¿Podemos cambiar nuestro ADN?



Maria Pinar Merino Martin

06/11/2020

La epigenética es la ciencia que estudia cómo el desarrollo, el funcionamiento y la evolución de los sistemas biológicos están influidos por fuerzas que operan fuera de la secuencia de ADN, incluidas las influencias intracelulares, ambientales y energéticas.



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Cuando nacemos, el ácido desoxirribonucleico o ADN de nuestros cuerpos contiene los planos de quiénes somos y las instrucciones de en quiénes nos convertiremos. Por ejemplo, puede indicar a nuestros ojos que eventualmente cambien de azul al nacer a avellana más adelante, nuestra altura crecerá de forma progresiva y dirigirá una multitud de otros cambios a lo largo de nuestras vidas. 

Muchas personas han creído erróneamente que el ADN con el que nacemos es el único determinante de quiénes somos y en quién nos convertiremos, pero los científicos han entendido durante décadas que este determinismo genético es una teoría inexacta. 

El campo de la epigenética se refiere a la ciencia que estudia cómo el desarrollo, el funcionamiento y la evolución de los sistemas biológicos están influenciados por fuerzas que operan fuera de la secuencia de ADN, incluidas las influencias intracelulares, ambientales y energéticas.

Desde la década de 1950, los científicos han aceptado que la influencia epigenética es crítica en nuestro desarrollo. “Epi”, que en griego significa "además", se combina con la palabra genética para significar esencialmente "algo más que genética". Ese "algo más" se sostiene ampliamente hoy para referirse a nuestro entorno, lo que significa que nuestro código genético y el entorno en el que nos desarrollamos determinan quiénes y qué somos.

Los investigadores han demostrado a través de estudios que la epigenética implica incluso más que el ADN y los lugares donde vivimos, el clima que nos rodea y todos los giros, vueltas y golpes duros de nuestras vidas. 

El Instituto HeartMath considera elementos integrales del modelo de quiénes somos y qué podemos ser, por ejemplo: los pensamientos, sentimientos e intenciones que tenemos todos los días. Después de dos décadas de estudios, los investigadores de dicen que otros factores, como el aprecio y el amor que sentimos por alguien o la ira y la ansiedad que experimentamos, también influyen y pueden alterar los resultados del modelo de ADN de cada individuo. 

El biólogo de células madre y autor de diferentes libros superventas divulgativos de la influencia de las creencias en la biología, Bruce Lipton, dice que la distinción entre determinismo genético y epigenética es importante. 

"La diferencia entre estos dos es significativa porque esta creencia fundamental llamada determinismo genético significa literalmente que nuestras vidas, que se definen como nuestros rasgos de comportamiento físicos, fisiológicos y emocionales, están controlados por el código genético", afirmó el Dr. Lipton en una entrevista para la revista Superconciencia. 

“Este tipo de sistema de creencias proporciona una imagen visual de las personas que son víctimas: si los genes controlan nuestra función vital, entonces nuestras vidas están siendo controladas por cosas que están fuera de nuestra capacidad de cambiarlas. Esto lleva a la victimización de que las enfermedades que se transmiten en las familias se propagan a través del paso de genes asociados con esos atributos. La evidencia de laboratorio muestra que esto no es cierto".


Una dieta de pensamientos saludables

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"Cuando tenemos emociones negativas como la ira, la ansiedad, la rabia, el disgusto o el odio, o tenemos pensamientos negativos como “Odio mi trabajo”, “Detesto a esa persona” o “¿Quién se cree que es?”, experimentamos estrés y nuestras reservas de energía son redirigidas”, explica el mismo autor en un artículo para HMI. Esto provoca que una parte de nuestras reservas de energía, que de otro modo se pondrían a trabajar para mantener, reparar y regenerar nuestros complejos sistemas biológicos, se destinen a enfrentar el estrés que crean estos pensamientos y sentimientos negativos.
 
"En contraste", continúa el artículo, "cuando activamos el poder del compromiso de nuestros corazones e intencionalmente tenemos sentimientos sinceros como aprecio, cuidado, compasión o amor, permitimos que la energía eléctrica de nuestros corazones trabaje para nosotros"
 
Es decir, elegir conscientemente unos pensamientos, emociones y sentimientos positivos en lugar de los unos negativos hace que, en lugar del drenaje y el daño que el estrés causa en los sistemas de nuestros cuerpos, estamos renovados mental, física y emocionalmente. Nuestro corazón comenzará a generar ondas coherentes y eso provocará un mejor funcionamiento del ser integral: tanto a nivel físico, como energético, mental y emocional.
 
Cuanto más practiquemos estos estados positivos emitidos desde nuestro corazón, mejor podremos evitar el estrés y la pérdida de energía. Las investigaciones de laboratorio demuestran que los sentimientos positivos sinceros fortalecen nuestro campo energético y nutren el cuerpo físico a nivel celular. En HeartMath llaman a estas emociones “nutrientes cuánticos”.
 
En términos generales la mayoría de las personas pueden aportar su propia experiencia en este sentido. Así, cuando estamos teniendo un mal día, pasando por un período difícil, por problemas de salud, pérdida de algún ser querido, problemas económicos, etc. nuestro cuerpo comienza a somatizar en forma de pequeños síntomas ese estrés que generamos… síntomas que, si se mantienen esas emociones o sentimientos desembocarán en una enfermedad que será más o menos grave dependiendo de la intensidad con la que estemos viviendo la situación. Así pues, centrarse en generar intenciones, pensamientos y emociones positivas nos acercará hacia un estado de salud y bienestar. Algo que se ha podido demostrar en las investigaciones de los científicos de HMI.

Focalizar nuestra intención

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Los investigadores de HeartMath han ido tan lejos como para demostrar que los aspectos físicos de las cadenas de ADN podrían estar influenciados por la intención humana. El artículo, “Modulación de la conformación del ADN por intención centrada en el corazón” -McCraty, Atkinson, Tomasino, 2003-describe experimentos que corroboran esos resultados.
 
Por ejemplo, un individuo con tres muestras de ADN fue inducido a generar coherencia cardíaca, un estado beneficioso de equilibrio y armonía mental, emocional y física, con la ayuda de las técnicas de respirar focalizándose en el corazón y a la vez generando emociones positivas de forma intencionada. El individuo logró, según las instrucciones, alterar de acuerdo a su intencionalidad simultáneamente dos muestras de ADN en diferentes grados.
 
"Los resultados proporcionan evidencia experimental para apoyar la hipótesis de que los aspectos de la molécula de ADN pueden ser alterados a través de la intencionalidad" -afirma el artículo- “Los datos indican que cuando las personas se encuentran en un estado amoroso centrado en el corazón y en un modo más coherente de funcionamiento fisiológico, tienen una mayor capacidad para alterar la conformación del ADN.
Así, en el experimento los participantes capaces de generar altas proporciones de coherencia cardíaca pudieron alterar la conformación del ADN de acuerdo con su intención. Los participantes del grupo de control mostraron bajas proporciones de coherencia cardíaca y no pudieron alterar intencionalmente la conformación del ADN".

La Inteligencia cardiaca

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La influencia o el control que las personas pueden tener en su ADN, quién y qué son y en qué se convertirán, se ilustra aún más en la teoría de la inteligencia cardíaca del fundador de IHM, Doc Childre, quien postula que "una conexión energética o acoplamiento de información se produce entre el ADN en las células y las estructuras dimensionales superiores: el Yo superior o el Espíritu.
 
El corazón sirve como un punto de acceso clave a través del cual la información que se origina en las estructuras dimensionales superiores se une al sistema humano físico (incluido el ADN), y que los estados de coherencia del corazón generados al experimentar emociones positivas sinceras aumentan este acoplamiento.
 
El corazón, que genera un campo electromagnético mucho más fuerte que el del cerebro, proporciona el campo energético que une las estructuras dimensionales superiores y los muchos sistemas del cuerpo, así como su ADN.
 
Las personas que pueden mantener estados de coherencia cardíaca han aumentado el acoplamiento a las estructuras dimensionales superiores y, por lo tanto, podrían producir cambios en el ADN".

Ejercicio

Una manera fácil de ser conscientes del nivel de energía que tenemos y en qué la empleamos es hacer una especie de inventario al final del día para buscar soluciones a los estados de agotamiento, estrés laboral, ansiedad, falta de energía, insomnio, sentirse abrumado, estrés de otro tipo.
 
Es decir, se trataría de hacer un balance de los activos y pasivos con que contamos.
 
Divide la hoja en dos mitades con una línea vertical. En el lado izquierdo de la hoja escribe en la parte superior la palabra Activos/Positivos En el lado derecho de la hoja escribe en la parte superior la palabra Pasivos/Negativos Comienza a hacer tu lista teniendo en cuenta todos los ámbitos donde desarrollas tu actividad: personal, familiar, laboral y otros en los que participes. En el área de Activos/Positivos haz una lista de todos los eventos positivos, las conversaciones, la interrelación de ese día, las cosas que te han hecho feliz, lo que te motivó o te proporcionó energía, etc. escribe también cómo te hizo sentir cada uno de esos hechos. En la columna Pasivos/Negativos lista los problemas, conflictos y eventos del día que fueron negativos, agotadores, lo que consideraste error o fracaso, etc. escribe cómo te hizo sentir cada uno de esos sucesos. Ahora mentalmente imagina que retornas a tu corazón, respiras varias veces desde tu plexo cardiaco para activarlo y observas cada uno de esos elementos “negativos” con los ojos del corazón, sin enjuiciarlos, solo observándolos desde la perspectiva nueva que te da tu corazón. ¿Cuáles de esos “pasivos” podrían haberse neutralizado o convertido en activos en el mismo momento en que se produjeron? ¿Podrían convertirse en “activos aún? ¿Qué patrones repetidos has encontrado? ¿Qué reacciones o respuestas han surgido desde tu mente racional condicionada?
 
Cuando la energía de que disponemos para responder a los desafíos y retos que nos presenta la vida es positiva y es utilizada con fines positivos obtenemos:
 
Una recarga inmediata de la energía que utilizamos. Nos sentimos más saludables mental, física y emocionalmente. Obtenemos mejores respuestas al gestionar de forma más adecuada las situaciones.
Se retrasan los efectos del envejecimiento.






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