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He de reconocer que la astrología no es una de las cosas que alguna vez me haya llamado la atención, quizás porque me parece un tema que no tiene demasiado fundamento, aun reconociendo que los seres vivos que habitamos este planeta estamos sometidos a la influencia electromagnética y gravitacional derivada del Sol y de la Luna y en menor medida de los planetas del sistema solar. Esta influencia en mi opinión –
y reconociendo que muchos de los lectores de este artículo no estarán de acuerdo con ella-, no tiene nada que ver con la personalidad de los individuos, ni con los eventos futuros personales o con los acontecimientos sociales que se puedan llegar a producir, aunque, por supuesto, no me opongo a cambiar de opinión tan pronto se demostrara lo contrario, cosa que realmente me gustaría que sucediera.
No obstante lo anterior, sí me llama la atención que en las diferentes culturas que pueblan el planeta, y que no han tenido relación entre sí, se hayan desarrollado formas de astrología que parten de la observación de los cuerpos celestes. Es posible que a lo largo de los siglos se haya producido una especie de “comunicación” entre ellas como la propuesta por el investigador Rupert Sheldrake y a la que en su momento definió como “campos morfogenéticos” o bien, que alguna civilización superior a todas ellas les hubiera enseñado principios astronómicos que posteriormente se fueran convirtiendo, de la mano de los gurús o sacerdotes de cada pueblo o cultura, en lo que hoy se conoce como Astrología.
Veamos algunas de estas formas de entender la astrología y cuáles son los principios en los que basan sus creencias.
y reconociendo que muchos de los lectores de este artículo no estarán de acuerdo con ella-, no tiene nada que ver con la personalidad de los individuos, ni con los eventos futuros personales o con los acontecimientos sociales que se puedan llegar a producir, aunque, por supuesto, no me opongo a cambiar de opinión tan pronto se demostrara lo contrario, cosa que realmente me gustaría que sucediera.
No obstante lo anterior, sí me llama la atención que en las diferentes culturas que pueblan el planeta, y que no han tenido relación entre sí, se hayan desarrollado formas de astrología que parten de la observación de los cuerpos celestes. Es posible que a lo largo de los siglos se haya producido una especie de “comunicación” entre ellas como la propuesta por el investigador Rupert Sheldrake y a la que en su momento definió como “campos morfogenéticos” o bien, que alguna civilización superior a todas ellas les hubiera enseñado principios astronómicos que posteriormente se fueran convirtiendo, de la mano de los gurús o sacerdotes de cada pueblo o cultura, en lo que hoy se conoce como Astrología.
Veamos algunas de estas formas de entender la astrología y cuáles son los principios en los que basan sus creencias.
Toda una estructura celestial
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La astrología se basa en una serie de ideas que sostienen que existe una relación entre los fenómenos celestes y los terrestres, y que se puede conocer el destino y la personalidad de las personas mediante la interpretación de los signos del zodíaco, los planetas, las casas astrológicas y los aspectos que forman entre sí. La astrología también se utiliza como método de adivinación y de orientación para la toma de decisiones.
Esta disciplina tiene una larga historia que se remonta a la antigüedad, cuando se observaban los ciclos de los astros para medir el tiempo y predecir los cambios de las estaciones, las cosechas, las guerras y los eclipses. Se desarrolló en diferentes culturas, como la egipcia, la mesopotámica, la griega, la romana, la india, la china y la árabe, entre otras. Cada una de ellas tenía su propio sistema de interpretación y de símbolos astrológicos.
La astrología occidental se fundamenta principalmente en el sistema helenístico, que se originó en el Egipto ptolemaico y se difundió por el mundo mediterráneo y el Medio Oriente. Este sistema se basa en la división del cielo en doce sectores de 30 grados cada uno, llamados signos del zodíaco, que se corresponden con las doce constelaciones que atraviesa el Sol a lo largo del año. Cada signo tiene una serie de rasgos asociados, que se supone que influyen en las personas nacidas bajo su regencia. Los signos del zodíaco son: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
Además de los signos, la astrología occidental también considera la posición de los planetas en el momento del nacimiento de una persona, que se representa en un diagrama llamado carta natal. Los planetas son: el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Cada planeta tiene un significado simbólico y una influencia específica según el signo y la casa astrológica en la que se encuentre. Las casas astrológicas son doce divisiones del cielo que se relacionan con diferentes ámbitos de la vida, como la personalidad, la familia, el trabajo, el amor, la salud, etc. Los aspectos son los ángulos que forman los planetas entre sí, que pueden ser armónicos o inarmónicos, y que indican la facilidad o la dificultad que tendrá una persona para expresar las energías planetarias.
Esta disciplina tiene una larga historia que se remonta a la antigüedad, cuando se observaban los ciclos de los astros para medir el tiempo y predecir los cambios de las estaciones, las cosechas, las guerras y los eclipses. Se desarrolló en diferentes culturas, como la egipcia, la mesopotámica, la griega, la romana, la india, la china y la árabe, entre otras. Cada una de ellas tenía su propio sistema de interpretación y de símbolos astrológicos.
La astrología occidental se fundamenta principalmente en el sistema helenístico, que se originó en el Egipto ptolemaico y se difundió por el mundo mediterráneo y el Medio Oriente. Este sistema se basa en la división del cielo en doce sectores de 30 grados cada uno, llamados signos del zodíaco, que se corresponden con las doce constelaciones que atraviesa el Sol a lo largo del año. Cada signo tiene una serie de rasgos asociados, que se supone que influyen en las personas nacidas bajo su regencia. Los signos del zodíaco son: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
Además de los signos, la astrología occidental también considera la posición de los planetas en el momento del nacimiento de una persona, que se representa en un diagrama llamado carta natal. Los planetas son: el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Cada planeta tiene un significado simbólico y una influencia específica según el signo y la casa astrológica en la que se encuentre. Las casas astrológicas son doce divisiones del cielo que se relacionan con diferentes ámbitos de la vida, como la personalidad, la familia, el trabajo, el amor, la salud, etc. Los aspectos son los ángulos que forman los planetas entre sí, que pueden ser armónicos o inarmónicos, y que indican la facilidad o la dificultad que tendrá una persona para expresar las energías planetarias.
Otras Astrologías
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La Astrología China es una de las más antiguas y complejas del mundo. Se basa en el calendario lunar, que se divide en ciclos de doce años, cada uno de los cuales está representado por un animal. Los doce animales del zodíaco chino son: Rata, Buey, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo. Además, la astrología china incorpora los cinco elementos: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua, que se relacionan con los planetas, las estaciones, los órganos y las emociones.
La Astrología Védica es la astrología originaria de la India, que se basa en los textos sagrados conocidos como los Vedas. La astrología védica utiliza el zodíaco sideral, que se alinea con las constelaciones fijas, a diferencia del zodíaco tropical, que se alinea con los equinoccios y los solsticios. La astrología védica se divide en tres ramas principales: Jyotish, que se ocupa de la predicción del futuro; Muhurta, que se ocupa de la elección del momento adecuado para realizar una acción; y Prashna, que se ocupa de responder a una pregunta específica.
Por su parte, la Astrología Maya es la astrología de esta antigua civilización, que se desarrolló en Mesoamérica. La astrología maya se basa en el calendario maya, que se compone de varios ciclos que se sincronizan entre sí. El más importante es el Tzolkin, que se compone de 260 días, divididos en 20 signos de 13 días cada uno. Los 20 signos del Tzolkin son: Cocodrilo, Viento, Casa, Lagarto, Serpiente, Muerte, Ciervo, Conejo, Agua, Perro, Mono, Hierba, Caña, Jaguar, Águila, Buitre, Movimiento, Cuchillo, Lluvia y Flor.
La Astrología Védica es la astrología originaria de la India, que se basa en los textos sagrados conocidos como los Vedas. La astrología védica utiliza el zodíaco sideral, que se alinea con las constelaciones fijas, a diferencia del zodíaco tropical, que se alinea con los equinoccios y los solsticios. La astrología védica se divide en tres ramas principales: Jyotish, que se ocupa de la predicción del futuro; Muhurta, que se ocupa de la elección del momento adecuado para realizar una acción; y Prashna, que se ocupa de responder a una pregunta específica.
Por su parte, la Astrología Maya es la astrología de esta antigua civilización, que se desarrolló en Mesoamérica. La astrología maya se basa en el calendario maya, que se compone de varios ciclos que se sincronizan entre sí. El más importante es el Tzolkin, que se compone de 260 días, divididos en 20 signos de 13 días cada uno. Los 20 signos del Tzolkin son: Cocodrilo, Viento, Casa, Lagarto, Serpiente, Muerte, Ciervo, Conejo, Agua, Perro, Mono, Hierba, Caña, Jaguar, Águila, Buitre, Movimiento, Cuchillo, Lluvia y Flor.
Opiniones a favor y en contra de la Astrología
La astrología ha sido objeto de numerosas críticas científicas, filosóficas y religiosas, que cuestionan su validez, su eficacia y su consistencia. Algunos de los argumentos que se han utilizado contra la astrología son: la falta de evidencia empírica que demuestre su efectividad, la ausencia de mecanismos físicos que expliquen su funcionamiento, la inconsistencia de sus predicciones y de sus interpretaciones, la influencia de factores psicológicos y la confirmación de hipótesis, la contradicción con el principio de causalidad y con el libre albedrío y la incompatibilidad con algunas doctrinas filosóficas y teológicas que rechazan la idea de un destino predeterminado por los astros.
Sin embargo, la astrología también ha sido defendida por sus practicantes y simpatizantes como una forma de conocimiento simbólico, una herramienta de autoconocimiento y una expresión cultural. A pesar de las críticas, la astrología ha tenido y tiene un gran impacto cultural en diferentes ámbitos, como la política, la sociedad, la literatura y la música.
Sin embargo, la astrología también ha sido defendida por sus practicantes y simpatizantes como una forma de conocimiento simbólico, una herramienta de autoconocimiento y una expresión cultural. A pesar de las críticas, la astrología ha tenido y tiene un gran impacto cultural en diferentes ámbitos, como la política, la sociedad, la literatura y la música.