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El Instituto HeartMath, como cientos de organizaciones en todo el mundo ha convocado una serie de meditaciones y eventos para conmemorar el día de la Tierra, de la Madre Tierra, como a algunos reconocidos medioambientalistas les gusta llamarla.
La propuesta del Instituto HeartMath es sincronizar sus habituales grupos de meditación y personas individuales repartidos por todo el mundo para que del jueves a sábado, los días 21,22 y 23 de Abril focalicen su atención y su intención con un único objetivo: Cuidar y amar nuestro planeta, la Casa Común, como la llama Leonardo Boff.
La propuesta del Instituto HeartMath es sincronizar sus habituales grupos de meditación y personas individuales repartidos por todo el mundo para que del jueves a sábado, los días 21,22 y 23 de Abril focalicen su atención y su intención con un único objetivo: Cuidar y amar nuestro planeta, la Casa Común, como la llama Leonardo Boff.
Amar la Tierra
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Con todo lo que está sucediendo en el mundo, es imprescindible hacer una pausa para conmemorar el día de la Tierra y de la naturaleza. El propósito del Día de la Tierra es tomar consciencia de la tremenda interrelación e interdependencia que tenemos todos los seres vivos con el entorno en el que estamos inmersos.
Independientemente de nuestras diferentes nacionalidades, religiones, razas, culturas o creencias políticas, todos vivimos juntos en nuestro único planeta. Cuando se producen grandes desastres medioambientales o catástrofes climáticas poco importan las fronteras pues el daño no se circunscribe a un país, sino que afecta a todos los ecosistemas planetarios. Eso sin detenernos en las consecuencias económicas, sociales y humanitarias que esos accidentes provocan.
Hacer una pausa para tomar consciencia del papel que cada uno de nosotros jugamos en este entramado nos ayudará a comprometernos con los demás y con todos los seres sintientes, nos ayudará a tener una visión más global, a aumentar nuestra capacidad de amarnos y cuidarnos unos a otros. Nos animará a cuidar los recursos de que dispone nuestro planeta entendiendo que no son ilimitados y que cada ser humano debe comprometerse con las tres “R”: Reducir el consumo y uso de los bienes, Reciclar para aprovechar la gestión de los residuos, Reutilizar para crear un consumo responsable.
Otra de las formas en que podemos contribuir a una mejor vida en común es formular nuestro compromiso sincero asumiendo nuestra responsabilidad sobre nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y acciones que generamos. Si manejamos y gestionamos de una manera más adecuada esas energías que forman parte de nosotros podremos encontrar nuestro equilibrio interior y de esa manera nuestro entorno más cercano se verá afectado y ayudaremos a que los que nos rodean generen también equilibrio y así esa energía expansiva terminará afectando a todos los ecosistemas de la Tierra.
Vivir en equilibrio y armonía entre nosotros eleva nuestra vibración y es uno de los regalos que podemos dar a la Tierra como respuesta a todos los dones que recibimos de ella.
Independientemente de nuestras diferentes nacionalidades, religiones, razas, culturas o creencias políticas, todos vivimos juntos en nuestro único planeta. Cuando se producen grandes desastres medioambientales o catástrofes climáticas poco importan las fronteras pues el daño no se circunscribe a un país, sino que afecta a todos los ecosistemas planetarios. Eso sin detenernos en las consecuencias económicas, sociales y humanitarias que esos accidentes provocan.
Hacer una pausa para tomar consciencia del papel que cada uno de nosotros jugamos en este entramado nos ayudará a comprometernos con los demás y con todos los seres sintientes, nos ayudará a tener una visión más global, a aumentar nuestra capacidad de amarnos y cuidarnos unos a otros. Nos animará a cuidar los recursos de que dispone nuestro planeta entendiendo que no son ilimitados y que cada ser humano debe comprometerse con las tres “R”: Reducir el consumo y uso de los bienes, Reciclar para aprovechar la gestión de los residuos, Reutilizar para crear un consumo responsable.
Otra de las formas en que podemos contribuir a una mejor vida en común es formular nuestro compromiso sincero asumiendo nuestra responsabilidad sobre nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y acciones que generamos. Si manejamos y gestionamos de una manera más adecuada esas energías que forman parte de nosotros podremos encontrar nuestro equilibrio interior y de esa manera nuestro entorno más cercano se verá afectado y ayudaremos a que los que nos rodean generen también equilibrio y así esa energía expansiva terminará afectando a todos los ecosistemas de la Tierra.
Vivir en equilibrio y armonía entre nosotros eleva nuestra vibración y es uno de los regalos que podemos dar a la Tierra como respuesta a todos los dones que recibimos de ella.