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Que el preocuparte por el futuro no te impida vivir el presente. Que no abandones tus aficiones. Que conserves tu sonrisa. Que sigas recordando qué es importante y qué no lo es. Que continúes quedando con tus amigos con frecuencia. Que no se te pase ningún abrazo de tus hijos. Que no llegues a sentir que has “arrojado la toalla”. Que haya días en que acabes cansad@, incluso exhaust@, pero satisfech@. Que no aplaces tus ilusiones “para una época mejor”. Que entiendas que no hay una época mejor que ésta. Que te pares para disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Que sigas teniendo sueños e ilusiones. Que aprendas algo nuevo. Que continúes tratando a los demás como te gustarían que te trataran a ti. Que te enamores entre una y cien veces más. Bañarte en un río o en el mar, pasear por la montaña, cuidar y disfrutar de la naturaleza. Observar la alegría de los niños e imitar su entusiasmo por vivir. Que encuentres en tu interior la ternura y la compartas con los demás. Que defiendas a los débiles ante los poderosos. Que entiendas, al fin, que tu salud depende de ti, no de tus médicos. Que comprendas que la felicidad no es algo para el final de tu vida, es algo a lo que tienes derecho hoy. Que entiendas que nadie en tu situación lo habría hecho mejor. Lo sabes, ¿verdad?