Un mundo mejor, un mundo pacífico, un mundo justo, un mundo vibrante, un mundo hermoso… Ese mundo al que todos aspiramos. Pero no basta con desearlo, hemos de merecerlo. Y para eso tenemos que ponernos en marcha. Porque ese mundo soñado no nos va a venir caído del cielo, no se hará realidad sin nuestra aportación, no se nos regalará desde fuera si no lo hemos propiciado desde dentro. No cambiará todo si antes no hemos ido cambiando cada una de sus partes. Y para ello el mejor consejo que nos han dado en los últimos años: abre tu corazón. Sólo eso. Y si quieres, cuéntanoslo. Hazlo a través del correo: herramientasparaunmundomejor@hotmail.com y nosotros lo compartiremos con todos, porque ya sabes, ya sabemos, que el compartir multiplica los efectos en vez de sumarlos. Así ha sido siempre.
Por si dudas de qué proyecto personal poner en marcha te proponemos otros tres, elige el que (o los que) resuenen en ti y adelante:
10) Tu diario positivo.
¿Tienes la impresión de que haces poco para fomentar el cambio de nuestra sociedad? ¿Crees que podrías hacer algo más pero por unas cosas u otras no se concretan? Bueno, es posible que sea así, pero no debes quitarte méritos por todo lo que haces bien. Por cierto, ¿eres consciente de tus aciertos? ¿Qué tal si lo compruebas? Te proponemos que a última hora del día, justo antes de que vayas a descansar, hagas una pequeña revisión y anotes en un papel o en una libreta o en una agenda todo lo que hayas hecho bien durante ese día. Recuerda, sólo aquello de lo que estés satisfecho. Como una especie de “diario positivo”. Puede que te sorprendas al hacer una revisión, después de un mes, de tu lista.
11) El tiempo de la escucha.
Existe una creencia tradicional de que la implicación con los demás, la solidaridad y el hermanamiento sólo pueden expresarse a través de la acción, de la ayuda directa. Pero esto que hasta ahora se ha tenido como verdad ¿es siempre así? ¿Existen otras formas de hermanamiento? Creemos que sí, que hay otras vías, y te proponemos una de ellas. Se trata de la escucha. Haz eso. Simplemente escucha. Puedes incluso anunciar esta intención cuando quedes con alguna persona allegada. Dile abiertamente que tu única intención para ese encuentro es escuchar todo lo que tenga que decirte, todo lo que quiera expresar, todo lo que necesite sacar a la luz. Y hazlo de verdad, centrando todos tus sentidos exclusivamente en eso y sin juzgar o catalogar lo que oigas o veas.
12) Para ti, un día.
Es tiempo de unidad, de pensamientos y acciones coordinados que harán que nos sintamos fortalecidos y que servirán de soporte para todos esos cambios que vamos anhelando. Pero para ello debemos de partir de la unidad con nuestro interior, con nuestra naturaleza, nuestro ser interno. ¿Tenemos tiempo para escucharlo? De eso va esta propuesta. Te proponemos que te dediques al menos un día de cada mes a ti mismo. Un día en el que desconectes de otras obligaciones o devociones y no hagas nada que no sea observarte, escucharte, mimarte. Puedes desconectar teléfonos y ordenadores, quedarte en casa y pasar el día haciendo… nada. Date un baño largo alumbrado con unas cuantas velas si te apetece, come algo que te guste de verdad, abúrrete sin remordimiento. Se trata de no pensar, dejar a un lado la mente y simplemente estar presente con tu única compañía. Es como una meditación sin meditar. Ya sabes, dejar a un lado la mente es de los mejores ejercicios que podemos intentar hoy día. Y quererte es otro. Hazlo.