Otoño, la estación de las frutas

El otoño es esa estación que a muchos les causa tristeza. Se cambia el horario de verano y el hecho de oscurecer, de repente, una hora antes deprime sobremanera a los “hijos de la luz”, a los amantes del verano, de las playas, de los paseos al atardecer.

Los árboles caducifolios se desprenden de sus hojas verdes y muestran su tétrica desnudez. Pero antes de parecer un conjunto de ramas muertas nos brindan un espectáculo que, si bien puede parecer triste, es tremendamente hermoso. Sus hojas van cambiando de color día a día. Primero marrones o rojizas, después amarillas, hasta que finalmente inician el último baile, cuando el viento otoñal a golpes de vaivén las deposita con suavidad en el suelo.

Sin embargo, nosotros los frutívoros, estamos de enhorabuena. A pesar de que ya consumimos los últimos gazpachos y eso nos entristece (por lo menos a mí), el otoño es una estación rica en frutas. Unas se están terminando: melones, melocotones, nectarinas, uvas, ciruelas….., pero irrumpen otras, no menos ricas, con toda la frescura del inicio de temporada: manzanas, peras, membrillos, chirimoyas, mangos, naranjas, mandarinas, granadas…

Frutas de otoño

Las frutas que se están terminando son de una calidad y un sabor inigualables. Los melones son los últimos de La Mancha y de la zona de Villaconejos y deben ser nuestro refresco de estos últimos días de calor que se niegan a integrarse en la nueva estación. Tienen muy pocas calorías, siendo por lo tanto adecuados para las dietas que seguimos después de los “kilillos” heredados del verano.

Los melocotones son, en su mayoría, de la zona de Calanda (Teruel) y Bajo Aragón. Estos riquísimos frutos son embolsados en el árbol, uno a uno, durante los meses de junio y julio, dentro de una bolsa de papel translúcido que los protege de la climatología, los pesticidas y los insectos. En los meses de septiembre y octubre son recolectados cuando alcanzan su madurez y su precioso color dorado característico. Estos melocotones sí que saben “como los de antes”.

Las uvas son, en su mayor parte, de dos variedades conocidas popularmente como: moscatel italiano y moscatel español. Este último es de una calidad infravalorada, porque no es muy llamativo a la vista y es sabido que “comemos más con los ojos”, pero es dulce y sabroso como ninguno. El moscatel italiano, cultivado mayormente en Alicante y litoral levantino es esa uva dorada y de considerable tamaño que resulta igualmente muy agradable al paladar. Dentro de esta variedad podemos considerar otra uva conocida como “ideal”, que junto con otra más tardía, “aledo” (la que tomamos en Nochevieja), se integran en una Denominación de Origen conocida como “Uvas del Vinalopó”. En esta denominación figuran las producciones de pueblos de Alicante como: Aspe, Monforte del Cid, Novelda, La Romana, Agost, Hondón de los Frailes, Hondón de las Nieves… Los racimos de estas uvas se introducen, al igual que los melocotones, en bolsas protectoras de papel.

Hay otro tipo de uvas que son de un color negro, como las variedades tempranillo, garnacha, cabernet sauvignon y otras que, debidamente pisoteadas, fermentadas y embotelladas, nos alegran bastante la vida y el paladar. 
Las nuevas frutas de otoño que invaden ahora el mercado estarán presentes en nuestros comercios y hogares, algunas, durante casi un año: manzanas, peras, granadas, chirimoyas, mangos, naranjas, mandarinas, membrillos, kakis…

Las manzanas se recolectan entre agosto y septiembre, por lo tanto ahora es el mejor momento para consumirlas. Mediante refrigeración son una de las frutas que duran todo un año en los mercados. Hay muchísimas variedades con diferentes colores y texturas: amarillas (Golden Suprema, Golden Delicious, Verde Doncella, Reineta…), rojas (Starking, Red Chief, Fuji, Top Red, Early Red, Royal Gala…), verdes (Granny Smith). 

Las peras más consumidas son: Blanquilla (“de agua”), Conferencia, Passacrassana, Ercolina, Packam, Decana de Comicio, Barlett, San Juan, Magallón. Estas dos últimas variedades son los famosos “perucos” tempranos que están presentes en el mercado apenas unas semanas. La pera conferencia está desbancando en el consumo a la tradicional “pera de agua”, porque ésta se conserva peor y a veces cuando maduran se ponen negras en su interior.

Las granadas son una auténtica “bomba de antioxidantes” y están poco tiempo presentes en el mercado. Son algo engorrosas de consumir pero merece la pena dedicarles un rinconcito en nuestra dieta diaria.

Los mangos y las chirimoyas son dos frutas tropicales que se cultivan en España en la provincia de Granada. Son ricas en azúcares y fibra. Son de corta duración y es de destacar los serios estudios que se están realizando a las chirimoyas porque parece ser que tienen un gran poder anticancerígeno.

Los membrillos y los kakis son dos frutas que no gozan mucho del favor del consumidor. El primero se consume casi siempre cocido y cuando tiene buen olor se introduce en los armarios roperos, por consejo de nuestras abuelas. Los kakis tienen el problema de que al ser necesario consumirlos muy maduros su transporte es delicado y casi siempre que los compramos llegan a casa “espachurraos”. Han salido dos nuevas variedades (Persimon y Sharoni) que se pueden consumir estando duros.

He querido dejar para el final a nuestra fruta estrella: LA NARANJA. Ahora, a mediados de octubre comienzan a venir las primeras, pero a quien le gusten dulces debe esperar hasta mediados o finales de noviembre para empezar a saborear las jugosas Navelinas. Ya ha comenzado la comercialización de mandarinas (Clausellinas, Okitsu), que para mi gusto son un poco insípidas y bastas de piel. Pero antes de que acabe el mes o a principios de noviembre harán su entrada en escena las extraordinarias clementinas.

En el próximo artículo os hablaré extensamente de la naranja, hay detalles que son interesantes de conocer. Hasta entonces.