La quietud interior



Maria Pinar Merino Martin

22/07/2021

Muchas tradiciones espirituales están de acuerdo en que la quietud interior crea un entorno energético que favorece la apertura a un nivel superior de nuestra conciencia, activando el poder transformador de nuestra capacidad de generar amor.



Hay multitud de herramientas e incluso recursos tecnológicos destinados a medir esas frecuencias vibratorias sutiles y lo hacen buscando alcanzar la coherencia cardiaca, lo que facilita la conexión con la sabiduría interior de cada persona y el acceso a una profunda comunicación con nuestro corazón, dejando que éste se convierta en la guía de cuanto hagamos, digamos, pensemos y sintamos.
 
Una alineación coherente entre nuestro corazón espiritual, nuestra mente y nuestras emociones nos llevarán, sin duda, a una nueva forma de percibir la realidad, de pensar y, sobre todo, de relacionarnos con los demás y con el entorno. Cuando practicamos la coherencia del corazón, alineando lo que pensamos y sentimos, experimentamos un silencio interior muy alejado del ruido interno generado por el flujo normal de actividad mental y emocional no regulada. Cuando estás en un estado coherente, tu sistema nervioso está más alineado, tus sistemas hormonal e inmunológico se reequilibran y tu mente y tus emociones se alinean con tu proyecto de vida y con tu espíritu.

¿Cómo alcanzar la quietud interior?

Photo by eniko kis on Unsplash
Lograr la quietud interior requiere un poco de práctica porque nuestra mente intentará ocupar cualquier espacio disponible. Según los estudios científicos se calcula que tenemos alrededor de unos 60.000 pensamientos al día y la mayoría de ellos son negativos, repetitivos, evocando situaciones del pasado, o bien anticipándose al futuro provocándonos ansiedad por la incertidumbre.
 
Si nos dejamos invadir por esos pensamientos y por las emociones que generan van a determinar nuestro comportamiento, salvo que seamos capaces de introducir prácticas que nos permitan recuperar el autocontrol y de este modo vivir más plenamente el momento presente, el Aquí y el Ahora, como nos recuerda el budismo.
 
¿Cuántas veces les decimos a los niños o a otras personas que se queden quietos, que paren un momento su actividad y escuchen porque tenemos algo importante que decirles? Esto se debe a que sabemos instintivamente que la quietud juega un papel importante en la calidad y profundidad de la capacidad auditiva de la mayoría de las personas, que se despierta un estado de atención tanto externa como interna, que la persona se vuelve más receptiva y más centrada...
 
Entonces, ¿Por qué no usar la quietud y el silencio como herramientas útiles en nuestro día a día para sosegar nuestra mente y nuestras emociones para que pueda aflorar esa sabiduría interior del corazón, que nos ayudará a tener un nuevo enfoque de lo que quiera que nos preocupe?  
 
Cuando nuestra mente finalmente se relaja en meditación, aflora la quietud interior. Tenemos recursos muy sencillos a nuestro alcance, el más asequible y cercano es la respiración… respirar con consciencia, sintiendo como entra el aire por nuestras fosas nasales cuando inspiramos y percibiendo como sale también por nuestra nariz o por la boca, cuando exhalamos… También podemos apoyarnos con nuestra capacidad de visualizar, de poner imágenes en nuestros pensamientos… apoyarnos con escenas de la naturaleza que nos inspiren paz y sosiego… Utilizar una música o unos mantrams para acallar la mente… repetir afirmaciones positivas o decretos que creen nuevos circuitos neuronales… y un sinfín de técnicas que todos conocemos.  A partir de ahí, podemos restablecer y actualizar nuestra experiencia de vida. 
 
Es una opción de ahorro de energía muy eficaz programar, a lo largo del día, tiempos para practicar la quietud interior y permitir que nuestro corazón, mente y emociones experimenten un tiempo de descanso, de silencio, de paz interior. La quietud suaviza el ruido de la energía mental y emocional que generamos constantemente, para que se escuchen las palabras de nuestro corazón.

Ejercicio de Quietud

Photo by Mishal Ibrahim on Unsplash
Paso 1. Mientras respiras tranquilamente, imagina que tu respiración actúa como un bálsamo para aquietar tu mente y tus emociones… Tu mente intentará resistirse ofreciéndote una y otra vez pensamientos, distracciones… No te preocupes, vuelve a centrarte en tu respiración cada vez que tu mente te interrumpa… Esto mejorará con paciencia y práctica.
 
Paso 2. A medida que sientas que tu energía se va aquietando y se va imponiendo la sensación de calma, imagina que tu corazón irradia suavemente amor y paz, como un epicentro inagotable en forma de suaves ondas… Siente como esa energía te inunda por completo mientras tu corazón se va abriendo a un nuevo estado de armonía que surge dentro de ti.  
 
Paso 3. Mientras mantienes tu estado de calma y apertura de corazón, pídele a tu corazón orientación, soluciones o una comprensión más profunda de todo aquello que te preocupa en estos momentos, lo que te inquieta, los problemas de la vida que estás experimentando.
 
Paso 4. Imagina la quietud como un lugar lleno de paz, calma y equilibrio en el que estás sentado. Si surgen pensamientos, no te preocupes, déjalos pasar y vuelve a conectarte con tu respiración inhalando paz y amor y exhalando después también paz y amor. Las respuestas sutiles del corazón pueden llegar por distintos canales, pero siempre que respires focalizando tu atención en el corazón podrás acceder a ellas… Deja que la inteligencia de tu corazón se manifieste a través de la intuición, de las corazonadas… Aplícalas después a los desafíos del día a día, deja que lleguen soluciones creativas e inéditas para enriquecer tu vida.

Aplicaciones prácticas de la quietud

Sabemos que es imposible programar todo lo que el día que comienza va a traernos, pero sí podemos “programar” la actitud con la que vamos a vivir los acontecimientos que se presenten.
 
Comienza el día haciendo un breve ejercicio de quietud, tal y como hemos detallado. Fija tu intención en comprometerte contigo mismo/a a respirar desde una actitud de quietud interior cuando sea necesario a lo largo de todo el día. Vuelve mentalmente a ese lugar suave en tu interior donde te encuentras con tu corazón que genera paz interior.   Incorporando unas pocas respiraciones a medida que avanza el día generarás ese estado de quietud que te ayudará a gestionar la impaciencia y las distracciones de la mente, serás más capaz de identificar y gestionar tus emociones y podrás tomar decisiones para obtener mejores resultados.   Practicar la quietud interior te ayuda a crear una línea más recta para lograr la manifestación de tus propósitos, generando un estado de mayor atención, alineándolo con tu intención y llevándolo finalmente a cabo a través de la acción. Practicar la quietud interior no sólo beneficiará a quien lo practique, sino que ayudará a las personas de nuestro entorno y ¿Quién sabe? Quizás mañana pueda convertirse en un paso adelante muy positivo para la humanidad, no como una tendencia o motivación religiosa, sino como una filosofía de vida basada en la inteligencia y la energía superior del corazón.  
 

María Pinar Merino
Fuente: Investigaciones publicadas por el Instituto HeartMath






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