Las abejas no deberían poder volar



Luis Arribas Mercado

20/07/2023

Según las leyes de la Física, comprobado por los experimentos en el túnel aerodinámico, la abeja no debería poder volar, ya que el tamaño, el peso y la configuración de su cuerpo no guarda la debida proporción con la envergadura de sus alas. Bernard Shaw.



Foto de Krzysztof Niewolny en Unsplash
Esta sentencia refleja claramente la importancia de los comentarios negativos que todos, en alguna oportunidad, podemos haber escuchado desde pequeños. “Mira, hijo, tú no cantes que no sirves para eso” le dijeron a un famoso tenor cuando tenía 7 años, porque un catarro le dejó afónico durante un ensayo del coro de la iglesia de su pueblo. Afortunadamente, el comentario no hizo sino provocarle el deseo de demostrar al director del coro y, posteriormente, al mundo entero que tenía una voz prodigiosa.

En una oportunidad, dos excursionistas presenciaron la caída de un muchacho por un puente, aunque no llegó a despeñarse porque se quedó agarrado al borde del puente con riesgo de caerse al vacío. El muchacho iba acompañado por un niño más pequeño que, al ver la caída, no lo dudó y agarrando al accidentado por el brazo consiguió salvarle. El muchacho que se cayó era mucho mayor y pesaba bastante más que el otro. Uno de los testigos dijo: “¿Cómo ha podido levantarle si era mucho más pequeño que el otro?” y el otro excursionista le contestó: “Porque nadie le dijo que no podría hacerlo”.

Generalmente, tenemos tendencia a dar credibilidad a quienes consideramos más sabios, más preparados o con más experiencia, sin poner en tela de juicio sus opiniones. Si no has probado nunca una manzana no podrás decirle a nadie a qué sabe, por mucho que hayas leído en sesudos tratados de botánica en qué consiste dicho sabor. Solo la experiencia personal es la que nos da la clave de cuanto nos sucede en el día a día, quedando las opiniones ajenas en un segundo o tercer plano.

¿Has perdido alguna vez una relación de amistad o amorosa, un trabajo o alguna oportunidad de ser feliz debido a opiniones ajenas, muchas veces sin estar contrastadas? Es como si los temores ajenos, sus malas experiencias vitales, fueran lo suficientemente generales como para que cualquiera las pudiera adoptar como propias. Alguien dijo una vez a un amigo: “Guárdame de las personas en quienes confío plenamente, que en las que no confío ya me guardo yo”.

Conocerse a uno mismo es el objetivo que todo ser humano debería perseguir, porque el conocimiento de uno mismo le permite discernir qué quiere hacer con su vida y que cosas, situaciones y oportunidades debe aceptar y cuales rechazar, independientemente de las opiniones ajenas, que dependiendo de quienes proceden pueden ser más o menos fiables.

El conocimiento de uno mismo nos lleva a afrontar los retos diarios con mayor seguridad y las potencialidades que tengamos, pero que aún no hayamos experimentado, se nos irán presentando para que seamos conscientes de ellas. Todo el mundo sabe de lo que es capaz o al menos cree saberlo, pero las capacidades que subyacen en nuestro interior, solo las conoceremos cuando tengamos el valor de ponerlas en práctica.






Artículo leído 529 veces

Otros artículos de esta misma sección