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Quienes han vivido experiencias que definen como de reencuentro con su “otra parte” afirman que es como si te miraras en un espejo; te ves a ti mismo, pero en otra polaridad. La reconoces inmediatamente, porque las miradas van al fondo del alma.
Las almas gemelas son aquellas que se sienten atraídas físicamente sin importar los cánones de belleza, muchas personas aseguran que jamás se hubiesen fijado en alguien porque físicamente era lo opuesto al ideal que tenían, pero cuando estuvieron delante de ese alguien se enamoraron en un segundo.
La atracción es inmediata, el corazón late aceleradamente y se siente que existe una especie de imán hacia esa persona.
Ante un alma gemela se siente conocerlo de toda la vida, se sabe lo que siente, lo que piensa y cómo va a reaccionar en todo momento sin haberse visto nunca antes.
Una de las principales características de las almas gemelas es que se entienden con los ojos, en cualquier circunstancia les basta cruzar una mirada para saber lo que cada uno está pensando.
Seguramente la mayoría de nosotros hemos sentido esa imperiosa necesidad de encontrar a nuestra otra mitad, nuestra "alma gemela". Algunas personas afortunadas afirman haberlo logrado. Otras, sin embargo, recorren incesantemente los diversos caminos de la espiritualidad, sin llegar a encontrar a ese otro ser especial. ¿Qué es lo que hace la diferencia?
Más allá de nuestra propia personalidad, nuestra alma ha encarnado en este plano físico con un propósito de crecimiento y una misión de servicio. En ese camino, puede encontrarse con otras almas conocidas, las cuales ya han compartido experiencias de vida anteriormente. Con algunas se llevará bien, con otras no tanto, pero guardan mensajes importantes y la ayudan a evolucionar y encontrar respuestas.
Las almas gemelas son aquellas que se sienten atraídas físicamente sin importar los cánones de belleza, muchas personas aseguran que jamás se hubiesen fijado en alguien porque físicamente era lo opuesto al ideal que tenían, pero cuando estuvieron delante de ese alguien se enamoraron en un segundo.
La atracción es inmediata, el corazón late aceleradamente y se siente que existe una especie de imán hacia esa persona.
Ante un alma gemela se siente conocerlo de toda la vida, se sabe lo que siente, lo que piensa y cómo va a reaccionar en todo momento sin haberse visto nunca antes.
Una de las principales características de las almas gemelas es que se entienden con los ojos, en cualquier circunstancia les basta cruzar una mirada para saber lo que cada uno está pensando.
Seguramente la mayoría de nosotros hemos sentido esa imperiosa necesidad de encontrar a nuestra otra mitad, nuestra "alma gemela". Algunas personas afortunadas afirman haberlo logrado. Otras, sin embargo, recorren incesantemente los diversos caminos de la espiritualidad, sin llegar a encontrar a ese otro ser especial. ¿Qué es lo que hace la diferencia?
Más allá de nuestra propia personalidad, nuestra alma ha encarnado en este plano físico con un propósito de crecimiento y una misión de servicio. En ese camino, puede encontrarse con otras almas conocidas, las cuales ya han compartido experiencias de vida anteriormente. Con algunas se llevará bien, con otras no tanto, pero guardan mensajes importantes y la ayudan a evolucionar y encontrar respuestas.
REENCARNACION Y ANDROGINIA
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Existe mucha polémica acerca de qué significa la expresión "almas gemelas". La creencia más popular es la idea de "la media naranja", una expresión que deriva del mito de los andróginos creado por Platón. Según este filósofo griego, los seres humanos eran originalmente hermafroditas. Para debilitar su enorme potencial los dioses los dividieron en dos entidades, originando así los sexos separados. Desde esta perspectiva, el impulso amoroso y erótico proviene de la nostalgia de esa otra parte separada de uno mismo. El amor podría definirse como la fuerza de atracción que impulsa a buscarse y fundirse en un único ser a esas dos almas que formaron una unidad primigenia.
Veamos como se puede entender el mito de las almas gemelas desde un punto de vista evolutivo incorporando la hipótesis de la reencarnación:
Todo cuanto existe en el universo es el resultado de la interacción de dos polaridades. Desde los planos más materiales a los más sutiles, todos son la expresión de las tensiones producidas entre el polo positivo y el polo negativo. La misma evolución del ser humano viene marcada por los trasvases energéticos producidos desde la inconsciencia a la consciencia.
Según el principio de doble polaridad, la creación de una chispa espiritual, como toda energía, llevará implícita las dos polaridades, siendo la positiva la correspondiente a lo masculino y la negativa a lo femenino, sin que ello conlleve obviamente ningún tipo de carga peyorativa. Es decir, que tal como dice la Biblia (Génesis 1,27), Dios nos hizo hombre y mujer al mismo tiempo. Esto es muy importante, bajo mi punto de vista, porque explicaría que cada polaridad por separado viviría aquellas experiencias que considerara necesarias para su evolución, experiencias, a su vez, "complementarias" de las vividas por su otra parte espiritual. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de que cada espíritu creado recorra un camino de regreso a su creador viviendo las experiencias y conocimientos necesarios para poder ser creador de su propio universo, de esa manera "cada espíritu creado", al estar compuesto de dos polaridades, no tendría que vivir por duplicado las mismas experiencias.
La comunicación entre ambas entidades espirituales, necesaria para el trasvase de información, se produciría de diferentes maneras: en el plano de desencarnados, durante viajes astrales, en sueños o compartiendo vivencias físicas juntos, bien como pareja o como alguien cercano con el que nos uniera un gran afecto, familiar o amigo.
Los términos "almas gemelas" o "andróginos", reflejan una realidad en términos materiales. Sin embargo, cuando hablamos de reencarnación -y según el planteamiento anterior-, estamos hablando de programas de vida complementarios que no se circunscriben exclusivamente a la relación amorosa que se pueda producir en una vida, aunque eventualmente ésta se produzca como necesidad de compartir también en lo físico las experiencias que se han incorporado en anteriores existencias. Este tipo de encuentros son una especie de compensación, de recarga energética -pues cada uno es el complemento perfecto del otro-, que sirve de ayuda para afrontar los retos de la siguiente reencarnación, al tiempo que son un estímulo para llegar cuanto antes al reencuentro definitivo, el cual se da al final de lo que se conoce en las filosofías orientales como "Rueda de Reencarnaciones". En ese momento, al unirse las dos polaridades, perfectas en su manifestación humana, se produce un salto cuántico en su evolución, pasando ambos, ya convertidos en un sólo ser, al siguiente plano dimensional, el plano de los seres energéticos.
Veamos como se puede entender el mito de las almas gemelas desde un punto de vista evolutivo incorporando la hipótesis de la reencarnación:
Todo cuanto existe en el universo es el resultado de la interacción de dos polaridades. Desde los planos más materiales a los más sutiles, todos son la expresión de las tensiones producidas entre el polo positivo y el polo negativo. La misma evolución del ser humano viene marcada por los trasvases energéticos producidos desde la inconsciencia a la consciencia.
Según el principio de doble polaridad, la creación de una chispa espiritual, como toda energía, llevará implícita las dos polaridades, siendo la positiva la correspondiente a lo masculino y la negativa a lo femenino, sin que ello conlleve obviamente ningún tipo de carga peyorativa. Es decir, que tal como dice la Biblia (Génesis 1,27), Dios nos hizo hombre y mujer al mismo tiempo. Esto es muy importante, bajo mi punto de vista, porque explicaría que cada polaridad por separado viviría aquellas experiencias que considerara necesarias para su evolución, experiencias, a su vez, "complementarias" de las vividas por su otra parte espiritual. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de que cada espíritu creado recorra un camino de regreso a su creador viviendo las experiencias y conocimientos necesarios para poder ser creador de su propio universo, de esa manera "cada espíritu creado", al estar compuesto de dos polaridades, no tendría que vivir por duplicado las mismas experiencias.
La comunicación entre ambas entidades espirituales, necesaria para el trasvase de información, se produciría de diferentes maneras: en el plano de desencarnados, durante viajes astrales, en sueños o compartiendo vivencias físicas juntos, bien como pareja o como alguien cercano con el que nos uniera un gran afecto, familiar o amigo.
Los términos "almas gemelas" o "andróginos", reflejan una realidad en términos materiales. Sin embargo, cuando hablamos de reencarnación -y según el planteamiento anterior-, estamos hablando de programas de vida complementarios que no se circunscriben exclusivamente a la relación amorosa que se pueda producir en una vida, aunque eventualmente ésta se produzca como necesidad de compartir también en lo físico las experiencias que se han incorporado en anteriores existencias. Este tipo de encuentros son una especie de compensación, de recarga energética -pues cada uno es el complemento perfecto del otro-, que sirve de ayuda para afrontar los retos de la siguiente reencarnación, al tiempo que son un estímulo para llegar cuanto antes al reencuentro definitivo, el cual se da al final de lo que se conoce en las filosofías orientales como "Rueda de Reencarnaciones". En ese momento, al unirse las dos polaridades, perfectas en su manifestación humana, se produce un salto cuántico en su evolución, pasando ambos, ya convertidos en un sólo ser, al siguiente plano dimensional, el plano de los seres energéticos.
CAUSAS DEL REENCUENTRO
Polémicas aparte, en lo que sí coinciden casi todos los estudiosos de este tema es en las causas del reencuentro entre las almas gemelas.
Como hemos dicho antes, el encuentro no tiene por qué producirse como una historia de amor ya que las relaciones no las tenemos simplemente para ser felices, sino que las vivimos para evolucionar. Y es que las relaciones son la gran escuela para el progreso del alma. Brian Weiss asegura que "son un laboratorio viviente, una prueba para determinar si hemos aprendido nuestras lecciones, para descubrir hasta que punto nos acercamos hasta nuestro plan vital determinado". Por eso mismo, muchos sostienen que nos reencarnamos una y otra vez con las mismas almas, para representar distintos papeles y aprender todo lo que necesitamos acerca de la energía más poderosa del universo, el amor.
Cuando dos almas gemelas han de reencontrarse, el Cosmos se confabula para posibilitarlo. Todos aquellos que han vivido esta experiencia hablan de las señales del universo. A ellas se refería Brian Weiss, con la bondad y el amor que emanan de su persona, "encontrar a tu alma gemela es un regalo del destino y, por ello, el universo se encarga de que no pase desapercibido, de que la conexión se produzca; después será la decisión de ambos, el libre albedrío, lo que decida aceptar ese regalo o no".
Desde mi punto de vista, el reencuentro con el alma gemela lo decide cada parte al confeccionar su futuro programa de vida antes de encarnar, para lo cual se establece un pacto mutuo donde queda definido el tipo de relación que van a tener y el objetivo de ayuda mutua que quieren lograr. Evidentemente, sólo se puede producir el reencuentro dentro de una corriente de amor incondicional que es lo que preside siempre las relaciones entre las almas gemelas. El escritor argentino Enrique Barrios comentó que "si se quiere obtener un diploma, el único camino eficiente es el de estudiar las materias que corresponden. No debería pensarse en conseguirlo por otros medios para adelantar el proceso. Cuando hablamos de almas gemelas nos referimos a un gran amor, por lo que hemos de hacernos más doctos en la materia Amor, que todos estudiamos en la escuela de la vida".
Como hemos dicho antes, el encuentro no tiene por qué producirse como una historia de amor ya que las relaciones no las tenemos simplemente para ser felices, sino que las vivimos para evolucionar. Y es que las relaciones son la gran escuela para el progreso del alma. Brian Weiss asegura que "son un laboratorio viviente, una prueba para determinar si hemos aprendido nuestras lecciones, para descubrir hasta que punto nos acercamos hasta nuestro plan vital determinado". Por eso mismo, muchos sostienen que nos reencarnamos una y otra vez con las mismas almas, para representar distintos papeles y aprender todo lo que necesitamos acerca de la energía más poderosa del universo, el amor.
Cuando dos almas gemelas han de reencontrarse, el Cosmos se confabula para posibilitarlo. Todos aquellos que han vivido esta experiencia hablan de las señales del universo. A ellas se refería Brian Weiss, con la bondad y el amor que emanan de su persona, "encontrar a tu alma gemela es un regalo del destino y, por ello, el universo se encarga de que no pase desapercibido, de que la conexión se produzca; después será la decisión de ambos, el libre albedrío, lo que decida aceptar ese regalo o no".
Desde mi punto de vista, el reencuentro con el alma gemela lo decide cada parte al confeccionar su futuro programa de vida antes de encarnar, para lo cual se establece un pacto mutuo donde queda definido el tipo de relación que van a tener y el objetivo de ayuda mutua que quieren lograr. Evidentemente, sólo se puede producir el reencuentro dentro de una corriente de amor incondicional que es lo que preside siempre las relaciones entre las almas gemelas. El escritor argentino Enrique Barrios comentó que "si se quiere obtener un diploma, el único camino eficiente es el de estudiar las materias que corresponden. No debería pensarse en conseguirlo por otros medios para adelantar el proceso. Cuando hablamos de almas gemelas nos referimos a un gran amor, por lo que hemos de hacernos más doctos en la materia Amor, que todos estudiamos en la escuela de la vida".
¿QUÉ NOS PUEDE ENSEÑAR NUESTRA "OTRA MITAD"?
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Cuando tu alma gemela llegue a tu vida, será para ayudarte mutuamente a aprender, para ello, las lecciones a explorar fundamentalmente serían:
Amar incondicionalmente. Nuestra alma gemela nos propondrá un interesante (y a veces, desesperante) juego: amarle siempre es una experiencia de amor incondicional, ya sea porque sus características nos irritan, porque su situación no concuerda con la nuestra (por ejemplo, no es libre), porque vive a miles de kilómetros de distancia, o simplemente, aún no nos ha reconocido. Ante estas limitaciones uno podría simplemente alejarse y buscar el amor por otros lugares... pero eso no es posible, porque sentimos por esta persona una atracción tan fuerte, que nuestros intentos resultarán inútiles. Siempre volvemos a ella, en corazón y pensamiento, y en acción. Así vamos aprendiendo a aceptar al otro tal cual es, a aceptar que los vínculos de amor a veces no son convencionales, aprendemos a esperar, a conectarnos en otros niveles, en fin, aprendemos a amar.
Ser auténticamente nosotros mismos. Nuestra alma gemela nos conoce mejor que nadie. Sabe de nuestros talentos ocultos y de nuestras sombras. A veces, estando con nuestra alma gemela, esta transparencia puede volverse insoportable. Pero al final, resulta lo mejor que puede pasar, porque nos empuja amorosamente hacia un nuevo nivel de evolución. Junto a nuestra alma gemela, no podemos esconder nuestro verdadero Yo, y esto es maravilloso
Amar incondicionalmente. Nuestra alma gemela nos propondrá un interesante (y a veces, desesperante) juego: amarle siempre es una experiencia de amor incondicional, ya sea porque sus características nos irritan, porque su situación no concuerda con la nuestra (por ejemplo, no es libre), porque vive a miles de kilómetros de distancia, o simplemente, aún no nos ha reconocido. Ante estas limitaciones uno podría simplemente alejarse y buscar el amor por otros lugares... pero eso no es posible, porque sentimos por esta persona una atracción tan fuerte, que nuestros intentos resultarán inútiles. Siempre volvemos a ella, en corazón y pensamiento, y en acción. Así vamos aprendiendo a aceptar al otro tal cual es, a aceptar que los vínculos de amor a veces no son convencionales, aprendemos a esperar, a conectarnos en otros niveles, en fin, aprendemos a amar.
Ser auténticamente nosotros mismos. Nuestra alma gemela nos conoce mejor que nadie. Sabe de nuestros talentos ocultos y de nuestras sombras. A veces, estando con nuestra alma gemela, esta transparencia puede volverse insoportable. Pero al final, resulta lo mejor que puede pasar, porque nos empuja amorosamente hacia un nuevo nivel de evolución. Junto a nuestra alma gemela, no podemos esconder nuestro verdadero Yo, y esto es maravilloso
CUMPLIR NUESTRO PROPÓSITO
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Como todos sabemos, venimos a la Tierra con un propósito concreto y una misión de servicio. Nuestra función es única, no existe otra persona en el mundo que pueda realizar nuestro aporte. Por eso, descubrir esa misión es imprescindible, tanto para nuestra evolución como la de la Humanidad toda. No debe haber nada más triste que una vida que no se dedicó al propósito para la que fue creada, fue una oportunidad perdida que nunca más se recuperará. Por eso la presencia de nuestra alma gemela es fundamental. Porque nuestra misión y la suya, son sincrónicas, se articulan de manera armónica, son absolutamente complementarias. Para poder expresarla en todo su potencial, necesitamos a nuestro eterno compañero junto a nosotros, trabajando codo a codo, colaborando en nuestra toma de conciencia, despertando cuando nos dejamos estar, festejando juntos cada pequeño paso, y siendo ejemplo para quienes observan.
¿Estamos dispuestos? ¿Estás lista/o para amar sin condiciones, mostrarte sin reservas y dedicarte a tu misión sin miedos?
Si la respuesta es si, estás en camino a encontrar a tu alma gemela o ya estás cerca de él/ella. Si la respuesta es no, has encontrado la razón por la que aún no la has encontrado.
Y has descubierto que Amar incondicionalmente, Ser Tu Mismo y Desarrollar tu misión, son las claves para propiciar ese encuentro.
Sea un mito platónico, un sueño romántico, una metáfora o un principio reencarnacionista, el fenómeno de las almas gemelas supone, a fin de cuentas, un reencuentro mágico, durante el cual cada uno accede a una dimensión divina, experimentando una transformación profunda y maravillosa. Quizás ésta sea la causa de que haya tantas opiniones al respecto y, sobre todo, de que encontrar nuestra alma gemela sea el anhelo más profundo de la mayoría de los seres humanos.
¿Estamos dispuestos? ¿Estás lista/o para amar sin condiciones, mostrarte sin reservas y dedicarte a tu misión sin miedos?
Si la respuesta es si, estás en camino a encontrar a tu alma gemela o ya estás cerca de él/ella. Si la respuesta es no, has encontrado la razón por la que aún no la has encontrado.
Y has descubierto que Amar incondicionalmente, Ser Tu Mismo y Desarrollar tu misión, son las claves para propiciar ese encuentro.
Sea un mito platónico, un sueño romántico, una metáfora o un principio reencarnacionista, el fenómeno de las almas gemelas supone, a fin de cuentas, un reencuentro mágico, durante el cual cada uno accede a una dimensión divina, experimentando una transformación profunda y maravillosa. Quizás ésta sea la causa de que haya tantas opiniones al respecto y, sobre todo, de que encontrar nuestra alma gemela sea el anhelo más profundo de la mayoría de los seres humanos.