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Me atreví a preguntar a aquel Romero Florido. Parecía que me invitaba a hacerlo. Hablé con él durante unos minutos (que me parecieron horas); movía sus ramas, frotaba sus flores y en el semblante simulaba una sonrisa de aromas y luces. Sólo en ciertas ocasiones podemos ver este feliz acontecimiento y tuve el privilegio de estar ahí en el momento oportuno.
Mi pregunta versó sobre el origen de las plantas medicinales, sus principios o sutilezas. El Romero en esta ocasión me habló y me diferenció entre lo meramente biológico, los principios activos, lo sutil, lo mágico, la alquimia trasmutadota en ciertas plantas de origen autóctono-silvestre y sus componentes esenciales:
Frotaba sus flores y en el semblante simulaba una sonrisa de aromas y luces.
Dependiendo sólo de la disfunción del paciente, de su estado anímico, la planta incide sobre lo material/físico o lo sutil/espiritual, proporcionando la curación a través de la farmacopea de la Naturaleza en conexión del Ser con el Todo.
Las plantas no son, ni serán un cirujano, ni siquiera tienen especialidad, más bien son unos médicos de aldea comprometidos con la sociedad que les rodea. Siempre dando avisos, mostrándose, advirtiendo del devenir en las disfunciones que provocan la enfermedad. Por eso en ocasiones las veremos proliferar y crecer en forma desmedida en ribazos y veredas aquellas plantas que por ser muy comunes no dejan de alertarnos con anterioridad de las enfermedades que de una forma más común padeceremos en la temporada y durante el año.
Un ejemplo lo tenemos en la planta de San Juan o Hipérico, que cuanto más la vemos más decaimiento, ansiedad, nerviosismo, estrés y depresión generalizada encontraremos en la zona de su influencia.
Pero, no es el motivo de este artículo la conversación que mantuvimos en los límites del sueño y la realidad.
Querríamos ocuparnos de una serie de cuestiones y recomendaciones a tener en cuenta en el mundo de la fitoterapia, que como indica la raíz latina de la palabra (Fito= planta), es el procedimiento terapéutico o curativo de utilizar plantas en tratamientos y usos culinarios, así como infusiones de ayuda en procesos de enfermedades leves o en los casos en que la cultura popular y la intuición nos recomiendan ponernos a tono ante el decaimiento, la apatía o el desánimo, buscando las virtudes de las hierbas.
Dadas sus pocas contradicciones nos atrevemos a su recolección, preparación, prescripción y dosificación en ocasiones alegremente.
Nuestra opinión es que ante dudas o disposiciones más serias, advertidas en nuestro cuerpo, nos pongamos en manos de las personas especializadas y capacitadas para prescribir y ejercer dosificaciones sin riesgos.
Advertido esto, pasamos a una serie de recomendaciones (de los antiguos y de sus herederos en la tierra) que nos ayuden en la aventura de Cielo, Agua, Tierra, plantas y sus virtudes.
Mi pregunta versó sobre el origen de las plantas medicinales, sus principios o sutilezas. El Romero en esta ocasión me habló y me diferenció entre lo meramente biológico, los principios activos, lo sutil, lo mágico, la alquimia trasmutadota en ciertas plantas de origen autóctono-silvestre y sus componentes esenciales:
Frotaba sus flores y en el semblante simulaba una sonrisa de aromas y luces.
Dependiendo sólo de la disfunción del paciente, de su estado anímico, la planta incide sobre lo material/físico o lo sutil/espiritual, proporcionando la curación a través de la farmacopea de la Naturaleza en conexión del Ser con el Todo.
Las plantas no son, ni serán un cirujano, ni siquiera tienen especialidad, más bien son unos médicos de aldea comprometidos con la sociedad que les rodea. Siempre dando avisos, mostrándose, advirtiendo del devenir en las disfunciones que provocan la enfermedad. Por eso en ocasiones las veremos proliferar y crecer en forma desmedida en ribazos y veredas aquellas plantas que por ser muy comunes no dejan de alertarnos con anterioridad de las enfermedades que de una forma más común padeceremos en la temporada y durante el año.
Un ejemplo lo tenemos en la planta de San Juan o Hipérico, que cuanto más la vemos más decaimiento, ansiedad, nerviosismo, estrés y depresión generalizada encontraremos en la zona de su influencia.
Pero, no es el motivo de este artículo la conversación que mantuvimos en los límites del sueño y la realidad.
Querríamos ocuparnos de una serie de cuestiones y recomendaciones a tener en cuenta en el mundo de la fitoterapia, que como indica la raíz latina de la palabra (Fito= planta), es el procedimiento terapéutico o curativo de utilizar plantas en tratamientos y usos culinarios, así como infusiones de ayuda en procesos de enfermedades leves o en los casos en que la cultura popular y la intuición nos recomiendan ponernos a tono ante el decaimiento, la apatía o el desánimo, buscando las virtudes de las hierbas.
Dadas sus pocas contradicciones nos atrevemos a su recolección, preparación, prescripción y dosificación en ocasiones alegremente.
Nuestra opinión es que ante dudas o disposiciones más serias, advertidas en nuestro cuerpo, nos pongamos en manos de las personas especializadas y capacitadas para prescribir y ejercer dosificaciones sin riesgos.
Advertido esto, pasamos a una serie de recomendaciones (de los antiguos y de sus herederos en la tierra) que nos ayuden en la aventura de Cielo, Agua, Tierra, plantas y sus virtudes.
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Tierra-Plantas
Recolección
Selección y Secado
Útiles de preparación y consumo
Tierra - planta - naturaleza.
Es costumbre en antiguos, chamanes aborígenes y curanderos pedir permiso para adentrarse en los dominios de la Madre Tierra. Cada paraje, parcela, plantas, entorno son indivisibles a su pertenencia. De ahí que cada vez que penetremos en los dominios de su yo personal, con sumo respeto penetremos en su faz con su permiso, con la precaución e incluso el silencio por las zonas protegidas y la diversidad de fauna y flora que nos requieren de si mismos. Al marcharnos daremos las gracias por todo lo recibido en cualquiera de sus formas.
Recolección
Cuando la planta este madura, curadas sus hojas, sus flores abundantes o en su caso granados sus frutos, las recolectaremos.
Antes de la recolección debemos dirigirnos a las plantas, decirles qué esperamos de ellas, saber si es el momento, fijarse en el viento, la fuerza del sol, evitar la humedad de la noche, testar la planta, coger sólo las cantidades que necesitemos sin llegar a perjudicar y no arrancar salvo en casos de necesitar la raíz. (Dado que la naturaleza se renueva constantemente no es necesario almacenar). El aire del este, sobre todo en épocas de verano y de largas sequías lo utilizan las hierbas para nutrirse, digamos que se alimentan. No las molestes cuando comen.
Recolección
Selección y Secado
Útiles de preparación y consumo
Tierra - planta - naturaleza.
Es costumbre en antiguos, chamanes aborígenes y curanderos pedir permiso para adentrarse en los dominios de la Madre Tierra. Cada paraje, parcela, plantas, entorno son indivisibles a su pertenencia. De ahí que cada vez que penetremos en los dominios de su yo personal, con sumo respeto penetremos en su faz con su permiso, con la precaución e incluso el silencio por las zonas protegidas y la diversidad de fauna y flora que nos requieren de si mismos. Al marcharnos daremos las gracias por todo lo recibido en cualquiera de sus formas.
Recolección
Cuando la planta este madura, curadas sus hojas, sus flores abundantes o en su caso granados sus frutos, las recolectaremos.
Antes de la recolección debemos dirigirnos a las plantas, decirles qué esperamos de ellas, saber si es el momento, fijarse en el viento, la fuerza del sol, evitar la humedad de la noche, testar la planta, coger sólo las cantidades que necesitemos sin llegar a perjudicar y no arrancar salvo en casos de necesitar la raíz. (Dado que la naturaleza se renueva constantemente no es necesario almacenar). El aire del este, sobre todo en épocas de verano y de largas sequías lo utilizan las hierbas para nutrirse, digamos que se alimentan. No las molestes cuando comen.
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Selección y Secado.
Una buena selección de plantas la conseguimos atendiendo las directrices del apartado anterior, pero teniendo en cuenta en qué partes de terreno y su fertilidad: sombreados, ribazos, cunetas.
La mejor selección es aquella que se deja aconsejar de la propia planta, la producida con complicidad y cariño mutuo, respeto, limpieza, sin restos de polvo y tierra, seleccionando con mucho acierto de entre las mejores y más completas de nuestra recogida.
No olvidemos nunca que: los parásitos, la humedad, el contacto con el aire y el calor son los principales enemigos que tenemos que tener en cuenta en el secado y la conservación de la planta.
Secar a la sombra, con las flores hacia abajo, remover, conservar adecuadamente lejos de la humedad para evitar hongos y similares.
La ventilación excesiva nos hace perder las sustancias volátiles. Recomendamos que se almacenen en frascos o recipientes cerrados una vez bien secas las hierbas.
Cuando la planta este madura, curadas sus hojas, sus flores abundantes o en su caso granados sus frutos, recolectamos.
Una buena selección de plantas la conseguimos atendiendo las directrices del apartado anterior, pero teniendo en cuenta en qué partes de terreno y su fertilidad: sombreados, ribazos, cunetas.
La mejor selección es aquella que se deja aconsejar de la propia planta, la producida con complicidad y cariño mutuo, respeto, limpieza, sin restos de polvo y tierra, seleccionando con mucho acierto de entre las mejores y más completas de nuestra recogida.
No olvidemos nunca que: los parásitos, la humedad, el contacto con el aire y el calor son los principales enemigos que tenemos que tener en cuenta en el secado y la conservación de la planta.
Secar a la sombra, con las flores hacia abajo, remover, conservar adecuadamente lejos de la humedad para evitar hongos y similares.
La ventilación excesiva nos hace perder las sustancias volátiles. Recomendamos que se almacenen en frascos o recipientes cerrados una vez bien secas las hierbas.
Cuando la planta este madura, curadas sus hojas, sus flores abundantes o en su caso granados sus frutos, recolectamos.
Útiles de preparación y consumo
Entre los útiles recomendados por diversas guías sobre preparado de infusiones o decocciones se aconseja los recipientes metálicos esmaltados en porcelana que evite el contacto del agua con el metal. El acero inoxidable y el cristal resistente al fuego son de buen uso, desecharemos siempre el aluminio.
Calentada el agua, ponemos la cantidad aconsejada en cada caso, de: Flores, frutos, hojas, tallos, corteza, raíz, planta entera.
En el caso de las partes blandas hacemos infusión y de las duras, corteza, frutos, etc... la decocción.
Por ultimo recordar depositar los posos de la infusión en una maceta del balcón, en el jardín o sencillamente devolver al campo a la tierra como agradecimiento y connivencia a la rueda sagrada de la vida.
Entre los útiles recomendados por diversas guías sobre preparado de infusiones o decocciones se aconseja los recipientes metálicos esmaltados en porcelana que evite el contacto del agua con el metal. El acero inoxidable y el cristal resistente al fuego son de buen uso, desecharemos siempre el aluminio.
Calentada el agua, ponemos la cantidad aconsejada en cada caso, de: Flores, frutos, hojas, tallos, corteza, raíz, planta entera.
En el caso de las partes blandas hacemos infusión y de las duras, corteza, frutos, etc... la decocción.
Por ultimo recordar depositar los posos de la infusión en una maceta del balcón, en el jardín o sencillamente devolver al campo a la tierra como agradecimiento y connivencia a la rueda sagrada de la vida.
