Foto de Alexander Schimmeck en Unsplash
“Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras”.
Solo hay un camino que está perfectamente dibujado: crear alianzas o arriesgar nuestro futuro. Se hace necesario reeducar la mente humana hacia un modelo ético de funcionamiento en el que esté presente una filosofía de compartir, de generosidad, de respeto.
En este momento se habla mucho de proteger los bosques, reforestar, detener el crecimiento desmesurado y la explotación sin freno de los recursos, volver a hacer la tierra verde. Pero no es solo el aspecto ecológico sino también el relacional: erradicar la desigualdad entre los seres humanos, respetar los bienes comunes, practicar un consumo ético y responsable.
Las nuevas propuestas pasan por el decrecimiento, por usar la tecnología para dar descanso a la naturaleza. Crear una Bioeconomía que respete los límites de la Madre Naturaleza para atender a toda la comunidad de la vida. Crear una verdadera democracia económica… con una pequeña cantidad del dinero que se mueve en las bolsas se acabaría la pobreza en el mundo.
Solo hay un camino que está perfectamente dibujado: crear alianzas o arriesgar nuestro futuro. Se hace necesario reeducar la mente humana hacia un modelo ético de funcionamiento en el que esté presente una filosofía de compartir, de generosidad, de respeto.
En este momento se habla mucho de proteger los bosques, reforestar, detener el crecimiento desmesurado y la explotación sin freno de los recursos, volver a hacer la tierra verde. Pero no es solo el aspecto ecológico sino también el relacional: erradicar la desigualdad entre los seres humanos, respetar los bienes comunes, practicar un consumo ético y responsable.
Las nuevas propuestas pasan por el decrecimiento, por usar la tecnología para dar descanso a la naturaleza. Crear una Bioeconomía que respete los límites de la Madre Naturaleza para atender a toda la comunidad de la vida. Crear una verdadera democracia económica… con una pequeña cantidad del dinero que se mueve en las bolsas se acabaría la pobreza en el mundo.
El Bien Vivir
La economía solidaria propone trabajar en pequeñas empresas, favorecer la producción participativa, la convivencia en grupos con valores y una forma de vivir solidaria. El Papa Francisco habla en su encíclica Laudato Si aboga por una economía humana que recupere el “Bien Bivir” de los pueblos antiguos, desde la Patagonia hasta América Central, todas las culturas practicaban una armonía entre familia, vecinos y naturaleza… así surgió ese concepto del bien vivir, asentado en un profundo respeto a la Pachamama, la Madre Tierra.
Hoy más que nunca se hace necesaria una economía que incorpore conceptos como lo suficiente y lo decente, que propicie una distribución equitativa de los excedentes, que la solidaridad entre los pueblos sea la práctica generalizada.
Varios países de América Latina ya están incorporando el concepto de “Bien Vivir” en sus constituciones, primero fue Bolivia, después Ecuador y más tarde Chile… todos promueven como primer paso el respeto a los bienes comunes, por ejemplo: no se puede hacer negocio con el agua potable.
El Bien Vivir no son teorías sino una práctica de vida que ha sido llevada a cabo por los pueblos andinos, por lo tanto incluye el concepto de sostenibilidad, abarca todo porque se dirige no solo a la naturaleza, sino a toda la vida.
La Gran Transformación que se produjo en 1944 hizo que se pasara de una economía de mercado a una sociedad de mercado donde se negocia con todo lo común y lo que prima es obtener los máximos beneficios.
Cuando la humanidad asuma que estamos en la Casa Común y la cultura del Bien Vivir de los pueblos andinos, que propone la Noosfera (conjunto de seres inteligentes con el medio en que viven), que invita a unir la mente y el corazón para crear una nueva sociedad basada en el ser humano.
Hoy más que nunca se hace necesaria una economía que incorpore conceptos como lo suficiente y lo decente, que propicie una distribución equitativa de los excedentes, que la solidaridad entre los pueblos sea la práctica generalizada.
Varios países de América Latina ya están incorporando el concepto de “Bien Vivir” en sus constituciones, primero fue Bolivia, después Ecuador y más tarde Chile… todos promueven como primer paso el respeto a los bienes comunes, por ejemplo: no se puede hacer negocio con el agua potable.
El Bien Vivir no son teorías sino una práctica de vida que ha sido llevada a cabo por los pueblos andinos, por lo tanto incluye el concepto de sostenibilidad, abarca todo porque se dirige no solo a la naturaleza, sino a toda la vida.
La Gran Transformación que se produjo en 1944 hizo que se pasara de una economía de mercado a una sociedad de mercado donde se negocia con todo lo común y lo que prima es obtener los máximos beneficios.
Cuando la humanidad asuma que estamos en la Casa Común y la cultura del Bien Vivir de los pueblos andinos, que propone la Noosfera (conjunto de seres inteligentes con el medio en que viven), que invita a unir la mente y el corazón para crear una nueva sociedad basada en el ser humano.
Algunos puntos de reflexión
Sostenible es una palabra manipulada por los medios de comunicación y por los intereses de las grandes corporaciones y los grupos de poder. La Tierra es un ser vivo, no un baúl de recursos ilimitados. Superar el antropocentrismo, Concepción filosófica que considera al ser humano como centro de todas las cosas y el fin absoluto de la creación. La cooperación forma parte de la esencia del ser humano. Somos interdependientes, seres de comunidad y somos colectivamente responsables del futuro de nuestro planeta. La Tierra como visión global, no compartimentada, ni mecanicista. Es necesaria una visión de conjunto y hemos de considerar que somos parte de ese todo. Rescatar la razón cordial (la del corazón), no la intelectual o científica, hay que volver al corazón, que ha favorecido la vida desde los inicios y que se expresa de forma clara en los mamíferos con el cuidado y el amor a sus crías. La razón científica o intelectual, apenas tiene 200.000 años, todo lo anterior nace del corazón. La física cuántica nos dice que todo está conectad, el pensamiento y el objeto, que somos sentimientos y emociones, no razón intelectual… de hecho los cambios más profundos nacen del corazón. En Google podemos encontrar muchas ideas, pero Google no extiende el brazo para enjugar una lágrima. Pasar del capital material al capital espiritual. El PIB no contempla el amor, la amistad, la compasión, el amor incondicional, la solidaridad, la aceptación, el abrazar a otro. Reciclar, reutilizar, reducir el consumo, reforestar, respetar a todos los seres… en definitiva volver a la ética y la espiritualidad.
Por dónde empezar
Trabajar el bioregionalismo, actuar localmente en lo pequeño, en la región… sin perder de vista la visión global, esa es la línea del futuro de la Tierra.
Se está gestando, como nunca antes en la historia, un nuevo comienzo, un cambio de mente y corazón donde tienen cabida la emoción, los sentimientos y la espiritualidad común, estamos ligados en una interdependencia global. Se trata de cambiar desde abajo para generar la gran ola del cambio a nivel planetario.
María Pinar Merino
(Notas de la Masterclass dictada por Leonardo Boff el 13 de febrero 2022)
Se está gestando, como nunca antes en la historia, un nuevo comienzo, un cambio de mente y corazón donde tienen cabida la emoción, los sentimientos y la espiritualidad común, estamos ligados en una interdependencia global. Se trata de cambiar desde abajo para generar la gran ola del cambio a nivel planetario.
María Pinar Merino
(Notas de la Masterclass dictada por Leonardo Boff el 13 de febrero 2022)