La búsqueda de la seguridad



Anttón

18/10/2019

En estos momentos de tan intensas vivencias sentimos la necesidad de aferrarnos a algo que nos de confianza para poder sobrellevar esa carga que a veces no sabemos cómo afrontar. Debemos recordar que la vida no es segura, que a pesar del dolor y la desesperanza nadie ni nada nos puede garantizar la seguridad. Somos nosotros mismos quienes con plena consciencia debemos afrontar este reto llamado "vida", tan cambiante, tan incierta, tan bella...



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He aquí las preguntas que me surgen y para las que he encontrado alguna respuesta tras meditar sobre las referencias que el autor plasma en el libro: ¿Soy una persona valiente? ¿Acepto el riesgo? ¿Soy capaz de asumir nuevos retos? O por el contrario me instalo en mi zona de comodidad, eso que ahora todo el mundo llama “zona de confort”. ¿Cuál es mi nivel de miedo? ¿Me dejo guiar por la cabeza o por el corazón? ¿Cuál de los dos me da más seguridad?
 
En la búsqueda de esa seguridad he encontrado un libro que me ha dado algunas referencias para ser más consciente de dónde estoy situado, se trata de “Coraje: la alegría de vivir peligrosamente” de Osho. Como todos sus libros se trata de una recopilación de frases durante sus charlas y conferencias. A veces parecen sentencias maximalistas, pero pueden ser el punto de partida de una profunda reflexión. Así me lo he tomado yo. Te dejo algunos párrafos que me parecen significativos.

No lo llames incertidumbre, llámalo prodigio

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No estoy aquí para darte un dogma. Un dogma te da seguridad. No estoy aquí para hacerte una promesa para el futuro, cualquier promesa para el futuro te da seguridad. Simplemente estoy aquí para que estés despierto y seas consciente, es decir, para que estés aquí y ahora con toda la inseguridad que tiene la vida, con toda la incertidumbre que tiene la vida, con todo el peligro que tiene la vida.

 Sé que has venido aquí buscando certidumbres, credos, algún “ismo”, algún sitio al que pertenecer, alguien en quien confiar. Vienes aquí a consecuencia de tu miedo. Estás buscando una especie de hermosa prisión para poder vivir sin consciencia.
 
Me gustaría darte más inseguridad, más incertidumbre, porque la vida es así, Dios es así. La única forma de responder cuando hay más inseguridad y peligro es con Conciencia.

Hay dos posibilidades. O cierras los ojos y te vuelves dogmático: católico, hinduista o musulmán… entonces, te conviertes en un avestruz. Eso no cambia tu vida, simplemente te tapa los ojos. Te vuelve estúpido, poco inteligente. Con tu poca inteligencia te sientes seguro; todos los idiotas se sienten seguros. De hecho, sólo los idiotas se sienten seguros. Un hombre realmente vivo siempre se sentirá inseguro. ¿Qué seguridad puede tener?

La vida no es un proceso mecánico, no puede ser segura. Es un misterio impredecible. Nadie sabe qué va pasar en el momento siguiente. Ni siquiera Dios, que supones que está por ahí en el Séptimo Cielo, ni siquiera él -—si es que está por ahí—, ¡ni siquiera él sabe lo que va a pasar! … Porque si supiera lo que va a pasar la vida sería falsa, todo estaría escrito de antemano, y todo estaría determinado de antemano. Si el futuro no está determinado, ¿cómo puede saber lo que va a ocurrir a continuación? Si Dios supiese lo que iba a ocurrir en el momento siguiente, la vida sólo sería un proceso mecánico, inerte. No habría libertad, ¿y cómo puede existir la vida sin libertad? No habría ninguna posibilidad de crecer, ni de no crecer. Si todo está predestinado de antemano, no habrá gloria ni grandeza. Entonces sólo seríamos robots.

No lo llames inseguridad, llámalo libertad

No, no hay nada seguro. No puede haber nada seguro porque una vida segura es peor que la muerte. La vida está llena de incertidumbres, llena de sorpresas, ¡esa es su belleza! Nunca llegas a un punto en el que puedas decir. “Ahora, estoy seguro”. Cuando dices que estás seguro estás proclamando tu muerte; te has suicidado. La vida continúa con mil y una incertidumbres. Eso es libertad, no lo llames inseguridad.

La libertad da miedo. La gente habla de la libertad, pero tiene miedo. Y un ser humano no será un ser humano mientras siga teniendo miedo a la libertad. Os doy libertad, no os doy seguridad. Os doy comprensión, no os doy conocimiento. El conocimiento te dará seguridad. Si te doy una fórmula, una fórmula determinada: que hay un Dios, un Espíritu Santo y su único hijo, Jesús; que hay un Cielo y un Infierno, que estas acciones están bien y esas están mal; si cometes un pecado irás al Infierno, si haces lo que llamo buenas acciones irás al Cielo —¡y se acabó! — entonces, estarás seguro. Por eso hay tantas personas que han decidido ser cristianos, musulmanes o jainistas, porque no quieren ser libres, quieren una fórmula fija.
 
La vida es incierta, la misma naturaleza de la vida es la incertidumbre. Y la persona inteligente siempre está insegura.

La propia disposición de mantenerse en la incertidumbre es valentía. Esta disposición de estar en la incertidumbre es confianza. Una persona inteligente es aquella que permanece alerta en cualquier situación, que responde a las situaciones con todo su corazón. No es que sepa lo que va a ocurrir; no es que sepa, “si haces esto sucederá aquello”. La vida no es una ciencia; no es una cadena de causa y efecto. Cuando calientas agua hasta los 100º, se evapora, eso está garantizado. Pero en la vida real, no hay nada tan seguro como eso.
Cada individuo es una libertad desconocida. Es imposible predecirlo, imposible imaginárselo. Hay que vivir estando despiertos y con comprensión.
 
Vienes a verme en busca de conocimiento, quieres fórmulas fijas para poder aferrarte a ellas. Yo no te las doy. En realidad, si tienes alguna, ¡te la quito! Poco a poco, voy destruyendo tus convicciones y, poco a poco, te voy volviendo cada vez más indeciso; poco a poco te voy volviendo más inseguro. Eso es lo único que hay que hacer. ¡Esto es lo único que tiene que hacer un Maestro! Dejarte completamente libre. Totalmente libre, con todas las posibilidades abiertas, sin nada fijo… tendrás que estar despierto, no puedes hacer nada más.

Esto es lo que llamo comprensión. Si comprendes, la inseguridad es una parte intrínseca a la vida, y está bien que sea así, porque transforma la vida en libertad, la convierte en una sorpresa constante. Nunca se sabe lo que va a suceder. Te mantiene permanentemente maravillado. No lo llames incertidumbre, llámalo prodigio. No lo llames inseguridad, llámalo libertad.

El Camino del Corazón

La palabra “coraje” proviene de la raíz latina “cor”, que quiere decir corazón, por tanto, ser valiente significa vivir con corazón. Los cobardes y sólo los cobardes viven con la cabeza; están atemorizados, se rodean de la seguridad de la razón. Atemorizados, cierran todas las ventanas y las puertas y se esconden detrás. El camino del corazón es el camino del coraje. Es vivir en la inseguridad, es vivir con amor, con confianza; es adentrarse en lo desconocido. Es renunciar al pasado y permitir el futuro.
 
Coraje es adentrarse por caminos peligrosos. La vida es peligrosa, y sólo los cobardes pueden evitar el peligro, pero entonces, ya estarán muertos. La persona que está viva, realmente viva, siempre se aventurará a lo desconocido. Allí encontrará peligros, pero se arriesgará. El corazón siempre está dispuesto a arriesgarse, al corazón le gusta apostar. La cabeza es como un hombre de negocios. La cabeza siempre hace cálculos, es astuta. El corazón no es calculador.
 
Vivir a través del corazón es descubrir el significado de la palabra coraje. El poeta vive a través del corazón y, poco a poco, empieza a sentir en su corazón los sonidos de lo desconocido. La cabeza no puede escucharlos, está demasiado lejos de lo desconocido. La cabeza está llena de lo conocido.

El pasado y el futuro. La búsqueda de la autenticidad

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¿Qué es tu mente? Es todo lo que has conocido. Es el pasado, lo que ha muerto, lo que se ha ido. La mente no es más que pasado acumulado, memoria. El corazón es futuro; el corazón es esperanza, el corazón siempre está en algún lugar del futuro. La cabeza piensa en el pasado, el corazón sueña con el futuro. El futuro está por venir. El futuro todavía no existe. El futuro todavía tiene una posibilidad, llegará, ya está llegando. En cada momento, el futuro se convierte en presente y el presente se convierte en pasado. El pasado no tiene ninguna oportunidad, ya ha sido utilizado. Ya te has alejado de él, se ha extinguido, está muerto, es como una tumba. El futuro es como una semilla; siempre está por venir, siempre llega y se encuentra con el presente. Siempre estás cambiando. El presente no es más que un cambio hacia el futuro. Es el paso que ya has dado; es ir hacia el futuro.
 
Todo el mundo quiere ser auténtico porque ser auténtico da mucha alegría y mucha Felicidad. Tienes que tener el valor de profundizar un poco más: ¿Por qué tienes miedo? ¿Qué te puede hacer el mundo? La gente se puede reír de ti; les sentará bien, la risa siempre es una medicina, es saludable. La gente puede pensar que estás loco... pero no te vuelves loco simplemente porque ellos piensen que lo estás. Si tu alegría, tus lágrimas y tu baile son auténticos, antes o después habrá gente que empezará a entenderte y quizás se sumen a tu caravana.
 
Yo mismo empecé mi camino solo, después la gente empezó a llegar y ¡se convirtió en una caravana mundial! No he invitado a nadie, sólo he hecho lo que sentía que venía de mi corazón. Sólo respondo ante mi corazón y ante nadie más. Tú sólo debes responder ante tu persona. No vayas contra ti mismo, porque hacerlo es cometer un suicidio, es destruirte. Y, ¿qué puedes ganar? Aunque la gente te respete y piensen que eres una persona muy seria, respetable y honrada, eso no va a enriquecerte. Estas cosas no te van a proporcionar una mayor comprensión de la vida y de su enorme belleza.
 
¿Cuántos millones de personas han vivido sobre la Tierra antes que tú? Ni siquiera sabes sus nombres; no te afecta en absoluto si han vivido o no. Ha habido santos y ha habido pecadores, ha habido gente muy respetable y ha habido toda clase de excéntricos y locos, pero todos ellos han desaparecido, no ha quedado ni rastro de ellos sobre la Tierra. Sólo deberías preocuparte de cuidar y proteger las cualidades que podrás llevarte contigo cuando la muerte aniquile tu cuerpo y tu mente, porque estas cualidades serán tu única compañía. Son los únicos valores verdaderos, y sólo las personas que lo consiguen están vivas; el resto solo finge estar vivo.






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