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La primavera es pasión y, por tanto irreflexión, pero en el fondo es necesario un punto de locura para arrancar y ponerse en marcha (arrancar el motor de la voluntad).
La primavera es como la adolescencia, todo ilusión y nada de presión.
El sábado 20 de marzo a las 10:37 a.m. (hora de España) comenzó oficialmente la primavera según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
Estamos en lo que se conoce como el equinoccio de primavera, algo que se produce dos veces al año (en primavera y otoño en el hemisferio norte). Es entonces cuando el día y la noche tienen la misma duración debido a la posición e inclinación de la Tierra con respecto al Sol… A partir de esta fecha, los días serán bastante más largos durante la primavera y más cortos durante el otoño.
El equinoccio de primavera representa un punto crucial en el calendario y en el ritmo de vida del planeta. Este momento significa el fin del invierno, una época de introspección, reposo y quietud. A nivel físico, se produce un aumento de la temperatura pero también tiene implicaciones mitológicas, filosóficas y espirituales, tal y como recogen las tradiciones de todas las culturas ancestrales, para celebrar el renacimiento de la naturaleza, la fecundidad y el crecimiento. Las culturas antiguas celebraban el periodo de cosechas, de abundancia, de gozo.
El ser humano vive inmerso en una dualidad y en esta fecha se identifica la batalla entre la luz y la oscuridad, que representan el bien y el mal… algo que se ha planteado desde los albores de la humanidad. Todos los pueblos de las distintas culturas generaban rituales para potenciar la luz y alejarse de la oscuridad.
La primavera es como la adolescencia, todo ilusión y nada de presión.
El sábado 20 de marzo a las 10:37 a.m. (hora de España) comenzó oficialmente la primavera según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
Estamos en lo que se conoce como el equinoccio de primavera, algo que se produce dos veces al año (en primavera y otoño en el hemisferio norte). Es entonces cuando el día y la noche tienen la misma duración debido a la posición e inclinación de la Tierra con respecto al Sol… A partir de esta fecha, los días serán bastante más largos durante la primavera y más cortos durante el otoño.
El equinoccio de primavera representa un punto crucial en el calendario y en el ritmo de vida del planeta. Este momento significa el fin del invierno, una época de introspección, reposo y quietud. A nivel físico, se produce un aumento de la temperatura pero también tiene implicaciones mitológicas, filosóficas y espirituales, tal y como recogen las tradiciones de todas las culturas ancestrales, para celebrar el renacimiento de la naturaleza, la fecundidad y el crecimiento. Las culturas antiguas celebraban el periodo de cosechas, de abundancia, de gozo.
El ser humano vive inmerso en una dualidad y en esta fecha se identifica la batalla entre la luz y la oscuridad, que representan el bien y el mal… algo que se ha planteado desde los albores de la humanidad. Todos los pueblos de las distintas culturas generaban rituales para potenciar la luz y alejarse de la oscuridad.
Vivir desconectados de la Madre Naturaleza
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A lo largo de la evolución, los seres humanos nos hemos alejado de la Naturaleza y de los ritmos vitales que ésta marca de forma clara a nivel biológico, energético, emocional e, incluso, llegando a abarcar la dirección espiritual. Es importante utilizar este momento para tomar conciencia, para reflexionar sobre esa dualidad en cada uno de nosotros. La naturaleza nos muestra que, tanto la luz como la oscuridad, siempre están presentes y que ambas pueden coexistir de forma armónica y que tanto la una como la otra tienen sentido.
Aprovechando las circunstancias energéticas que nos proporciona este momento, sería interesante utilizar estos días para conectar con nosotros mismos y con los demás y hacerlo a través de la activación del vínculo con la Naturaleza. Se trata de aprovechar las energías de armonía y renovación, de limpieza y purificación.
Hacer algún sencillo ritual, que patentice el cierre de un ciclo y la apertura a otro nuevo, con energía renovada.
He aquí algunas sugerencias sencillas:
Es momento de mover la energía, de limpiar y poner orden en nuestro entorno para que la nueva energía fluya libremente. Aprovechar para desechar o donar lo que ya no se utilice, cambiar la ubicación de los muebles, eliminar o reparar lo que está roto o inservible, pero también para restañar tus heridas, para no acumular emociones, ideas o creencias que se han quedado viejas.
Disfrutar de plantas aromáticas y flores, tomarnos el tiempo para apreciar a través de los cinco sentidos la belleza que nos rodea.
Aprovechando las circunstancias energéticas que nos proporciona este momento, sería interesante utilizar estos días para conectar con nosotros mismos y con los demás y hacerlo a través de la activación del vínculo con la Naturaleza. Se trata de aprovechar las energías de armonía y renovación, de limpieza y purificación.
Hacer algún sencillo ritual, que patentice el cierre de un ciclo y la apertura a otro nuevo, con energía renovada.
He aquí algunas sugerencias sencillas:
Es momento de mover la energía, de limpiar y poner orden en nuestro entorno para que la nueva energía fluya libremente. Aprovechar para desechar o donar lo que ya no se utilice, cambiar la ubicación de los muebles, eliminar o reparar lo que está roto o inservible, pero también para restañar tus heridas, para no acumular emociones, ideas o creencias que se han quedado viejas.
Disfrutar de plantas aromáticas y flores, tomarnos el tiempo para apreciar a través de los cinco sentidos la belleza que nos rodea.
Sencillos rituales de primavera para activar-nos
Photo by Joanna Huang on Unsplash
Prestar atención a los cuatro elementos de la naturaleza o de la vida:
El agua, por ejemplo, disfrutando de un baño tranquilo y relajante con aceites esenciales. Relacionarlo con nuestro mundo emocional, observándolo y reflexionando preguntándonos: ¿Cómo estamos? ¿Qué necesitamos para sentirnos mejor? ¿Qué cambios hemos de afrontar?
El aire, por ejemplo, disfrutando de la brisa, del perfume de las plantas aromáticas, del incienso, recuperando la importancia de nuestro sentido del olfato. El aire simboliza nuestra mente y nos recuerda que nada permanece eternamente, que todo es mudable y cambiante, observando nuestros procesos mentales ¿Son claros? ¿Qué necesito para ser más objetivo/a? ¿Hay ideas y creencias que necesitan ser revisadas?
El fuego, nos da la oportunidad de cerrar etapas, olvidar malos momentos y abrir nuevos caminos. Antes de pedir cosas nuevas, es importante abandonar lo negativo, sacar y eliminar lo viejo para que quede espacio para lo nuevo que está por llegar. Haz una lista con todas las cosas que ya no quieres en tu vida y, cuando la tengas, quémala, dejando que el fuego, como elemento clave de transmutación, se lo lleve todo. Enciende una vela como símbolo para atraer la luz ¿Qué deseo eliminar? ¿Qué es lo que ya no quiero que esté presente en mi vida? ¿De qué necesito desprenderme?
La tierra se abre para recoger las semillas, es el momento de sembrar, las plantas aromáticas son una buena opción, pero también sembrar nuestros anhelos, nuestros deseos, proyectos e ilusiones. Escríbelos en pequeños papelitos de colores, haz una bolita, mójala en agua y como si fuera una semilla plántala en una maceta o junto a una planta o un árbol. Nos ayudará a ser más conscientes y nuestra mente marcará la dirección a seguir para alcanzar los logros que queremos ver hechos realidad el día de mañana.
Reflexión: ¿Qué necesito atraer a mi vida? ¿Cómo puedo sentirme más útil? ¿Qué necesito desarrollar en estos momentos? ¿Hacia dónde quiero crecer?
¡Plenitud en esta primavera 2021!
El agua, por ejemplo, disfrutando de un baño tranquilo y relajante con aceites esenciales. Relacionarlo con nuestro mundo emocional, observándolo y reflexionando preguntándonos: ¿Cómo estamos? ¿Qué necesitamos para sentirnos mejor? ¿Qué cambios hemos de afrontar?
El aire, por ejemplo, disfrutando de la brisa, del perfume de las plantas aromáticas, del incienso, recuperando la importancia de nuestro sentido del olfato. El aire simboliza nuestra mente y nos recuerda que nada permanece eternamente, que todo es mudable y cambiante, observando nuestros procesos mentales ¿Son claros? ¿Qué necesito para ser más objetivo/a? ¿Hay ideas y creencias que necesitan ser revisadas?
El fuego, nos da la oportunidad de cerrar etapas, olvidar malos momentos y abrir nuevos caminos. Antes de pedir cosas nuevas, es importante abandonar lo negativo, sacar y eliminar lo viejo para que quede espacio para lo nuevo que está por llegar. Haz una lista con todas las cosas que ya no quieres en tu vida y, cuando la tengas, quémala, dejando que el fuego, como elemento clave de transmutación, se lo lleve todo. Enciende una vela como símbolo para atraer la luz ¿Qué deseo eliminar? ¿Qué es lo que ya no quiero que esté presente en mi vida? ¿De qué necesito desprenderme?
La tierra se abre para recoger las semillas, es el momento de sembrar, las plantas aromáticas son una buena opción, pero también sembrar nuestros anhelos, nuestros deseos, proyectos e ilusiones. Escríbelos en pequeños papelitos de colores, haz una bolita, mójala en agua y como si fuera una semilla plántala en una maceta o junto a una planta o un árbol. Nos ayudará a ser más conscientes y nuestra mente marcará la dirección a seguir para alcanzar los logros que queremos ver hechos realidad el día de mañana.
Reflexión: ¿Qué necesito atraer a mi vida? ¿Cómo puedo sentirme más útil? ¿Qué necesito desarrollar en estos momentos? ¿Hacia dónde quiero crecer?
¡Plenitud en esta primavera 2021!
MEDITACIÓN RITUAL DE PRIMAVERA
Para sintonizar con el momento energético en el que nos encontramos del nacimiento de la primavera, te aconsejo que hagas esta pequeña meditación en la que sembrarás pequeñas semillas de todo lo bueno que quieras atraer a tu vida.