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Las circunstancias actuales se presentan difíciles, pero también prometedoras. Si, como dicen los orientales, crisis es “peligro+oportunidad”, tenemos el peligro de perdernos en actitudes conocidas de pesimismo, derrotismo, escapismo y profecías apocalípticas o tenemos la oportunidad de edificar algo nuevo, estimulante, vivificante y solidario.
Tomar la vida como una lucha es el resultado de habernos perdido en medio de los deseos impuestos por una sociedad consumista, que “progresa” sobre-explotando recursos naturales y humanos.
El sentido de la vida en las sociedades más avanzadas parece ser: “Nacemos, compramos y morimos”. La ignorancia de nuestro verdadero Ser hace que no veamos una realidad que está ahí todo el tiempo: la Vida es misteriosa, infinita, magnífica, fecunda, puro potencial en espera de que creamos que es posible crear el más alto concepto de nosotros mismos. Creer y crear no son sólo verbos con conjugaciones parecidas, son las raíces de lo manifestado.
Si el Universo es el Gran Creador y nos hizo a su imagen y semejanza, esto quiere decir que cada uno es el co-creador de su vida. El sufrimiento y el dolor son consecuencias de resistirnos a la transformación que nuestra alma anhela y nos invita constantemente a realizar. Nuestra genuina naturaleza, si dejamos de escapar de ella, es sorprendentemente maravillosa. Por supuesto, darnos cuenta de esta realidad implica valor, constancia y ánimo. Pero, podemos estar seguros de que el mundo cambia cuando uno cambia su actitud y entonces todo es posible.
Charlene Spretnak resumió perfectamente que “el universo se ofrece a sí mismo una gama inimaginable de posibilidades y un intrincado juego de tendencias, a partir de las cuales diseña su historia en continua realización. Una historia sagrada, no ya de determinismos, sino de creatividades, fascinaciones, relaciones y compromisos, emergiendo y muriendo en el lapso de un microsegundo o en prolongados períodos de billones de años. Nosotros, como manifestaciones autorreflexivas del universo, tenemos la capacidad de realzar las condiciones de diferenciación, subjetividad y comunión en la comunidad de la Tierra”.
Tomar la vida como una lucha es el resultado de habernos perdido en medio de los deseos impuestos por una sociedad consumista, que “progresa” sobre-explotando recursos naturales y humanos.
El sentido de la vida en las sociedades más avanzadas parece ser: “Nacemos, compramos y morimos”. La ignorancia de nuestro verdadero Ser hace que no veamos una realidad que está ahí todo el tiempo: la Vida es misteriosa, infinita, magnífica, fecunda, puro potencial en espera de que creamos que es posible crear el más alto concepto de nosotros mismos. Creer y crear no son sólo verbos con conjugaciones parecidas, son las raíces de lo manifestado.
Si el Universo es el Gran Creador y nos hizo a su imagen y semejanza, esto quiere decir que cada uno es el co-creador de su vida. El sufrimiento y el dolor son consecuencias de resistirnos a la transformación que nuestra alma anhela y nos invita constantemente a realizar. Nuestra genuina naturaleza, si dejamos de escapar de ella, es sorprendentemente maravillosa. Por supuesto, darnos cuenta de esta realidad implica valor, constancia y ánimo. Pero, podemos estar seguros de que el mundo cambia cuando uno cambia su actitud y entonces todo es posible.
Charlene Spretnak resumió perfectamente que “el universo se ofrece a sí mismo una gama inimaginable de posibilidades y un intrincado juego de tendencias, a partir de las cuales diseña su historia en continua realización. Una historia sagrada, no ya de determinismos, sino de creatividades, fascinaciones, relaciones y compromisos, emergiendo y muriendo en el lapso de un microsegundo o en prolongados períodos de billones de años. Nosotros, como manifestaciones autorreflexivas del universo, tenemos la capacidad de realzar las condiciones de diferenciación, subjetividad y comunión en la comunidad de la Tierra”.
La evolución de la consciencia
Photo by Miguel Bruna on Unsplash
¿Cómo lograr ese despertar de la consciencia? ¿Cómo tomar las riendas de nuestro proceso de evolución personal como primer paso para la evolución social? Hoy día tenemos a nuestra disposición diferentes caminos que confluyen en una única dirección: el autoconocimiento.
He aquí algunos soportes, que se interrelacionan sinérgicamente:
Conectándote con los procesos y enriquecedoras posibilidades corporales, por medio de la respiración, la percepción de lo interno y lo externo, la actitud, el movimiento. He aquí algunos soportes, que se interrelacionan sinérgicamente:
Objetivo: Recuperar la capacidad de auto-curación (algunas técnicas: Eutonía, Feldenkrais, Senso-percepción).
Objetivo: Restituir el libre flujo de energía (Relajación, Masajes, Canalización de Energía).
Liberando antiguas tristezas, iras, miedos. Transformando la energía emocional en amor en acción. Registrando lo que sientes y aprendiendo a expresarlo sin culpas, vergüenzas ni críticas. Objetivo: Vivir el momento presente con amor y aceptación (Bioenergética, Gestalt).
Tomando contacto con los verdaderos deseos y necesidades e implementando su concreción. Objetivo: Desplegar tus recursos y potencialidades (Proyecto Vital).
Enriqueciendo las relaciones (personales, laborales, sociales) al comprender el verdadero entramado existencial. Objetivo: Ampliar el mundo interno para mejorar el mundo externo (Acompañamiento terapéutico).
Despertando y ejercitando la creatividad innata en todos, mediante los diferentes recursos a su disposición. Objetivo: Responder con espontaneidad a cada situación (escritura, dibujo, expresión corporal, apertura a situaciones y actitudes nuevas).
Recuperando la fe y la confianza en ti mismo y en la Vida, comprendiendo que cada circunstancia, cada encuentro es una oportunidad de evolución y de creación. Objetivo: Ser y actuar desde la Esencia (Principios Universales, Meditación).
Permítete ABRAZAR LA VIDA con su maravillosa abundancia de amor, inteligencia, serenidad y energía, lo que inevitablemente te conducirá a una mejor relación contigo, tu familia, tu entorno, tu país, la Tierra. Todos podemos, todos lo merecemos. Tu herencia humana es la evolución hacia estados cada vez mayores de amor, libertad y paz. ¡Reclámala!.