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Las curaciones espontáneas son fenómenos muy raros y fascinantes, en los que una persona se recupera de una enfermedad incurable o mortal sin haber recibido ningún tratamiento convencional. Estos casos desafían la lógica y la razón y plantean muchas preguntas sobre la naturaleza y el origen de la salud y la enfermedad.
En este artículo, vamos a explorar algunos aspectos de las curaciones espontáneas, como:
¿Qué son y qué tipos hay? ¿Qué enfermedades se pueden curar espontáneamente? ¿Qué factores pueden influir en las curaciones espontáneas? ¿Qué explicaciones se han dado a las curaciones espontáneas? En este artículo, vamos a explorar algunos aspectos de las curaciones espontáneas, como:
¿Qué son y qué tipos hay?
Según la definición más aceptada, una curación espontánea es la desaparición completa o parcial de una enfermedad sin una causa aparente o sin una intervención médica adecuada. Es decir, se trata de una curación que no se puede atribuir a la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la inmunoterapia, la terapia génica o cualquier otro tratamiento oncológico o farmacológico.
Sin embargo, dentro de las curaciones espontáneas, se pueden distinguir diferentes tipos, según el grado y la duración de la curación, y según la presencia o ausencia de algún factor que pueda haber contribuido a la misma. Algunos de estos tipos son:
La remisión espontánea, en la que la enfermedad se reduce o se detiene temporalmente, pero no se elimina por completo. Este tipo de curación suele ser transitorio y reversible, y puede deberse a la acción del sistema inmunitario, a la variabilidad biológica o a la influencia de algún factor externo. La regresión espontánea, en la que la enfermedad se reduce o se detiene permanentemente, pero no se elimina por completo. Este tipo de curación suele ser estable y duradera y puede deberse a las mismas causas que se mencionan en el caso anterior. La curación espontánea, en la que la enfermedad se elimina por completo y no vuelve a aparecer. Este tipo de curación suele ser definitivo e irreversible y no se puede atribuir a ningún factor conocido o reconocido. Sin embargo, dentro de las curaciones espontáneas, se pueden distinguir diferentes tipos, según el grado y la duración de la curación, y según la presencia o ausencia de algún factor que pueda haber contribuido a la misma. Algunos de estos tipos son:
¿Qué enfermedades se pueden curar espontáneamente?
Las curaciones espontáneas pueden ocurrir en cualquier tipo de enfermedad, pero son más frecuentes y más estudiadas en el caso de los tumores malignos. Esto se debe a que el cáncer es una de las enfermedades más temidas y más mortales de la actualidad y a que su diagnóstico y su evolución se pueden medir y documentar con mayor precisión que otras enfermedades.
Según una revisión sistemática realizada por un equipo de expertos españoles, entre 1978 y 2007 se publicaron 1.040 casos de regresiones espontáneas de tumores en la literatura médica, de los cuales 838 eran de cáncer. Los tipos de cáncer más propensos a curarse espontáneamente eran el melanoma, el cáncer renal, el cáncer de pulmón y el cáncer de mama.
Sin embargo, también se han reportado casos de curaciones espontáneas de otras enfermedades graves o crónicas, como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la diabetes, el VIH, la tuberculosis, la hepatitis, la psoriasis, la úlcera péptica, la epilepsia, el asma, la alergia, la hipertensión, la obesidad, la depresión, la adicción, la infertilidad y la impotencia.
Según una revisión sistemática realizada por un equipo de expertos españoles, entre 1978 y 2007 se publicaron 1.040 casos de regresiones espontáneas de tumores en la literatura médica, de los cuales 838 eran de cáncer. Los tipos de cáncer más propensos a curarse espontáneamente eran el melanoma, el cáncer renal, el cáncer de pulmón y el cáncer de mama.
Sin embargo, también se han reportado casos de curaciones espontáneas de otras enfermedades graves o crónicas, como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la diabetes, el VIH, la tuberculosis, la hepatitis, la psoriasis, la úlcera péptica, la epilepsia, el asma, la alergia, la hipertensión, la obesidad, la depresión, la adicción, la infertilidad y la impotencia.
¿Qué factores pueden influir en las curaciones espontáneas?
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No hay una causa única o definitiva para las curaciones espontáneas, pero se han propuesto algunos posibles factores que pueden influir en su aparición, tanto desde el punto de vista biológico como psicológico, social o espiritual. Algunos de estos factores son:
El sistema inmunitario, que es el encargado de defender al organismo de las agresiones externas o internas, y que puede reconocer y eliminar las células anormales o dañadas, como las cancerosas. Algunas curaciones espontáneas pueden deberse a una activación o una modulación del sistema inmunitario, que puede estar mediada por agentes infecciosos, inflamatorios, hormonales, nutricionales o ambientales . El efecto placebo, que es la mejora de la salud o del bienestar de una persona por el simple hecho de creer que está recibiendo un tratamiento beneficioso, aunque sea inactivo o falso. Algunas curaciones espontáneas pueden deberse a la expectativa, la confianza, la sugestión o la fe de la persona en su propia curación, o en la de algún remedio, terapia, médico, sanador o de otro tipo. La intervención de una fuerza superior o sobrenatural que intercede por la persona. Algunas curaciones espontáneas pueden deberse a la gracia, el milagro, la oración, la meditación, el perdón, el amor o la compasión de una entidad espiritual o religiosa, como Dios, los ángeles, los santos, los maestros o los guías, sin olvidar el amor de quienes forman parte del círculo personal del enfermo. La influencia de la mente, que es el poder o la capacidad de la mente para modificar o transformar la realidad. Algunas curaciones espontáneas pueden deberse al pensamiento positivo, la visualización, la imaginación, la intención, la creatividad, la intuición o la inspiración de la persona, que pueden generar cambios en su cuerpo, en su energía o en su entorno. ¿Qué explicaciones se han dado a las curaciones espontáneas?
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Además de todas las explicaciones dadas anteriormente, quiero hacer especial hincapié en la implicación fundamental de la mente en todo el proceso de curación espontanea. Para ello mencionaré un caso que viví personalmente en la figura del padre de un amigo cercano. A este señor le hicieron pruebas debido a un dolor abdominal persistente, fruto de las cuales se pudo comprobar que tenía un cáncer con un grado alto de metástasis que afectaba tanto al colon, como a la vejiga, a la próstata y a otros órganos adyacentes. Después de una cirugía, los médicos determinaron que no se podía operar debido a la extensión y al nivel de fase en la que se encontraba la enfermedad.
Como era una persona muy hipocondríaca, los hijos pidieron a la oncóloga que le trataba que no dijera nada a su padre de la causa de su enfermedad, que le dijera tan solo que se trataba de una obstrucción intestinal, para lo cual le aplicaron una bolsa en el vientre para que las defecaciones fueran a parar ahí. El pronóstico que dieron a los hijos era de unos seis meses de vida, por lo que no le pusieron ningún tratamiento, ni quimioterapia, ni radioterapia, tan solo algún analgésico si tenía dolor. Dadas las circunstancias, uno de los hijos pidió una excedencia en el trabajo y se dedicó a acompañar a su padre de vacaciones durante el tiempo que estuviera vivo viajando por varias zonas de España.
Pasaron los seis meses pronosticados y el buen señor no solo no estaba peor sino que se encontraba con mejor aspecto, había engordado, tenía energía incluso más que antes del diagnóstico… Al cabo de un año pasó una revisión con todo tipo de pruebas y, ante la sorpresa de los médicos, se determinó que todos los tumores habían desaparecido sin causa aparente. Este caso está perfectamente documentado en el hospital donde ocurrieron los hechos. El padre de mi amigo murió pasados cinco años de ¡un infarto de miocardio mientras tomaba una siesta!
¿Qué había ocurrido? Pues en mi opinión se dieron dos circunstancias para que la enfermedad remitiera espontáneamente, la primera la ignorancia del paciente sobre la gravedad de su enfermedad, teniendo en cuenta la característica hipocondríaca de su personalidad. En segundo lugar, el hecho de verse acompañado y cuidado todo el tiempo por uno de sus hijos disfrutando de unas vacaciones que antes no había podido vivir, ya que vivía solo sin mucha relación con su entorno familiar. Es decir, que su mente no generó el miedo que normalmente se produce ante un diagnóstico que incluye la palabra “cáncer” sino que el que recibió fue que tenía un problema molesto pero de fácil solución. Además el constante cuidado y apoyo psicológico de sus hijos aumentó su capacidad de remitir su enfermedad. Su mente inconsciente hizo el resto.
Como era una persona muy hipocondríaca, los hijos pidieron a la oncóloga que le trataba que no dijera nada a su padre de la causa de su enfermedad, que le dijera tan solo que se trataba de una obstrucción intestinal, para lo cual le aplicaron una bolsa en el vientre para que las defecaciones fueran a parar ahí. El pronóstico que dieron a los hijos era de unos seis meses de vida, por lo que no le pusieron ningún tratamiento, ni quimioterapia, ni radioterapia, tan solo algún analgésico si tenía dolor. Dadas las circunstancias, uno de los hijos pidió una excedencia en el trabajo y se dedicó a acompañar a su padre de vacaciones durante el tiempo que estuviera vivo viajando por varias zonas de España.
Pasaron los seis meses pronosticados y el buen señor no solo no estaba peor sino que se encontraba con mejor aspecto, había engordado, tenía energía incluso más que antes del diagnóstico… Al cabo de un año pasó una revisión con todo tipo de pruebas y, ante la sorpresa de los médicos, se determinó que todos los tumores habían desaparecido sin causa aparente. Este caso está perfectamente documentado en el hospital donde ocurrieron los hechos. El padre de mi amigo murió pasados cinco años de ¡un infarto de miocardio mientras tomaba una siesta!
¿Qué había ocurrido? Pues en mi opinión se dieron dos circunstancias para que la enfermedad remitiera espontáneamente, la primera la ignorancia del paciente sobre la gravedad de su enfermedad, teniendo en cuenta la característica hipocondríaca de su personalidad. En segundo lugar, el hecho de verse acompañado y cuidado todo el tiempo por uno de sus hijos disfrutando de unas vacaciones que antes no había podido vivir, ya que vivía solo sin mucha relación con su entorno familiar. Es decir, que su mente no generó el miedo que normalmente se produce ante un diagnóstico que incluye la palabra “cáncer” sino que el que recibió fue que tenía un problema molesto pero de fácil solución. Además el constante cuidado y apoyo psicológico de sus hijos aumentó su capacidad de remitir su enfermedad. Su mente inconsciente hizo el resto.