en una dirección u otra. Hay que conocer bien los materiales del terreno para asentar bien las bases y conformar una buena estructura para que el puente perdure en el tiempo. Añade que es curioso que esto sirva por igual para las dos orillas de un río o para las personas tanto a nivel físico, material, energético, sentimental, mental y hasta espiritual y de costumbres e idiosincrasia de grupos.
Armonizadora de la Vida afirma que debemos procurar armonizar la vida en el sentir del corazón amoroso, en la empatía, en el sentir al otro como si fuera yo. Tú eres yo y te cuido. Pero ese "Tú" también es la ameba, la roca, la montaña, el árbol, los animales… Si somos seres sintientes, el ser humano no debería seguir abusando de su situación privilegiada de poder, para seguir maltratando a los animales y la naturaleza en todas sus manifestaciones. No olvidemos que son nuestros hermanos pequeños.
Mensajera del Amor explica que el corazón debe regir nuestras vidas y debe imponerse sobre las manifestaciones de la mente. Esa es la única manera de vivir de forma consciente y feliz. Poner nuestro corazón en todo lo que hagamos y mirar desde el Amor Incondicional debe ser nuestra máxima de vida.
Como ven, son posturas nada convencionales en nuestros días…”
Tras leer esto, sonrío para mí - pues yo soy un Caminante del Corazón en mi época - y me alegra saber que tenemos un papel interesante para el futuro de la Humanidad.