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En palabras del CEO APA Norman Anderson: "El estrés podría fácilmente convertirse en nuestra próxima crisis de salud pública".
Poco antes de arrancar este nuevo milenio, el estrés se consideraba un problema importante sólo por detrás de otro tipo de crisis en nuestra vida, tales como traumatismos, enfermedades, ejecuciones hipotecarias, despidos laborales, divorcios, la muerte de un ser querido o de otros acontecimientos importantes de la vida.
Hace algunos años, el día a día de nuestra vida era diferente. Teníamos más tiempo repartido entre las tareas diarias, tales como comer, dormir y trabajar. Pasábamos más tiempo con la familia y practicando nuestras aficiones. De hecho, había tiempo para descansar y recuperarse, si no al final del día, en vacaciones.
Ahora nos preocupamos por los correos electrónicos, se acumulan tanto que, al final, nos hubiera gustado no habernos ido de vacaciones.
Los avances en tecnología de hoy hacen mucho más factible realizar varias tareas de forma continuada y a veces en paralelo, asumiendo más y más funciones estando hiperconectados.
El estrés de hoy es más persistente y penetrante, tenemos más cosas que hacer que nunca. Esperamos más de nosotros mismos y de los demás. La vida se acelera y cambia constantemente, mientras que la incertidumbre sobre el futuro parece más grande que nunca.
Esto nos lleva a sentir una enorme cantidad de presión sobre nosotros, y no soltarla nos puede llevar a una sobrecarga mental y emocional. El estrés es la forma que tiene nuestro cuerpo de decirnos que estamos fuera de equilibrio, corriendo el riesgo de tomar malas decisiones sobre salud, relaciones, trabajos escolares, desempeño laboral, etc.
Poco antes de arrancar este nuevo milenio, el estrés se consideraba un problema importante sólo por detrás de otro tipo de crisis en nuestra vida, tales como traumatismos, enfermedades, ejecuciones hipotecarias, despidos laborales, divorcios, la muerte de un ser querido o de otros acontecimientos importantes de la vida.
Hace algunos años, el día a día de nuestra vida era diferente. Teníamos más tiempo repartido entre las tareas diarias, tales como comer, dormir y trabajar. Pasábamos más tiempo con la familia y practicando nuestras aficiones. De hecho, había tiempo para descansar y recuperarse, si no al final del día, en vacaciones.
Ahora nos preocupamos por los correos electrónicos, se acumulan tanto que, al final, nos hubiera gustado no habernos ido de vacaciones.
Los avances en tecnología de hoy hacen mucho más factible realizar varias tareas de forma continuada y a veces en paralelo, asumiendo más y más funciones estando hiperconectados.
El estrés de hoy es más persistente y penetrante, tenemos más cosas que hacer que nunca. Esperamos más de nosotros mismos y de los demás. La vida se acelera y cambia constantemente, mientras que la incertidumbre sobre el futuro parece más grande que nunca.
Esto nos lleva a sentir una enorme cantidad de presión sobre nosotros, y no soltarla nos puede llevar a una sobrecarga mental y emocional. El estrés es la forma que tiene nuestro cuerpo de decirnos que estamos fuera de equilibrio, corriendo el riesgo de tomar malas decisiones sobre salud, relaciones, trabajos escolares, desempeño laboral, etc.
Lo que puedes hacer con el estrés
Si los esfuerzos de tantas personas para reducir el estrés o impedir que aumente están fallando, se deduce que es el momento de probar nuevas estrategias.
En las últimas dos décadas el Instituto HeartMath en California, ha estudiado la fisiología del estrés y se ha convertido en un líder mundial en la gestión del estrés, la investigación ha demostrado que existe un alto número de personas que, simplemente, se resignan a la tensión, que creen que no pueden hacer nada al respecto.
Esto no es cierto. Lo primero que se debe hacer es tomar la responsabilidad de tu estrés. Intervenciones pasivas como un masaje, la aromaterapia y muchas otras alternativas pueden ayudar a corto plazo; pero se requieren medidas permanentes para manejar el estrés de adentro hacia afuera.
Estos consejos del Instituto HeartMath han funcionado para miles de personas en todo el mundo.
En las últimas dos décadas el Instituto HeartMath en California, ha estudiado la fisiología del estrés y se ha convertido en un líder mundial en la gestión del estrés, la investigación ha demostrado que existe un alto número de personas que, simplemente, se resignan a la tensión, que creen que no pueden hacer nada al respecto.
Esto no es cierto. Lo primero que se debe hacer es tomar la responsabilidad de tu estrés. Intervenciones pasivas como un masaje, la aromaterapia y muchas otras alternativas pueden ayudar a corto plazo; pero se requieren medidas permanentes para manejar el estrés de adentro hacia afuera.
Estos consejos del Instituto HeartMath han funcionado para miles de personas en todo el mundo.
Consejo 1. Respiración a través del Corazón™
Photo by Olia Nayda on Unsplash
La investigación del Instituto ha demostrado que respirando desde el corazón (algo que sólo toma unos pocos minutos), puedes ayudar rápidamente a reducir el estrés, la ansiedad y la ira, sobre todo en momentos de sobrecarga emocional.
Imagina que respiras a través del corazón o desde el centro de tu pecho. Mírate a ti mismo proporcionándote un tiempo para ti, unos minutos para descansar el sistema, aspirando actitud de calma y equilibrio. Inspira durante 5 ó 6 segundos y exhala durante 5 ó 6 segundos.
Imagina que respiras a través del corazón o desde el centro de tu pecho. Mírate a ti mismo proporcionándote un tiempo para ti, unos minutos para descansar el sistema, aspirando actitud de calma y equilibrio. Inspira durante 5 ó 6 segundos y exhala durante 5 ó 6 segundos.
Consejo 2. Disminución del drama
Photo by Nadi Whatisdelirium on Unsplash
Constantemente damos muchas vueltas a nuestros pensamientos y el proyectar culpa, ira y pesimismo sobre nuestro futuro aumenta el drama, empeorando siempre las cosas. Ciega a nuestro discernimiento intuitivo, una herramienta vital para superar nuestros desafíos.
Comienza por la disminución dramática en tus interacciones con los demás, compartiendo los sentimientos propios del corazón, tratando de comunicarte desde el corazón cuando hables, cuando mires a la otra persona, cuando actúes. Esto reduce la tendencia a ampliar y repetir el lado negativo de las situaciones (algo propio de la mente racional) y aumenta la tendencia a fortalecer y fomentar el apoyo y encontrar soluciones.
Practica la reducción del drama, y no te juzgues a ti mismo o a otros por no tener éxito siempre. Genera compasión desde tu corazón hacia ti mismo y hacia los demás.
Comienza por la disminución dramática en tus interacciones con los demás, compartiendo los sentimientos propios del corazón, tratando de comunicarte desde el corazón cuando hables, cuando mires a la otra persona, cuando actúes. Esto reduce la tendencia a ampliar y repetir el lado negativo de las situaciones (algo propio de la mente racional) y aumenta la tendencia a fortalecer y fomentar el apoyo y encontrar soluciones.
Practica la reducción del drama, y no te juzgues a ti mismo o a otros por no tener éxito siempre. Genera compasión desde tu corazón hacia ti mismo y hacia los demás.
María Pinar Merino
Fuente: Investigaciones del Instituto HeartMath