El Gran Dictador



Adaptación: Helio Núñez

26/03/2018



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Extracto del Discurso de la película  (Charles Chaplin)
 
Todos deseamos ayudarnos los unos a los otros.  Los seres humanos somos así. Deseamos vivir para la felicidad del prójimo, no para hacerlos desgraciados. ¿Por qué habríamos de odiarnos y despreciarnos? En este mundo hay sitio para todos. La tierra es generosa y rica, y puede satisfacer las necesidades de todos los seres.

El camino de la vida puede ser el de la libertad y de la belleza; sin embargo nos extraviamos.  La codicia envenenó el alma de los hombres... levantó en el mundo murallas de odio... y nos ha empujado hacia las matanzas.

Creamos la época de la velocidad, pero nos hemos encarcelado dentro de ella.  La máquina, que produjo la abundancia, nos ha sumido en la pobreza. Nuestros conocimientos nos hicieron cínicos; nuestra inteligencia, empedernidos y crueles. Pensamos demasiado y sentimos muy poco.  Más que de máquinas, necesitamos de humanidad. Más que de inteligencia, precisamos de afecto y ternura. Sin esas virtudes, la vida será de violencia y todo estará perdido.

Los aviones y la radio nos han aproximado mucho más. La propia naturaleza de esas cosas es una llamada a la bondad del hombre. Una llamada a la fraternidad universal, a la unión de todos nosotros...  En este mismo instante mi voz llega a millones de personas por el mundo, millones de desesperados, hombres... mujeres... niños... víctimas de un sistema que tortura seres humanos y encarcela inocentes. A los que podáis oírme os digo: "¡No desesperéis!". La desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el producto de una codicia en agonía... De la amargura de hombres que temen el avance del progreso humano.

Los hombres que odian desaparecerán. Los dictadores sucumben, y el poder que arrebataron al pueblo se le devolverá al pueblo.  Y así, mientras exista la lucha por la libertad, ésta nunca acabará.
¡Soldados!... ¡No os rindáis a esos hombres, que os desprecian, que os esclavizan, que reglamentan vuestras vidas, que os dicen qué debéis hacer, qué pensar y qué sentir! ¡Que os lavan el cerebro, que os ceban, que os tratan como a ganado y que os utilizan como carne de cañón!

No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres-máquina con cerebros y corazones de máquina.
¡No sois máquinas! ¡No sois ganado!... ¡Sois hombres!
¡Lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! ¡No odiéis! ¡Sólo odian los que no aman y los inhumanos!
¡Soldados! ¡No batalléis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad!  En el capítulo 17 de San Lucas se dice que el reino de Dios está dentro del hombre, no de un hombre solo o de un grupo de hombres, sino de todos los hombres ¡Está en vosotros!
¡Vosotros el pueblo, tenéis el poder! El poder de crear máquinas. El poder de crear felicidad…Vosotros el pueblo, tenéis el poder de hacer esta vida libre y bella, de convertirla en una maravillosa aventura… Por lo tanto -en nombre de la democracia- ¡utilicemos ese poder! ¡Unámonos todos nosotros! ¡Luchemos por un mundo nuevo, un mundo justo y noble que garantice a todos el trabajo, que dé futuro a los jóvenes y protección a los mayores!

Con la promesa de tales cosas las fieras subieron al poder.  Pero mintieron. ¡No cumplen lo que prometen: jamás lo cumplirán! Los dictadores son libres, sí, pero sólo ellos: esclavizan al pueblo.
Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido al mundo, para borrar fronteras nacionales, y acabar con el lucro, el odio y la intolerancia.

¡Luchemos por el mundo de la razón, un mundo en que la ciencia y el progreso conduzcan a la felicidad de todos nosotros!
¡Soldados, en nombre de la democracia, unámonos todos!
¡Hannah! ¿me estás escuchando? Donde te encuentres, ¡mira a lo alto!  ¿Ves, Hannah?  El sol va rompiendo las nubes que se dispersan.  Estamos saliendo de las tinieblas hacia la luz. Vamos entrando en un mundo nuevo, en un mundo mejor, en el que los hombres estarán por encima de la codicia, el odio y la brutalidad.
¡Mira a lo alto, Hannah! Al alma del hombre le han salido alas y al fin comienza a volar. Vuela tras el arcoiris, tras la luz de la esperanza, hacia el futuro ... Un glorioso futuro que te pertenece a tí, a mí y a todos.

¡Mira a lo alto, Hannah!... ¡Mira a lo alto!




Tags : reflexiones


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