Comunícate mejor: conecta con tus emociones

Los beneficios de la inteligencia emocional en la comunicación



Maite Saavedra

05/06/2015



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Quizás estén de acuerdo conmigo en que, muchas veces, la forma que tenemos de comunicarnos con los otros nos separa más que nos une. La mala comunicación muchas veces hace que muchas parejas se separen, que exista un clima enrarecido en nuestros trabajos, que hayan conflictos entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos. Y una solución a esto pasa por incluir la Inteligencia Emocional en nuestro sistema de comunicación.

Una parte importante de la Inteligencia Emocional consiste en aprender a tomar conciencia de tus emociones y de las emociones del otro, comprendiéndolas.

Esto último, la conciencia de las emociones del otro es un elemento muy importante si queremos comunicarnos de forma más respetuosa y más comprensiva con los demás. Si logramos comunicarnos de esta forma, conectando con las emociones, estaremos desarrollando la comunicación emocional.

Y, ¿cuáles son los beneficios de la comunicación emocional?:

· Evitamos discusiones cargadas de emociones negativas.

· Llegamos a acuerdos, lanzando un puente a través de las emociones, promoviendo el acercamiento en lugar del distanciamiento.

· Aprendemos a no reprimir las emociones y a expresarlas sin agresividad.

· Mejora nuestra salud evitando los trastornos somáticos porque expresamos las emociones adecuadamente, sin agresividad ni sumisión. Evitamos que nos salgan eczemas en la piel, dolores de cabeza, tensiones musculares, insomnio, problemas de estómago, etc. Nos ahorramos las visitas al médico y a la farmacia.

· No nos sentimos culpables por el comportamiento del otro.

· Mejoramos el conocimiento que tenemos de las emociones y del comportamiento del otro y esto nos ayudará a prevenir futuros malentendidos.

· El otro se siente más comprendido porque hemos sabido leer sus emociones más allá de sus palabras y de su lenguaje no verbal.

· Mejora nuestra “confianza social”  porque nos sentimos más capaces de comunicarnos y de resolver conflictos con los demás.

Como veis la comunicación emocional tiene muchos beneficios. A diferencia del sistema de comunicación convencional que únicamente tiene en cuenta al emisor, al receptor y al mensaje, la comunicación emocional tiene en cuenta, además, la relación emocional: cómo conecto yo con mis emociones y cómo conecto con las emociones del otro. 

Para entenderlo un poco mejor veremos algunos ejemplos:

Alguna vez, a lo largo del día se han preguntado: ¿cómo me sentí cuando aquel amigo/amiga me habló de forma tan cortante? ¿cómo me sentí hoy cuando mi pareja me amenazó diciéndome tal, tal y tal? ¿qué sentí cuando mi jefe me anunció aquella promoción? ¿qué sentí cuando me ridiculizaron delante de mis compañeros de trabajo? Estas preguntas nos ayudan a conectar con nuestras emociones y nos permiten conocernos y comunicarnos mejor con nosotros mismos.

Además, es importante aprender a tener conciencia de las emociones del otro, primero intuyéndolas a través de su lenguaje verbal y no verbal.

Por ejemplo, ¿alguna vez, estando en su trabajo, algún compañero/a les ha puesto mala cara o se ha mostrado ausente, sin ganas de hablar? ¿Qué han pensado sobre él o sobre ella? Se han preguntado: ¿cómo se siente esta persona?, ¿estará triste o enfadado/a por algo?

Alguna vez si mi pareja llega a casa y me fijo en su rostro y en su lenguaje no verbal (cansancio) y en sus palabras (monosílabos, tono de voz apagado, sin ganas de conversar), ¿qué es lo que hacemos normalmente? Lo que solemos hacer es hablarle aceleradamente para ver si así reacciona o le exigimos que me hable y sonría porque yo no me merezco que él/ella me mire así o me hable con esa desgana. Esta respuesta nuestra dificulta mucho la comunicación con el otro, conseguimos todo lo contrario, incomunicación y que el otro se ponga a la defensiva. Pero si lo que quiero es fomentar la comunicación con el otro, es necesario que comprenda cómo se siente y comunicarme con él/ella desde sus emociones, permitiéndole que se tome su tiempo, adaptándome a su ritmo en ese momento. 






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