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… Y, por fin, cuando llega la ansiada calma, el silencio, puedes llegar a escuchar y entender...
Que como es arriba es abajo, una lágrima, una flor... todo contiene en sí mismo un Universo.
Cada célula, cada bacteria, habitan su propio Universo, y debemos respetar su ciclo evolutivo que camina en otro estadio a la par que el nuestro.
Un impulso de vuestra propia evolución, arrastra en su espiral ascendente a los siguientes estadios evolutivos, un acto inarmónico llevado a cabo contra uno de mis hijos, y en ese término incluyo a todo lo que manifiesta vida, desde la gota de rocío que duerme en el aparente estéril piedra, desde el pétalo de la flor más pequeña movida suavemente por uno de mis aliados en esta épica, pasando por cada uno de los seres en sus diferentes estadios, mineral, vegetal, animal, humano... un acto inarmónico en su baja vibración, produce por resonancia, un retraso atemporal en cadena, en todos y cada uno de ellos.
Todo se sustenta conjuntamente, todo tiene su necesaria trayectoria compartida, por lo tanto, debéis entender que cada acto de agresión, como una tela de araña que lo une todo actuará por resonancia y os hará llegar inevitablemente en un retorno fortalecido por la inercia, las consecuencias de vuestro propio acto. Si el resultado que se deriva es una energía de baja vibración se producirá una ralentización de vuestra propia evolución…
Por lo tanto, actuemos con cautela, pongamos atención a las palabras, los pensamientos, los gestos hacia nuestros hermanos menores, pues en ellos y con ellos, camina de la mano el equilibrio de nuestro propio Universo.
Respiremos cada minuto la vida de la Tierra, hagámosla parte nuestra e integrémosla en nuestro ser consciente, llenémoslo de luz con cada inspiración, iluminemos cada estancia, cada rincón de nuestro amado cuerpo, para que, cuando exhalemos, llenemos el aire que espera paciente, para ser portador del Amor y repartirlo con nuestra bendición por todos los confines de la Tierra.
Respirad Vida y seréis Vida, exhalad Amor y será el Amor quien se expanda por todo el planeta.
Que como es arriba es abajo, una lágrima, una flor... todo contiene en sí mismo un Universo.
Cada célula, cada bacteria, habitan su propio Universo, y debemos respetar su ciclo evolutivo que camina en otro estadio a la par que el nuestro.
Un impulso de vuestra propia evolución, arrastra en su espiral ascendente a los siguientes estadios evolutivos, un acto inarmónico llevado a cabo contra uno de mis hijos, y en ese término incluyo a todo lo que manifiesta vida, desde la gota de rocío que duerme en el aparente estéril piedra, desde el pétalo de la flor más pequeña movida suavemente por uno de mis aliados en esta épica, pasando por cada uno de los seres en sus diferentes estadios, mineral, vegetal, animal, humano... un acto inarmónico en su baja vibración, produce por resonancia, un retraso atemporal en cadena, en todos y cada uno de ellos.
Todo se sustenta conjuntamente, todo tiene su necesaria trayectoria compartida, por lo tanto, debéis entender que cada acto de agresión, como una tela de araña que lo une todo actuará por resonancia y os hará llegar inevitablemente en un retorno fortalecido por la inercia, las consecuencias de vuestro propio acto. Si el resultado que se deriva es una energía de baja vibración se producirá una ralentización de vuestra propia evolución…
Por lo tanto, actuemos con cautela, pongamos atención a las palabras, los pensamientos, los gestos hacia nuestros hermanos menores, pues en ellos y con ellos, camina de la mano el equilibrio de nuestro propio Universo.
Respiremos cada minuto la vida de la Tierra, hagámosla parte nuestra e integrémosla en nuestro ser consciente, llenémoslo de luz con cada inspiración, iluminemos cada estancia, cada rincón de nuestro amado cuerpo, para que, cuando exhalemos, llenemos el aire que espera paciente, para ser portador del Amor y repartirlo con nuestra bendición por todos los confines de la Tierra.
Respirad Vida y seréis Vida, exhalad Amor y será el Amor quien se expanda por todo el planeta.