La naturaleza: fuente de bienestar y conocimiento
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La naturaleza nos ha proporcionado siempre, simplemente con observarla, escucharla, tocarla, olerla y saborearla, siguiendo nuestra intuición, muchas de las claves que los seres humanos necesitábamos para aprender, evolucionar y mantener un estado de bienestar propicio para ello. Desde muy antiguo, ha existido en las tribus humanas la figura de la persona sanadora, curandera, chamana o herborista, que recurría al mundo natural y de las energías para aliviar el cuerpo, la mente o el alma de las personas que enfermaban o se “perdían” de sí mismas.
Posteriormente, fueron surgiendo, en el curso de la historia del ser humano, las llamadas medicinas tradicionales, inspiradas en esa fuente del conocimiento de lo natural y, tal vez, de la inspiración de lo divino, porque el origen de algunas de ellas se pierde en los albores de la historia y que algunos lo atribuyen a conexiones con lo trascendente o incluso a la transmisión por parte de otras humanidades más evolucionadas venidas de otros mundos.
Entre estas se encuentran la Medicina Tradicional China o la Medicina Ayurvédica, con muchos miles de años de antigüedad y con un conocimiento de las “otras dimensiones” del ser humano, más allá de la física, que nos sorprende ya que es hoy en día cuando se están comenzando a poder medir.
Más cercana a nuestros días, en la época griega, está la Medicina Natural o Hipocrática, ya que es a Hipócrates a quien debemos sus fundamentos, su decálogo fuertemente basado en la utilización del alimento, las plantas, los elementos (aire, agua, tierra, fuego y éter) y el equilibrio anímico, como bases del mantenimiento de la salud y de su recuperación cuando se deteriora. En ella se inspiran muchas de las terapias naturales actuales, como la naturopatía, la homeopatía, la fitoterapia, la balneoterapia e incluso otras como la musicoterapia o la terapia del sonido, que tienen mucho que ver con las cualidades sanadoras que, ya entonces, se atribuían a la música y los sonidos de la naturaleza y el universo, la llamada: “música de las esferas”.
Sólo mucho más tarde, hace poco más de dos siglos, es cuando aparece la medicina alopática moderna, que con la farmacología y el desarrollo de las técnicas quirúrgicas y de exploración tecnológica, se empieza a alejar de los recursos naturales iniciales en pro de los de síntesis, generados a partir del aislamiento de principios activos que, no obstante y en su mayoría, siguen procediendo de la observación originaria de fuentes de la naturaleza.
Posteriormente, fueron surgiendo, en el curso de la historia del ser humano, las llamadas medicinas tradicionales, inspiradas en esa fuente del conocimiento de lo natural y, tal vez, de la inspiración de lo divino, porque el origen de algunas de ellas se pierde en los albores de la historia y que algunos lo atribuyen a conexiones con lo trascendente o incluso a la transmisión por parte de otras humanidades más evolucionadas venidas de otros mundos.
Entre estas se encuentran la Medicina Tradicional China o la Medicina Ayurvédica, con muchos miles de años de antigüedad y con un conocimiento de las “otras dimensiones” del ser humano, más allá de la física, que nos sorprende ya que es hoy en día cuando se están comenzando a poder medir.
Más cercana a nuestros días, en la época griega, está la Medicina Natural o Hipocrática, ya que es a Hipócrates a quien debemos sus fundamentos, su decálogo fuertemente basado en la utilización del alimento, las plantas, los elementos (aire, agua, tierra, fuego y éter) y el equilibrio anímico, como bases del mantenimiento de la salud y de su recuperación cuando se deteriora. En ella se inspiran muchas de las terapias naturales actuales, como la naturopatía, la homeopatía, la fitoterapia, la balneoterapia e incluso otras como la musicoterapia o la terapia del sonido, que tienen mucho que ver con las cualidades sanadoras que, ya entonces, se atribuían a la música y los sonidos de la naturaleza y el universo, la llamada: “música de las esferas”.
Sólo mucho más tarde, hace poco más de dos siglos, es cuando aparece la medicina alopática moderna, que con la farmacología y el desarrollo de las técnicas quirúrgicas y de exploración tecnológica, se empieza a alejar de los recursos naturales iniciales en pro de los de síntesis, generados a partir del aislamiento de principios activos que, no obstante y en su mayoría, siguen procediendo de la observación originaria de fuentes de la naturaleza.
Las terapias naturales y las técnicas de consciencia: prevención y restauración del equilibrio
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Pese al desarrollo de la llamada “medicina científica”, el mundo de las terapias basadas en la naturaleza ha seguido evolucionando, fusionándose también, en muchos casos, con los recursos procedentes del mundo místico y de la consciencia, generando un sincretismo entre ciencia y espiritualidad que correspondería a una mayor coherencia humanística en estos tiempos de transformación y necesidad de trascendencia que estamos viviendo los seres humanos.
Todo ello sin perder de vista el aprovechamiento de los nuevos descubrimientos que la ciencia de vanguardia está realizando, para dar explicación a los resultados reales que se observan desde la práctica empírica. Lamentablemente, muchas veces la carencia de medios económicos y la falta de apoyo y reconocimiento de las instituciones, debido a los intereses creados de los que manejan los hilos de la economía mundial y del devenir del mundo, impiden que las pruebas de efectividad de estas terapias vean la luz y que sean aceptadas plena y ampliamente por parte de las autoridades y la sociedad.
En cualquier caso y como decía, sus resultados en quienes se acercan a ellas hablan por sí mismos. Incluso muchos médicos convencionales, desencantados del mundo químico y sus múltiples efectos adversos, se acercan a las terapias naturales y optan por ellas o por su combinación con la alopatía. Y es que, probablemente, elegir lo mejor de ambos caminos sería la medida adecuada para esta evolución que necesitamos también en el campo de la sanidad mundial.
Las terapias naturales y las técnicas de consciencia son herramientas eficaces, integradoras y económicas tanto en la prevención de la enfermedad como en la recuperación de la salud y el equilibrio cuando éstos se han perdido, si bien hay que reconocer que, en muchos casos, especialmente en situaciones agudas que pueden poner en peligro la vida, el mérito de la medicina moderna no tiene parangón. Es por eso que digo que el mejor camino, como en cualquier vía que nos lleva a evolucionar, es la integración y no la separación, la crítica destructiva o la marginación.
Todo ello sin perder de vista el aprovechamiento de los nuevos descubrimientos que la ciencia de vanguardia está realizando, para dar explicación a los resultados reales que se observan desde la práctica empírica. Lamentablemente, muchas veces la carencia de medios económicos y la falta de apoyo y reconocimiento de las instituciones, debido a los intereses creados de los que manejan los hilos de la economía mundial y del devenir del mundo, impiden que las pruebas de efectividad de estas terapias vean la luz y que sean aceptadas plena y ampliamente por parte de las autoridades y la sociedad.
En cualquier caso y como decía, sus resultados en quienes se acercan a ellas hablan por sí mismos. Incluso muchos médicos convencionales, desencantados del mundo químico y sus múltiples efectos adversos, se acercan a las terapias naturales y optan por ellas o por su combinación con la alopatía. Y es que, probablemente, elegir lo mejor de ambos caminos sería la medida adecuada para esta evolución que necesitamos también en el campo de la sanidad mundial.
Las terapias naturales y las técnicas de consciencia son herramientas eficaces, integradoras y económicas tanto en la prevención de la enfermedad como en la recuperación de la salud y el equilibrio cuando éstos se han perdido, si bien hay que reconocer que, en muchos casos, especialmente en situaciones agudas que pueden poner en peligro la vida, el mérito de la medicina moderna no tiene parangón. Es por eso que digo que el mejor camino, como en cualquier vía que nos lleva a evolucionar, es la integración y no la separación, la crítica destructiva o la marginación.
¿Qué propuestas de las terapias naturales me pueden ayudar en estos momentos de crisis?
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Ante esta situación excepcional que estamos viviendo, se impone el cuidado de nuestro sistema inmunológico, tanto para evitar el contagio como para una pronta reacción y recuperación, sin agravantes, si es que ya nos hemos expuesto a él. Por otro lado, también sería necesario que no nos dejemos desbordar por el miedo, la tristeza, la desesperanza, la desilusión, la ansiedad u otras tantas emociones limitantes más, pues es bien sabido que todas ellas van a afectar al funcionamiento de nuestro sistema nervioso autónomo y a generar hormonas relacionadas con el estrés que terminan afectando al buen funcionamiento de nuestra inmunidad, como también afirman los modernos estudios realizados en el campo de la psico-neuro-endocrino-inmunología.
Muchos son los recursos que en las terapias naturales y las técnicas de consciencia, vamos a encontrar para mantener el equilibrio o recuperarlo si lo hemos perdido, en relación a los ámbitos señalados, marcados por estos tiempos convulsos. Así que, dada la dimensión que me permite este artículo, me centraré en unos pocos eficaces a los que podemos tener acceso con cierta facilidad en las circunstancias actuales, bien acudiendo a un herbolario o pidiéndolos a través de internet. Otras técnicas sólo requieren el dedicar un espacio a ellas con constancia, en el amplio tiempo que tenemos durante este confinamiento. Además, nos pueden servir también en el futuro, incluso aunque la situación no sea tan “alarmante” como la actual. De todas las propuestas, cada cual puede elegir aquella o aquellas con las que más sintonice.
Muchos son los recursos que en las terapias naturales y las técnicas de consciencia, vamos a encontrar para mantener el equilibrio o recuperarlo si lo hemos perdido, en relación a los ámbitos señalados, marcados por estos tiempos convulsos. Así que, dada la dimensión que me permite este artículo, me centraré en unos pocos eficaces a los que podemos tener acceso con cierta facilidad en las circunstancias actuales, bien acudiendo a un herbolario o pidiéndolos a través de internet. Otras técnicas sólo requieren el dedicar un espacio a ellas con constancia, en el amplio tiempo que tenemos durante este confinamiento. Además, nos pueden servir también en el futuro, incluso aunque la situación no sea tan “alarmante” como la actual. De todas las propuestas, cada cual puede elegir aquella o aquellas con las que más sintonice.
El óptimo funcionamiento del sistema inmunológico
Imagen de silviarita en Pixabay
Existen numerosas plantas medicinales que tienen una capacidad adaptogénica respecto al sistema inmune, es decir, se han mostrado eficaces a la hora de su regulación y óptimo funcionamiento, elevando o disminuyendo su actividad según sea necesario; también otras se han mostrado como poderosos agentes antimicrobianos. Lo bueno, además, de las plantas medicinales es que no suelen tener una única función, ya que la multitud de principios activos que contienen van a intervenir en diferentes ámbitos de actuación al entrar en el organismo, compensando también la posible acción nociva en otras áreas de cada principio activo por separado. Por eso también son muy seguras. La mayoría de ellas tampoco causan interacciones con los medicamentos químicos.
En este sentido mencionaremos algunas plantas importantes como son: equinácea, astrágalo, tomillo, regaliz, olivo, sauco, eucalipto, té verde, uña de gato, ginseng, orégano, clavo, jengibre, ajo, cúrcuma… Algunas de ellas, en especial las cinco últimas, también tienen importantes propiedades antimicrobianas. Otras combinan una acción sobre las vías respiratorias y las mucosas, como el tomillo, regaliz, sauco o eucalipto, muy valiosa para este tipo de infección que estamos sufriendo.
No olvidemos el gran valor de la “aromaterapia”, es decir, el uso de los aceites esenciales de las plantas, que son los principios activos más poderosos que contienen. Todos ellos se pueden difundir en el ambiente para su purificación y desinfección de espacios o echarlos en la bañera de agua caliente para hacer una inmersión aromática; igualmente es recomendable la aspiración o aplicación en la piel de la gran mayoría, pasando muy rápidamente a las vías respiratorias, sanguíneas y también las vías nerviosas a través de los receptores nasales, con lo que potenciará el efecto neurológico y anímico de gran parte de los aceites y su rápida capacidad de acción. Otros, incluso, se pueden ingerir.
Para el caso que nos ocupa destacaremos los siguientes aceites esenciales: orégano, limón, incienso, lavanda, árbol del té, mirto, eucalipto globulus y radiata, pino, ciprés, menta, clavo, canela y romero. Se pueden mezclar varios entre sí. Se utilizan pocas gotas y, normalmente, mezclados en un aceite base transportador (oliva, almendras, coco o germen de trigo) para evitar la irritación de la piel si se aplica sobre ésta o se ingieren. Es también oportuno medir la sensibilidad en algún área. Consultar con un experto en caso de dudas en su manejo. También hay distintas calidades en el mercado según como se haga la extracción de los aceites, cultivos, época de recolección, etc.
Respecto a remedios homeopáticos, destacaré los cinco siguientes: echinácea angustifolia 9 CH, anas barbarie 200 K, dulcamara 15 CH, thuya occidentalis 15 CH y hepar sulfur 15 CH. Cada uno tiene su especificidad que podemos consultar en la bibliografía homeopática o consultando a un especialista.
En este sentido mencionaremos algunas plantas importantes como son: equinácea, astrágalo, tomillo, regaliz, olivo, sauco, eucalipto, té verde, uña de gato, ginseng, orégano, clavo, jengibre, ajo, cúrcuma… Algunas de ellas, en especial las cinco últimas, también tienen importantes propiedades antimicrobianas. Otras combinan una acción sobre las vías respiratorias y las mucosas, como el tomillo, regaliz, sauco o eucalipto, muy valiosa para este tipo de infección que estamos sufriendo.
No olvidemos el gran valor de la “aromaterapia”, es decir, el uso de los aceites esenciales de las plantas, que son los principios activos más poderosos que contienen. Todos ellos se pueden difundir en el ambiente para su purificación y desinfección de espacios o echarlos en la bañera de agua caliente para hacer una inmersión aromática; igualmente es recomendable la aspiración o aplicación en la piel de la gran mayoría, pasando muy rápidamente a las vías respiratorias, sanguíneas y también las vías nerviosas a través de los receptores nasales, con lo que potenciará el efecto neurológico y anímico de gran parte de los aceites y su rápida capacidad de acción. Otros, incluso, se pueden ingerir.
Para el caso que nos ocupa destacaremos los siguientes aceites esenciales: orégano, limón, incienso, lavanda, árbol del té, mirto, eucalipto globulus y radiata, pino, ciprés, menta, clavo, canela y romero. Se pueden mezclar varios entre sí. Se utilizan pocas gotas y, normalmente, mezclados en un aceite base transportador (oliva, almendras, coco o germen de trigo) para evitar la irritación de la piel si se aplica sobre ésta o se ingieren. Es también oportuno medir la sensibilidad en algún área. Consultar con un experto en caso de dudas en su manejo. También hay distintas calidades en el mercado según como se haga la extracción de los aceites, cultivos, época de recolección, etc.
Respecto a remedios homeopáticos, destacaré los cinco siguientes: echinácea angustifolia 9 CH, anas barbarie 200 K, dulcamara 15 CH, thuya occidentalis 15 CH y hepar sulfur 15 CH. Cada uno tiene su especificidad que podemos consultar en la bibliografía homeopática o consultando a un especialista.
Los hongos medicinales: un poderoso aliado de la inmunidad
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Un apartado especial merece la micoterapia o uso de los hongos medicinales pues, además de la larga experimentación y registro de casos en la MTCH, la moderna investigación actual por parte de laboratorios como Hifas da Terra, en colaboración con hospitales, universidades y centros clínicos, está demostrando su eficacia en todo lo que tiene que ver con el sistema inmunológico, como por ejemplo el campo de la oncología. Dentro de todas sus posibilidades citaré aquí, en su uso preventivo para el refuerzo inmunológico, la utilización de alguna de estas especies: champiñón del sol, reishi, maitake, Shiitake, cordyceps. Existen varias marcas en el mercado que los comercializan solos o en combinación, cuya sinergia los hace más eficaces, tanto en el aspecto preventivo como en el tratamiento.
Si ya tenemos síntomas, recomendaría por su acción antiviral la utilización de la cola de pavo, el champiñón del sol o el cordyceps, más específicamente. Señalar que los hongos precisan de presencia de vitamina C en suficiente cantidad para su biodisponibilidad, por lo que se necesita que se tomen con ésta, unos cinco o diez minutos antes de su ingesta. También hay preparados de hongos que ya la contienen.
Si ya tenemos síntomas, recomendaría por su acción antiviral la utilización de la cola de pavo, el champiñón del sol o el cordyceps, más específicamente. Señalar que los hongos precisan de presencia de vitamina C en suficiente cantidad para su biodisponibilidad, por lo que se necesita que se tomen con ésta, unos cinco o diez minutos antes de su ingesta. También hay preparados de hongos que ya la contienen.
…Y algunos alimentos y suplementos alimenticios imprescindibles
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No nos olvidemos de la gran acción sobre la inmunidad de algunos suplementos alimenticios estrella como son, por ejemplo, los productos de la abeja (polen, propóleo, jalea real), o los probióticos o prebióticos, porque se ha demostrado que un sistema inmunológico en óptimas condiciones requiere una flora intestinal sana.
Así mismo, ya sabemos el valor ampliamente conocido de la vitamina C, en dosis altas en caso de infección y, también, de la vitamina D, de la que últimamente se han descubierto propiedades importantes respecto a la inmunidad y otros ámbitos, aparte de las que ya se sabían sobre el metabolismo del calcio y la conservación del aparato locomotor. Muy interesantes los ácidos grasos poliinsaturados, especialmente el omega 3.
También mencionaré el valor empírico que han demostrado otros suplementos en cuanto a su acción antiviral y antimicrobiana, como la plata coloidal o el MMS-CDS, aunque su uso ha sido muy criticado y perseguido por el sector sanitario en los últimos tiempos.
Pero si hay un producto estrella en este nivel son los factores de transferencia, moléculas que se extraen del calostro bovino y de la yema de huevo de las gallinas y que son las encargadas del entrenamiento y regulación del sistema inmunológico. Los resultados que se están obteniendo con ellos, desde las investigaciones que el laboratorio americano especializado está realizando, son realmente sorprendentes.
En cuanto a la alimentación, recomendaría principalmente: ajo, cebolla, cítricos, arándanos y frutos del bosque, frutos secos crudos, semillas (calabaza, girasol, sésamo, chía, lino,…), germinados (especialmente rabanitos, cebolla, brócoli), fruta y verdura en general, legumbres, brécol, champiñones y setas, cacao, pescados azules, espinacas, germen de trigo, jengibre, cúrcuma, papaya, piña, kiwi, pimiento rojo, caldos de miso, rabanitos, aguacate, rábano daikon, ciruela umeboshi, kuzu, cereales integrales, aceites de oliva-girasol-lino de primera presión en frío… Hay que tener en cuenta que la calidad de estos alimentos va a depender mucho de su forma de cultivo (biológica o no) y que sean de temporada y locales.
Así mismo, ya sabemos el valor ampliamente conocido de la vitamina C, en dosis altas en caso de infección y, también, de la vitamina D, de la que últimamente se han descubierto propiedades importantes respecto a la inmunidad y otros ámbitos, aparte de las que ya se sabían sobre el metabolismo del calcio y la conservación del aparato locomotor. Muy interesantes los ácidos grasos poliinsaturados, especialmente el omega 3.
También mencionaré el valor empírico que han demostrado otros suplementos en cuanto a su acción antiviral y antimicrobiana, como la plata coloidal o el MMS-CDS, aunque su uso ha sido muy criticado y perseguido por el sector sanitario en los últimos tiempos.
Pero si hay un producto estrella en este nivel son los factores de transferencia, moléculas que se extraen del calostro bovino y de la yema de huevo de las gallinas y que son las encargadas del entrenamiento y regulación del sistema inmunológico. Los resultados que se están obteniendo con ellos, desde las investigaciones que el laboratorio americano especializado está realizando, son realmente sorprendentes.
En cuanto a la alimentación, recomendaría principalmente: ajo, cebolla, cítricos, arándanos y frutos del bosque, frutos secos crudos, semillas (calabaza, girasol, sésamo, chía, lino,…), germinados (especialmente rabanitos, cebolla, brócoli), fruta y verdura en general, legumbres, brécol, champiñones y setas, cacao, pescados azules, espinacas, germen de trigo, jengibre, cúrcuma, papaya, piña, kiwi, pimiento rojo, caldos de miso, rabanitos, aguacate, rábano daikon, ciruela umeboshi, kuzu, cereales integrales, aceites de oliva-girasol-lino de primera presión en frío… Hay que tener en cuenta que la calidad de estos alimentos va a depender mucho de su forma de cultivo (biológica o no) y que sean de temporada y locales.
La importancia del cuidado energético y psico-emocional
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Lo valioso de los remedios naturales no solamente es que actúan eficazmente y mantienen sus bondades en el tiempo sobre el cuerpo, despertando y estimulando sus propias capacidades curativas sino que, también, armonizan el campo energético, dado que muchos de ellos son también elementos de considerable potencia vibracional.
De la técnica naturista del higienismo tomamos el ayuno, como un aliado valioso para la salud que, además de su característica depurativa sobre el cuerpo y la mente, se ha demostrado especialmente útil para la restauración del equilibrio metabólico, sanguíneo e inmunológico y para la tonificación del sistema energético, rejuvenecimiento y vitalidad.
Especialmente indicado al comienzo de la primavera y del otoño, puedo certificar, por mi propia experiencia que, después de realizarlo, es muy raro sufrir resfriados o gripes en invierno. Existen diferentes maneras de llevarlo adelante, sea de forma intermitente o parcial (por ejemplo, manteniendo sólo la cena o el almuerzo durante 15 días) o bien total durante, al menos, 5 días. Hay métodos de ayuno sólo con agua e infusiones (incluso sin ellas); también con el añadido de caldos vegetales, frutas, sirope de savia de arce y palma y zumo de limón.
Cada persona debe encontrar el más apropiado según su naturaleza con la ayuda de un experto o bien observando sus sensaciones cuando lo realiza de una manera u otra.
Adicionalmente será muy beneficioso salir a la ventana o la terraza, tomar el sol y el aire un rato, haciendo respiraciones profundas y circulares o algunos de los pranayama que propone el yoga. También se puede recurrir al Qi Gong o al Tai Chi, herramientas energéticas procedentes de la Medicina Tradicional China, para armonizar los meridianos de acupuntura o a las propias asanas del yoga. Muchos de estos ejercicios son sencillos de aprender y en internet encontramos referencias, si es que no contamos con algún libro o profesor que nos oriente.
Movimientos circulares tipo atornillamiento o golpecitos en los puntos 36 del meridiano de estómago (lateral externo de las rodillas, unos tres dedos por debajo de la rótula) y 4 del meridiano de intestino grueso (en el ángulo entre los dedos pulgar e índice de ambas manos), así como en los puntos de los meridianos de Vaso Concepción y Vaso Gobernador, que se encuentran por encima del labio superior y por debajo del labio inferior, en la zona central, son especialmente útiles para subir la energía, el estado anímico y potenciar la acción inmunológica.
La meditación, el silencio, la contemplación, la relajación, la visualización creativa, la escritura creativa, el dibujo de mandalas y otras técnicas de enfoque consciente, nos pueden ayudar especialmente a mantener un estado de calma, de centramiento y de coherencia, para que se aquieten emociones perturbadoras que sólo pueden afectar negativamente a nuestro sistema inmunitario y a nuestra salud en general. Mi recomendación es que, salvo que seamos meditadores experimentados, recurramos a tiempos cortos en los ejercicios, repitiéndolos en varias ocasiones durante el día, con el fin de que nuestra atención no se pierda, porque la mente se distrae con facilidad si la forzamos a concentrarse durante un espacio demasiado largo.
El sonido y el color son poderosas herramientas vibracionales para armonizar el cuerpo energético. Cantar los mantras asignados tradicionalmente por el hinduismo a la vibración de los chakras (LAM, VAM, RAM, YAM, HAM, OM, AUM, respectivamente del 1º al 7º), entonados en las 7 notas del DO al SI y visualizando los colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta, en las zonas correspondientes, realiza una potente acción de reequilibrio sobre los mismos, que redundará en un mejor funcionamiento corporal y mental y en la armonía emocional. Si disponemos de un cuenco tibetano, diapasón u otro instrumento para acompañar el canto, potenciaremos aún más el efecto.
Las esencias florales descubiertas por el Dr. Bach son también un maravilloso recurso de equilibrio psico-emocional para estos tiempos, al que dedico un artículo aparte.
Por último, aprovechar espacios para una lectura enriquecedora, practicar con el pensamiento creativo alejándonos del exceso de información y ruido exterior que genera limitaciones, rigidez y miedo; escuchar música que nos motive; hacer algo de ejercicio físico; comunicarnos por las vías posibles con nuestros seres queridos; recapitular sobre lo aprendido en nuestro recorrido vital y aquello que es necesario soltar en este momento; descansar; ver una buena película o serie; poner en orden nuestros asuntos y todo aquello que a cada cual se le ocurra para reiniciar con fuerza y mayor consciencia cuando toda esta situación llegue a su fin, que llegará.
De la técnica naturista del higienismo tomamos el ayuno, como un aliado valioso para la salud que, además de su característica depurativa sobre el cuerpo y la mente, se ha demostrado especialmente útil para la restauración del equilibrio metabólico, sanguíneo e inmunológico y para la tonificación del sistema energético, rejuvenecimiento y vitalidad.
Especialmente indicado al comienzo de la primavera y del otoño, puedo certificar, por mi propia experiencia que, después de realizarlo, es muy raro sufrir resfriados o gripes en invierno. Existen diferentes maneras de llevarlo adelante, sea de forma intermitente o parcial (por ejemplo, manteniendo sólo la cena o el almuerzo durante 15 días) o bien total durante, al menos, 5 días. Hay métodos de ayuno sólo con agua e infusiones (incluso sin ellas); también con el añadido de caldos vegetales, frutas, sirope de savia de arce y palma y zumo de limón.
Cada persona debe encontrar el más apropiado según su naturaleza con la ayuda de un experto o bien observando sus sensaciones cuando lo realiza de una manera u otra.
Adicionalmente será muy beneficioso salir a la ventana o la terraza, tomar el sol y el aire un rato, haciendo respiraciones profundas y circulares o algunos de los pranayama que propone el yoga. También se puede recurrir al Qi Gong o al Tai Chi, herramientas energéticas procedentes de la Medicina Tradicional China, para armonizar los meridianos de acupuntura o a las propias asanas del yoga. Muchos de estos ejercicios son sencillos de aprender y en internet encontramos referencias, si es que no contamos con algún libro o profesor que nos oriente.
Movimientos circulares tipo atornillamiento o golpecitos en los puntos 36 del meridiano de estómago (lateral externo de las rodillas, unos tres dedos por debajo de la rótula) y 4 del meridiano de intestino grueso (en el ángulo entre los dedos pulgar e índice de ambas manos), así como en los puntos de los meridianos de Vaso Concepción y Vaso Gobernador, que se encuentran por encima del labio superior y por debajo del labio inferior, en la zona central, son especialmente útiles para subir la energía, el estado anímico y potenciar la acción inmunológica.
La meditación, el silencio, la contemplación, la relajación, la visualización creativa, la escritura creativa, el dibujo de mandalas y otras técnicas de enfoque consciente, nos pueden ayudar especialmente a mantener un estado de calma, de centramiento y de coherencia, para que se aquieten emociones perturbadoras que sólo pueden afectar negativamente a nuestro sistema inmunitario y a nuestra salud en general. Mi recomendación es que, salvo que seamos meditadores experimentados, recurramos a tiempos cortos en los ejercicios, repitiéndolos en varias ocasiones durante el día, con el fin de que nuestra atención no se pierda, porque la mente se distrae con facilidad si la forzamos a concentrarse durante un espacio demasiado largo.
El sonido y el color son poderosas herramientas vibracionales para armonizar el cuerpo energético. Cantar los mantras asignados tradicionalmente por el hinduismo a la vibración de los chakras (LAM, VAM, RAM, YAM, HAM, OM, AUM, respectivamente del 1º al 7º), entonados en las 7 notas del DO al SI y visualizando los colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta, en las zonas correspondientes, realiza una potente acción de reequilibrio sobre los mismos, que redundará en un mejor funcionamiento corporal y mental y en la armonía emocional. Si disponemos de un cuenco tibetano, diapasón u otro instrumento para acompañar el canto, potenciaremos aún más el efecto.
Las esencias florales descubiertas por el Dr. Bach son también un maravilloso recurso de equilibrio psico-emocional para estos tiempos, al que dedico un artículo aparte.
Por último, aprovechar espacios para una lectura enriquecedora, practicar con el pensamiento creativo alejándonos del exceso de información y ruido exterior que genera limitaciones, rigidez y miedo; escuchar música que nos motive; hacer algo de ejercicio físico; comunicarnos por las vías posibles con nuestros seres queridos; recapitular sobre lo aprendido en nuestro recorrido vital y aquello que es necesario soltar en este momento; descansar; ver una buena película o serie; poner en orden nuestros asuntos y todo aquello que a cada cual se le ocurra para reiniciar con fuerza y mayor consciencia cuando toda esta situación llegue a su fin, que llegará.
Juan José Hervás Martín
Terapeuta y formador Centro Ailim
www.ailim.es
Terapeuta y formador Centro Ailim
www.ailim.es