La nueva teoría conspiranóica: Pensamientos de historia para aclarar conciencias

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Luis Arribas de la Rubia

17/09/2020

Llevo tiempo pensando en escribir este artículo y me ha llevado tiempo también el escribirlo, pues debo decir que ante una piel tan quemada como la de nuestra gente, nuestros vecinos, en estos momentos, es necesario que seamos delicados y empáticos.



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El antiguo director de la revista AÑO CERO -Enrique de Vicente- ya acuñó el término "Conspiranoico" hace bastantes años cuando se consideraba él mismo un “paranoico de las conspiraciones” cuando los descubrimientos que hacía, a medida que investigaba sobre los hechos históricos a cualquier nivel, no cuadraban con las fuentes oficiales y así este término, poco a poco, se filtró al inconsciente colectivo y se ha puesto ya en boca de todos.
 
Con este “palabro” además ahora se acusa a todo aquel que pone en duda cualquier teoría que venga de los estamentos oficiales, como antaño todo lo que viniera de la Santa Madre Iglesia era incuestionable.
 
Pero, si revisamos la historia de la humanidad nos encontraremos con muchos científicos, herejes y/o adoradores del diablo, que hoy serían llamados conspiranoicos, pues nada de lo que defendían estaba en consonancia con lo que defendían las fuentes oficiales de la época.
 
¡Ay, si Miguel Servet, Copérnico, Isaac Newton o Galileo Galilei levantaran la cabeza! Entonces la gente les acusaba con el dedo por herejes, cuya ciencia no era sino un complot contra el poder por cuestionar sus conocimientos... Hoy, en cambio, son defendidos a ultranza, como si ellos hubieran proclamado que después de ellos no se pudieran descubrir nuevos conocimientos.
 
¿Y qué hay de los libres pensadores de épocas posteriores, del vanguardismo, el dadaísmo, la Generación del 98 o la Generación del 36 en España? ¡TODOS UNOS CONSPIRANOICOS! Porque no creían en la dictadura del momento.
 
Al final va a resultar que lo conspiranoico es el motor del cambio y la evolución humana.

El contexto actual

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Hoy, la santa medicina, la santa política y los santos medios de comunicación se unen en un empeño por querer controlar el mundo bajo la amenaza de que quien no adore sus principios es un “negacionista”.
 
De manera que si usted opina que no se nos está contando toda la verdad para que la información que nos llega nos mantenga en el miedo y la incertidumbre, será considerado una persona que no tiene cultura, que frecuenta círculos pobres y tertulias de cervecería cutre de barrio.
 
Ignoradas quedan las investigaciones y declaraciones que han publicado muchos Médicos, Virólogos, Biólogos y Psicólogos que se están organizando en movimientos de protesta que defienden que no es cierto todo lo que se está diciendo sobre este virus y que también cuestionan los medios de prevención que se están proponiendo.
 
Que debemos poner un freno a los medios de comunicación y hacerles ver que están al servicio del ciudadano, así como a los demás estamentos y no al revés.
 
Queridos amigos/as sí, soy un negacionista positivista (creo en las pruebas que se están aportando) al mismo tiempo que los que obedecen ciegamente al sistema son negativistas... Pues niego como haría Robin Hood que la riqueza sea sólo de los de "arriba", defiendo que el conocimiento debe ser repartido entre todos y que la información nos hará libres de tanta manipulación.
 
Pero el confort y el miedo dice que no se puede ni se debe dudar de la versión oficial, que no avanzaremos ni sobreviviremos si les retiramos la total confianza, si lo hacemos estaremos perdidos... serás entonces un negativista.
 
En fin, ya vaticiné en un artículo anterior “EL GRAN SALTO CUÁNTICO”, escrito aquí en esta página de opinión:
 
"A consecuencia de los acontecimientos que están ocurriendo en estos tiempos a causa del COVID-19, la sociedad puede verse seriamente comprometida en una fragmentación polarizada y degradar sus opciones cuánticas.
 
Por un lado, hay una facción que creerá a pies juntillas todo lo que las fuentes oficiales les cuenten y desearán volver rápido a la seguridad de la sociedad consumista.
 
Otra facción se cuestionará la naturaleza de todo lo que está ocurriendo, no responderá con FE ciega a lo primero que les cuenten y tendrá así un criterio más objetivo para tomar una decisión más amplia. Abrirá una mirada al cielo de la noche y sentirá que no estamos solos.
 
En todo caso, aquí la duda es la clave de la esperanza, un punto de "Break" que al menos nos saca del borreguismo gregario. Pero dividirnos es lo que nos hace perder confianza y nos crea el miedo".

Repetimos la historia

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Hay una frase muy conocida que dice que: “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”. Seguir al poder no ha traído más que problemas, pues sólo busca perpetuarse a sí mismo.
 
De manera que pensemos sin miedo que quizá no es tan cierto todo lo que nos cuentan y que sin irnos al lado opuesto podamos comprender que la verdad no está en posesión de nadie y que equilibrar la balanza nos unirá en aras de comportarnos como una sociedad más madura y no tan infantil de irnos escupiendo y acusando con el dedo según el color de la creencia que portes ¡es tan absurdo!


Luis Arribas de la Rubia
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