¿Nos movemos por necesidad o por motivación?



Maria Pinar Merino Martin

15/04/2021

Las personas podemos movernos hacia un objetivo impulsados por dos fuerzas internas: la primera es cubrir una necesidad que hemos identificado y la segunda es huir del dolor, evitar el sufrimiento. Ambos procesos inducen a la acción, pero surgen de estructuras internas muy diferentes. Sin embargo, cuando ya tenemos las necesidades básicas cubiertas aparece una tercera fuerza que se va imponiendo en todos los procesos ya sean personales, familiares, laborales o sociales y es el actuar por motivación



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Actuar para cubrir una necesidad no resuelta implica recorrer un camino hasta alcanzar lo que quiero y es posible que en ese camino esté presente el esfuerzo e incluso el sufrimiento hasta conseguir cubrir esa necesidad.
 
En cambio, cuando actuamos movidos por la motivación el proceso se lleva a cabo por otros derroteros. El camino nos hace disfrutar, el viaje es lo importante, es más relevante el proceso que el resultado final. Conectamos con ese estado de fluidez que nos hace disfrutar al hacer cosas por el simple hecho de hacerlas, la ejecución de la tarea es la propia recompensa.
 
Cuando tenemos las necesidades resueltas y hay equilibrio entre el sentir y el pensar surge de forma espontánea la motivación como un motor que nos hace persistir hasta lograr la meta fijada y en el proceso se obtienen sentimientos internos de satisfacción, autovaloración, autoestima, autonomía, competencia, etc.
 
Ante las necesidades no resueltas, en cambio, se da un círculo vicioso en el que nos quejamos y buscamos alguien que nos preste un servicio, éste a su vez espera reconocimiento y genera una crítica hacia el necesitado cuando éste no reconoce la ayuda… es un modelo que genera dependencia.
 
Este círculo se rompe cuando introducimos la comprensión y la consciencia, que significa no llevar la cuenta de por qué hago lo que hago o por qué el otro hace lo que hace. Sino ampliar la mirada para poder apreciar aspectos que nos pasaban desapercibidos, como por ejemplo lo que aprendo, la cooperación que puedo establecer con los demás, el reconocimiento y el respeto, la oportunidad para mejorar mis habilidades…
 
Cuando introduzco la consciencia me siento más fuerte y soy capaz de gestionar mejor las situaciones, me convierto en una persona autosuficiente que puede disfrutar del camino sin pensar exclusivamente en el objetivo. A través del valor de la comprensión añadimos una dimensión más transcendental al proceso, siendo conscientes de la importancia de la motivación intrínseca, que es la que nace de nuestro interior y que es independiente de la actividad que estemos realizando.

Luces y sombras

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Todos estamos marcados por las polaridades, somos conscientes de nuestras sombras y de nuestras luces. El objetivo de la evolución es reconocerlas, transformarlas e integrarlas, cuando las comprendemos las transformamos en luz.
 
Carl Jung decía: “No es posible despertar la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”.
 
Se ha demostrado en laboratorio que la luz que entra por nuestros ojos es 20 veces menor que la que sale por ellos, es decir, la luz que viaja por cada neurona que va del lóbulo occipital a la retina es mucho más potente.
 
Esa luz, que hay en nuestro interior son las cualidades, virtudes, emociones, sentimientos, pensamientos, actitudes, deseos positivos que nos gusta manifestar en el exterior… Sin embargo, todas esas cualidades no son las únicas que conforman nuestra identidad, también hemos de ser conscientes de la oscuridad que serían el conjunto de frustraciones, experiencias negativas, miedos, etc. que habitan en nuestro inconsciente y que nos hacen manifestar: egoísmo, envidia, celos, maledicencia, cobardía, celos, culpa, etc.
 
Según el Ayurveda hindú para alcanzar un mayor autoconocimiento tenemos que trabajar la sombra en seis niveles:
 
miedos, apegos, ira-contrariedad, sueños-deseos-amor, hablar-maldecir, mal pensar.

La importancia de la actitud

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Hoy sabemos que nuestros pensamientos, emociones y sentimientos generan una señal electromagnética y eléctrica que afecta al “campo cuántico” que nos rodea. Es por eso que lo que “emitimos” atrae magnéticamente situaciones a nuestra vida según el signo que tengan nuestros pensamientos, emociones y sentimientos.
 
Por lo tanto, si queremos obtener otros resultados en nuestra vida podríamos preguntarnos: ¿Qué estoy atrayendo? ¿Qué estoy emitiendo? Y en base a las respuestas podríamos afrontar algunos cambios, pero para ello hemos de hacer emerger a la consciencia todas aquellas cosas inconscientes que nos provocan bloqueos, rechazos, frustración, miedo, inseguridad…
 
La psicología nos habla de la importancia de alcanzar la coherencia que no es otra cosa que alinear nuestros pensamientos, sentimientos y acciones… las ondas coherentes que se generan son más potentes y facilitarán que atraigamos lo que estamos buscando.
 
Las partículas cuánticas son generadas por estados mentales. El esfuerzo más el sufrimiento me lleva al desastre; el esfuerzo más la satisfacción me lleva a disfrutar de lo que hago, a la autosuficiencia, que no es otra cosa que ser sensible, ser capaz de buscar lo positivo de cada situación y saber gestionar las situaciones que se presentan de una manera más eficaz.

Diseña tu vida

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Joe Dispenza bioquímico y neurocientífico autor de “La Biología de la Creencia” afirma: “La mente determina la experiencia exterior, porque todo se reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera constantemente nuestra realidad. Así pues, es posible cambiar las circunstancias de la realidad si sabemos cómo… La mayoría de las personas están pensando en sus problemas en lugar de pensar en las posibilidades”.
 
Los valores culturales y los modelos mentales que tenemos profundamente arraigados pueden provenir de una necesidad o de una motivación. Para identificar y catalogar esas estructuras de pensamiento tenemos una eficaz herramienta: la auto observación y el contraste con personas de nuestro entorno… del resultado de ambos procesos sacaremos la fortaleza para introducir los cambios que sean necesarios para cambiar aquello con lo que en este momento no estemos de acuerdo, ya sean valores que se han quedado obsoletos o esquemas mentales que no nos benefician.
 
El modelo cognitivo de la psicología es lento, pero sigue siendo efectivo, se basa en observar los hechos, anotar qué sentimiento me ha producido y la respuesta que he dado. Con el tiempo nos damos cuenta de los “patrones” que seguimos y cuándo aparecen. Si somos conscientes de nuestros pensamientos, emociones y sentimientos podremos introducir cambios que generarán nuevas actitudes y comportamientos y como consecuencia unas nuevas circunstancias y otra realidad.
 
Todo está relacionado, cuando yo actúo en algún nivel de mi ser todo él se ve afectado. Los seres humanos nos manifestamos en varios planos: físico, energético, mental, emocional e incluso podríamos añadir la dimensión espiritual. La salud, el bienestar y la felicidad dependen de la correspondencia armónica que haya entre esos planos.
 
Nos encontramos frente a un reto sin precedentes, una invitación para que lo que sintamos, pensemos, digamos y hagamos estén alineados y que haya coherencia entre nuestra mente, nuestro corazón y nuestro cuerpo.
 
¿Te motiva el reto?






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