“Las personas han de adquirir conocimientos, aptitudes e información que les permitan elegir opciones saludables, por ejemplo, con respecto a su alimentación y a los servicios de salud que necesitan. Tienen que tener la oportunidad de elegir estas opciones y gozar de un entorno en el que puedan demandar nuevas medidas normativas que sigan mejorando su salud”. OMS (Organización Mundial de la Salud).
De los cuatro pilares para la salud, Descanso, Alimentación, Movimiento y Equilibrio Emocional, nos habíamos ocupado de los dos primeros. Hoy vamos a tratar brevemente los dos siguientes:
Movimiento:
Cualquier ser vivo tiene una característica fundamental y necesaria, y es que está en un proceso continuo de cambio, de movimiento en alguno de sus niveles. La materia inerte es aquella en la que ha cesado ese proceso que parece caracterizar a todo lo que es o contiene vida en este universo.
No resulta extraño, por tanto, pensar que el ser humano debe favorecer ese movimiento en su cuerpo para mantenerse lo más cercano posible a un estado saludable y equilibrado con el medio natural en el que discurre su existencia, que también está en continuo movimiento.
Como las características físicas y morfológicas de cada persona son distintas, también en este aspecto no hay una pauta única e inexorable a la que todos nos tengamos que adaptar. Quizá lo más cercano a eso sería la recomendación de un ejercicio suave y moderado (los excesos pueden resultar tan dañinos como las carencias) que se realice cada día y que mantenga nuestros sistemas muscular, hormonal, nervioso, circulatorio... en un estado activo sin forzarlos en exceso.
Nota: Tres actividades que están prácticamente al alcance de cualquiera serían bastante adecuadas en este capítulo: andar, nadar y estiramientos o yoga realizados de una manera suave y continuada durante unos 35-45 minutos al día.
Equilibrio emocional.
Aunque pueda parecer obvio, es necesario que tengamos en consideración la absoluta importancia que tiene encontrar ese equilibrio para un bienestar real en nuestra vida.
Controlar o alejarnos del estrés, relativizar cuando tengamos que afrontar experiencias duras o complicadas, marcarnos objetivos concretos y centrarnos en el presente, incluir en nuestras actividades aquellas que nos gusten o nos relajen, tender siempre a un positivismo sereno sin que ello suponga fomentar una ceguera ante lo que nos toca vivenciar, saber que las emociones son algo que se puede educar y que hacer eso es algo que está a nuestro alcance.
Hay personas que creen que tienen poco margen de maniobra sobre lo que la vida les depara, que, a lo sumo, sólo reaccionar ante el curso de los acontecimientos que los engullen y les llevan de acá para allá, mientras que otras han entendido que si bien no pueden manejar los acontecimientos externos que les condicionan sí que pueden sentirlos de una forma determinada y por tanto cambiar la impronta que nos dejan esas vivencias, siendo la suma de esas improntas el colorido global que nos indica si tenemos una vida equilibrada, alegre, una vida feliz en definitiva.
Esas personan asumen el control de sus vidas y por tanto saben que tienen el poder y el privilegio de hacer de ellas lo que realmente quieran, ya ese poder no se rechaza ni se cede, ya no hay quejas ni injusticias insalvables para con ellas.
¿En cuál de esos dos grupos quieres estar?
Consejo saludable: Busca cada día al menos 15 minutos "para ti". Deberías llenarlos con aquellas cosas que supongan un disfrute o un goce sin pensar en obligaciones, rentabilidad o compromisos. Un paseo, bailar, escuchar esa música que tanto te gusta o interpretrarla, meditar, simplemente descansar...
De los cuatro pilares para la salud, Descanso, Alimentación, Movimiento y Equilibrio Emocional, nos habíamos ocupado de los dos primeros. Hoy vamos a tratar brevemente los dos siguientes:
Movimiento:
Cualquier ser vivo tiene una característica fundamental y necesaria, y es que está en un proceso continuo de cambio, de movimiento en alguno de sus niveles. La materia inerte es aquella en la que ha cesado ese proceso que parece caracterizar a todo lo que es o contiene vida en este universo.
No resulta extraño, por tanto, pensar que el ser humano debe favorecer ese movimiento en su cuerpo para mantenerse lo más cercano posible a un estado saludable y equilibrado con el medio natural en el que discurre su existencia, que también está en continuo movimiento.
Como las características físicas y morfológicas de cada persona son distintas, también en este aspecto no hay una pauta única e inexorable a la que todos nos tengamos que adaptar. Quizá lo más cercano a eso sería la recomendación de un ejercicio suave y moderado (los excesos pueden resultar tan dañinos como las carencias) que se realice cada día y que mantenga nuestros sistemas muscular, hormonal, nervioso, circulatorio... en un estado activo sin forzarlos en exceso.
Nota: Tres actividades que están prácticamente al alcance de cualquiera serían bastante adecuadas en este capítulo: andar, nadar y estiramientos o yoga realizados de una manera suave y continuada durante unos 35-45 minutos al día.
Equilibrio emocional.
Aunque pueda parecer obvio, es necesario que tengamos en consideración la absoluta importancia que tiene encontrar ese equilibrio para un bienestar real en nuestra vida.
Controlar o alejarnos del estrés, relativizar cuando tengamos que afrontar experiencias duras o complicadas, marcarnos objetivos concretos y centrarnos en el presente, incluir en nuestras actividades aquellas que nos gusten o nos relajen, tender siempre a un positivismo sereno sin que ello suponga fomentar una ceguera ante lo que nos toca vivenciar, saber que las emociones son algo que se puede educar y que hacer eso es algo que está a nuestro alcance.
Hay personas que creen que tienen poco margen de maniobra sobre lo que la vida les depara, que, a lo sumo, sólo reaccionar ante el curso de los acontecimientos que los engullen y les llevan de acá para allá, mientras que otras han entendido que si bien no pueden manejar los acontecimientos externos que les condicionan sí que pueden sentirlos de una forma determinada y por tanto cambiar la impronta que nos dejan esas vivencias, siendo la suma de esas improntas el colorido global que nos indica si tenemos una vida equilibrada, alegre, una vida feliz en definitiva.
Esas personan asumen el control de sus vidas y por tanto saben que tienen el poder y el privilegio de hacer de ellas lo que realmente quieran, ya ese poder no se rechaza ni se cede, ya no hay quejas ni injusticias insalvables para con ellas.
¿En cuál de esos dos grupos quieres estar?
Consejo saludable: Busca cada día al menos 15 minutos "para ti". Deberías llenarlos con aquellas cosas que supongan un disfrute o un goce sin pensar en obligaciones, rentabilidad o compromisos. Un paseo, bailar, escuchar esa música que tanto te gusta o interpretrarla, meditar, simplemente descansar...