Mirada corta, mirada larga



Luis Arribas Mercado

01/12/2024

Se dice generalmente que se tiene una mirada corta cuando, ante una decisión que debamos tomar, nos centramos en lo que pueda suceder a corto plazo y mirada larga cuando las consecuencias de esa decisión se contemplan a más largo plazo.



Foto de Christopher Burns en Unsplash
Con las relaciones pasa algo parecido. Hay quien concentra su mirada en una relación que acaba de empezar, sea ésta con una persona o con un posible socio, con una mirada larga, esperando que esa relación dure mucho tiempo y genere algo positivo para ambos o, por el contrario, sea percibida con mirada corta sin esperar nada de momento y, en todo caso, estar atento a ver qué ocurre…
 
Según parece, a medida que vamos cumpliendo años, los ojos empiezan a presentar problemas, que si cataratas, que si presbicia… nada grave pero que, simbólicamente, tiene su significado. Así, por ejemplo, las cataratas vienen a decirnos que las emociones están muy presentes en todo lo que forma parte de nuestra vida. Es como si nos metiéramos bajo el agua sin gafas de bucear y, aunque vemos, lo que vemos está distorsionado.
 
La presbicia, problemas para ver cosas de cerca, fatiga ocular. Esta afección viene a decirnos que no nos estamos dando cuenta de lo que sucede delante de nosotros, como cuando decimos que “yo soy el último en enterarme” o “de esto no me había percatado y mira que lo tenía delante”.
 
En cuanto a la miopía, dificultad para quien tiene la mirada larga, viene a decirnos que no tenemos nada claro el futuro, que está difuminado, borroso, que debemos tener cuidado con las decisiones que tomemos porque nos podemos tropezar.
 
Hay problemas más graves que también tiene su simbolismo, como por ejemplo:
Astigmatismo (ver las cosas deformadas. No ser objetivos ni ecuánimes). Daltonismo (ver unos colores sí y otros no. No tener en cuenta todas las referencias). Síndrome del ojo seco (ver las cosas sin emocionarse) Miodesopsias ("moscas volantes") (estar distraído, no importar lo que sucede alrededor, “se distrae con el vuelo de una mosca”). Glaucoma (pérdida de visión periférica. Como llevar anteojeras como las caballerías y solo ver lo que tienes delante sin percatarse de lo que está sucediendo a los lados). Conjuntivitis aguda. Irritación o infección de la esclerótica por sentir irritación ante lo que estamos viendo. Ambliopía (ojo perezoso o vago). No mostrar interés por lo que te ponen delante, como un trabajo o un hobby, por ejemplo).
Como podemos apreciar, la vista es el sentido más importante para muchas personas, un sentido que está muy especializado en situarnos en nuestro entorno y, por consiguiente, nos da referencias para dirigirnos a un lugar u otro con seguridad. Por tanto, los problemas de visión que puedan afectar a este órgano reducen la capacidad de tomar decisiones, no ya en cuestiones meramente físicas sino también emocionales, como hemos visto al hablar de algunas de esas enfermedades.

La vista, junto con el oído, son dos de los elementos más importantes en el desarrollo de la intuición, ya que ésta se manifiesta de forma visual, auditiva o kinestésica, siendo la kinestésica lo que está relacionada con el cerebelo. Por tanto, el cuidado de nuestros sentidos es fundamental, no solo para nuestra actividad cotidiana sino que, al decir de los expertos en la materia, son la puerta de entrada a las conexiones con otros planos de existencia.






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