En Europa, el romero se ha considerado a lo largo de la historia como símbolo de la vida, el amor, la fecundidad y la muerte. La antigua Grecia lo consagró a la diosa Afrodita, y se hacían coronas con hojas de romero, mirto y laurel. Los faraones egipcios hacían poner sobre su tumba un ramillete de romero para perfumar su viaje al país de los muertos. Para los romanos era un símbolo de la regeneración. Los árabes le otorgaban el poder de repeler las plagas y formaba parte de sus jardines. La tradición belga recuerda que los bebés no los traen las cigüeñas, sino que aparecen junto a una mata de romero. Y los franceses lo quemaban en los hospitales para combatir las epidemias.
Esta planta originaria de la región mediterránea, de ahí su nombre científico del latín ros-rocio y marinus-marítimo, también coincide con su nombre castellano de “aroma de mar”. Crece con facilidad en cualquier lugar incluso en los climas secos, su floración tiene lugar durante todo el año, y hay quienes lo consideran la planta milagro, de la que el dicho popular manifiesta: “del romero se podría escribir un libro entero”.
Esto parece ser cierto porque del romero existen leyendas y cuentos en muchas tradiciones; enciende los fogones, se ingiere en infusiones, se usa en esencias, es un buen condimento en guisos y asados, combustible en los hornos de leña, ambienta habitaciones, se cuelga en las cuadras, es techo de cobertizos, desodorante y perfume especial y no olvidemos sus grandes propiedades para el cuidado del cabello y su poder desparasitador.
Hay en el romero un algo que enamora un azulado blanco y verde en sus flores que juegan al escondite entre sus hojas estrechas y largas dejando ver un tallo leñoso.
Esta planta originaria de la región mediterránea, de ahí su nombre científico del latín ros-rocio y marinus-marítimo, también coincide con su nombre castellano de “aroma de mar”. Crece con facilidad en cualquier lugar incluso en los climas secos, su floración tiene lugar durante todo el año, y hay quienes lo consideran la planta milagro, de la que el dicho popular manifiesta: “del romero se podría escribir un libro entero”.
Esto parece ser cierto porque del romero existen leyendas y cuentos en muchas tradiciones; enciende los fogones, se ingiere en infusiones, se usa en esencias, es un buen condimento en guisos y asados, combustible en los hornos de leña, ambienta habitaciones, se cuelga en las cuadras, es techo de cobertizos, desodorante y perfume especial y no olvidemos sus grandes propiedades para el cuidado del cabello y su poder desparasitador.
Hay en el romero un algo que enamora un azulado blanco y verde en sus flores que juegan al escondite entre sus hojas estrechas y largas dejando ver un tallo leñoso.
Propiedades Medicinales
Es antiséptico (contra las infecciones), estimulante, vulnerario (para curar heridas), antiespasmódico (regula los intestinos), diurético, sirve para combatir enfermedades de la piel, reuma, buen hipertensor y buen colagogo (facilita la eliminación de bilis en la vesícula).
Se usa como rejuvenecedor, para la recuperación de la memoria, para la longevidad y contra el cansancio. Por eso se le denomina el ginseng español.
Se usa como rejuvenecedor, para la recuperación de la memoria, para la longevidad y contra el cansancio. Por eso se le denomina el ginseng español.
Uso en aceites y alcoholes
- Produce buenos efectos en la circulación sanguínea con un calor estimulante.
- Relaja y fortalece el corazón.
- Mejora la concentración de la memoria.
- Aumenta la energía y las facultades sensoriales.
- Nutre y embellece la piel.
- Es afrodisíaco.
- Antirreumático.
- Mejora los procesos gripales la bronquitis y la gota.
Estos preparados de aceites y alcoholes que podemos encontrar en herbolarios farmacias y parafarmacias, son para aplicación masajes y de friegas sobre la piel, en las partes afectadas del cuerpo donde queramos incidir.